La expresión ‘irse por las ramas’ suele tener una connotación peyorativa. Una evocación frágil, despistada, desorientada. El enunciado de alguien que ofrece o se detiene en lo menos sustancial de un asunto. Sin embargo, Por las ramas, la nueva exposición que el Real Jardín Botánico (RJB) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ofrece en su Invernadero de los Bonsáis, es todo lo contrario.

Por las ramas da nombre a una exposición de artistas docentes del Grupo de Investigación Complutense Arte, Ciencia y Naturaleza. Una muestra multidisciplinar (escultura, dibujo, grabado, fotografía y pintura) que ofrece una colección de metáforas vegetales que, como señalan los artistas que la protagonizan, “interrogan de modo cómplice acerca del desarraigo, el conflicto entre lo natural y lo artificial, entre la identidad y la apariencia o sobre el significado de la belleza botánica”.

Metáforas vegetales para enfrentarse a la realidad actual postpandémica. En esta exposición las metáforas vegetales son utilizadas por artistas docentes de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) para enfrentarse a esa realidad actual mediante símiles relacionados con la botánica y con la organización espacial del Real Jardín Botánico; artistas y docentes plantean temas actuales cercanos al público. De este modo, a los visitantes, se les invita a compartir la propuesta conceptual de la exposición al contemplar las obras expuestas.

La descripción conceptual de las obras

La obra de Almudena Armenta nos hace reflexionar sobre la relación, a menudo conflictiva, entre el canon o arquetipo y el espécimen concreto: la diferencia entre la planta real y el arquetipo representado en el dibujo genérico del cuaderno botánico se torna en conflicto de identidad cuando se traslada a los modelos de belleza socialmente admitidos. Los desajustes con el canon corporal instituidos se tornan en violencia simbólica, especialmente sangrante en los modelos feminizados en una sociedad patriarcal como la nuestra.

Los dibujos y esculturas de Manuel Barbero cuestionan la metáfora del desarraigo. Dicho concepto lo define como algo dual y ambiguo, que nos habla tanto de cambios e inicios de viajes como de rupturas y nostalgias. A Barbero le interesa la belleza desgarradora que se esconde tras ese instante en el que la raíz se convierte en un hilo que pende entre el ahora y el hasta nunca, ese instante en el que las hebras arrancadas mantienen aún su último vínculo con lo terrenal. Un momento mágico e incierto entre mundos que se rompen sin vuelta atrás, donde la magia y la incertidumbre nacen de la propia melancolía de saberse no trasplantable y sin retorno.

El trabajo de Sonia Cabello versa sobre la distancia entre el modelo genérico y el espécimen original. El concepto estético de belleza se rastrea y materializa en una fábula escultórica de combinación híbrida entre lo floral y lo animal. Se trata de una representación pseudo-religiosa (imaginería de ficción) que tiene su origen en un proyecto anterior: las flores del Castaño de Ninfas.

La escultura de Teresa Guerrero nos plantea una comparación entre la juventud vegetal y humana: el símil entre la flor y la infancia, -que sorprenderá al espectador a partir de un brillante juego de proporciones- dirigiendo su atención hacia los límites morales y biológicos entre niñez y pubertad, un análisis que se prolonga en temas como los de cuidado y educación, fertilidad y madurez, genética y similitud corporal.

La obra de París Matia presenta un árbol esférico, desubicado, como un insecto anómalo empalado en una vitrina, ofrecido al escrutinio del observador en busca de los rasgos de una naturaleza que se escabulle. Un artificio que seduce con la ilusión de mostrar, con la plasticidad de la mentira.

El políptico de Luis Mayo, titulado Objetos intentando adaptarse al Botánico y plantas tratando de vivir en el living, medita sobre los límites entre lo natural y lo artificial; sobre la «adaptación al medio» en una imagen de procedencia darwiniana que supone determinismo en los seres vivos, la búsqueda premeditada de un fin, la supervivencia. La «adaptación» considera la existencia de una «voluntad» que asociamos con una figura y con un aumento de complejidad por combinación de partes que se especializan. En el cuadro, los objetos se unen creando una especie de ser, a nuestra imagen y semejanza.

Los dibujos de Jaime Munárriz estudian el fractal como canon de crecimiento vegetal. Autogeneración y repetición formal son elementos estéticos que nos hacen pensar sobre la autosimilitud, definida por Mandelbrot como aquel cuerpo que tiene sus partes de la misma forma o estructura que el todo, aunque pueden presentarse a diferente escala y pueden estar ligeramente deformadas. La autoidentidad se transforma en nuestros días en un tema ético y moral candente.

Las esculturas de María Jesús Romero plantean una reflexión sobre la semilla y el huevo como elemento germinal y originario. El desarraigo y la emigración de la crianza trasladados del ámbito natural al social se torna en un tema de urgente actualidad, y nos llama a meditar sobre la transculturización, los éxodos migratorios y la intransigencia social.

Un Grupo artístico e investigador vinculado al Real Jardín Botánico

El trabajo artístico e investigador que lleva a cabo el Grupo de Investigación Complutense Arte, Ciencia y Naturaleza no es ajeno ni nuevo para el Real Jardín Botánico. Este Grupo de Investigación Complutense viene desarrollando desde sus orígenes diferentes líneas de investigación relacionadas con la creación inspirada en asociaciones entre lo científico y el mundo natural.

Algunos proyectos que cabe destacar son: Animalística, Zoologías, Almacenes de vida; Germinando Arte y Ciencia, y, concretamente, partiendo de la colaboración con el Real Jardín Botánico de Madrid, BotaNyCA, cuyos resultados se expusieron en el Pabellón Villanueva en 2012 y en el Museo de la Evolución Humana de Burgos un año después.

Posteriormente, el grupo investigador regresó al Real Jardín Botánico en 2015 con Ars Herbarian celebrando después una reedición bajo el título Art al Jardí en 2016 en el Jardín Botánico de la Universidad de Valencia.

La exposición Por las ramas se puede visitar hasta el 16 de mayo en el Invernadero de los Bonsáis con acceso libre previo abono de la correspondiente entrada al Real jardín Botánico. El horario de visitas en abril es de 10:00 a 19:30 horas, y en mayo de 10:00 a 20:30 horas, todos los días y de manera ininterrumpida.

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