Más de dos centenares de piezas: objetos de diseño, dibujos, maquetas, documentación o vídeos, entre otras, acercan al visitante a esta tendencia en Europa en el terreno de la arquitectura y el diseño desde 1960 a 1975

La estructura hinchable irrumpió en el diseño y la arquitectura en las décadas de los 60 y 70 del pasado siglo. Este fenómeno se analiza en la nueva exposición temporal del Centre Pompidou Málaga, que a partir de hoy expone más de dos centenares de piezas como objetos de diseño, dibujos, maquetas, fotografías o vídeos de una treintena de creadores. Así están representados A.J.S. Aérolande, Bernard Quentin, Hans Hollein o Carlos Ferrarter y José Miguel de Prada Poole. La muestra, titulada ‘Construir el aire. Arquitectura y diseño hinchable, 1960-1975’, está comisariada por Valentina Moimas, conservadora de la Colección Arquitectura del Musée National d´Art Moderne-Centre de Création Industrielle.

La exposición, que podrá verse hasta el 10 de febrero de 2019, ha sido presentada esta mañana por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el presidente del Centre Pompidou, Serge Lasvignes, acompañados por la concejala de Cultura, Gemma del Corral; el director de la Agencia Pública para la Gestión de la Casa Natal de Pablo Ruiz Picasso y otros Equipamientos Museísticos y Culturales, José María Luna; y la comisaria, Valentina Moimas.

‘Construir el aire. Arquitectura y diseño hinchable, 1960-1975’ está dividida en cuatro secciones: ‘Imaginar la ciudad’, ‘Construir con el aire’, ‘Vivir en hinchables’ e ‘Intervenir en el espacio público’. Los orígenes de lo que puede verse en esta muestra se remontan hacia el año 1950, cuando la investigación sobre las materias plásticas dio lugar a la producción de objetos que utilizaban el aire como «material». Como señala la comisaria “estos descubrimientos, fruto del progreso en el sector aeroespacial, no tardaron en aplicarse a la construcción civil y el diseño. Durante las décadas de 1960 y 1970, las estructuras hinchables irrumpen en la vida cotidiana en forma de muebles, edificios y ambientes. En arquitectura, abren una reflexión sobre nuevos modos de habitar en los que las personas estarían más en movimiento, los edificios se podrían desplazar y la ciudad se desarrollaría a pesar de las restricciones del entorno. El mobiliario neumático contribuye a la idea de un hábitat transformable hasta el infinito. La membrana plástica se convierte en una extensión del cuerpo humano, provocando la interacción de este con el ambiente y los objetos hinchables, que se encuentran a medio camino entre la arquitectura y las artes plásticas”.

“Ligeros, móviles y coloridos, los hinchables reflejan el anhelo de cambios sociales y el estilo de vida de esta época de protestas. El aura tecnológica de los nuevos materiales plásticos sugiere que el futuro está al alcance de la mano. Los arquitectos y diseñadores crean muebles a escala industrial (en Francia, A.J.S. Aérolande, Quasar, Bernard Quentin; en Italia, De Pas, d’Urbino, Lomazzi). Otros creadores ocupan el espacio urbano (los austriacos Hans Hollein o Haus-Rucker-Co) o la naturaleza con fines ecológicos (el mar para Jacques Rougerie, el desierto para Graham Stevens). Algunos arquitectos imaginan ciudades enteras, megaestructuras (Archigram) o cápsulas diseñadas para conectarlas a redes urbanas (Gernot y Johanne Nalbach). Dos grandes exposiciones marcan esta historia: Estructuras hinchables, obra del grupo Utopie, en París, en 1968, que ofrece un resumen de los diferentes tipos de producciones, y la Exposición universal de Osaka en 1970, donde se presentan estructuras neumáticas monumentales que rivalizan entre ellas en ingenio tecnológico. A partir de 1975, la moda de los hinchables comienza a perder fuerza, principalmente por motivos económicos, climáticos, técnicos y ecológicos. Pero, más allá de estas explicaciones, ¿no se debería también al desvanecimiento del espíritu de libertad, de utopía y de oposición de la sociedad capitalista…?”

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