La Comunidad de Madrid, a través de su consejero de Cultura, Turismo y Deportes, Jaime de los Santos, ha presentado la exposición ‘Terré’, dedicada al gran fotógrafo Ricard Terré. La muestra monográfica podrá verse en la Sala Canal de Isabel II hasta el 11 de noviembre, con entrada gratuita.

Ricard Terré es una de las figuras clave del movimiento de renovación fotográfica vivido en España a mediados del siglo XX, un proceso que elevó la categoría de fotografía de reportaje a fotografía de autor.

La muestra, comisariada por Laura Terré (historiadora de la fotografía e hija de Ricard), recorre la trayectoria del fotógrafo, miembro del histórico grupo AFAL, cuya producción puede dividirse en dos momentos diferenciados: de 1955 a 1969 y de 1982 a 2005. Una división que, sin embargo, no afectó a su estilo ni a su motivación para crear imágenes icónicas. Entre una etapa y otra vinieron más de diez años de silencio porque no estaba interesado en los encargos que se le hacían. Sin embargo, a partir de 1982, ya jubilado, reinició su actividad fotográfica y su obra comenzó a ser reconocida tanto a nivel nacional como internacional.

En palabras de Jaime de los Santos, “Terré es un fotógrafo de extraordinaria sensibilidad, una figura clave de la fotografía española que merecía una muestra monográfica en la Sala Canal de Isabel II, cuya labor de recuperación de nombres fundamentales para la fotografía es encomiable”.

La exposición no sigue un hilo cronológico, sino que está estructurada en torno a los grandes temas que abordó Terré y que se repiten a lo largo de su trayectoria: el ciclo de la vida, el rito, la fiesta, la Semana Santa y el Carnaval y la muerte. En todas ellas, el protagonista es siempre anónimo, personajes a los que se acercaba de una manera incisiva y, en ocasiones, irónica, aunque siempre desde el respeto y la empatía. Solía trabajar en solitario y con un objetivo de 28 mm, algo que le obligaba a disparar a la cara, a corta distancia, un factor que Terré consideraba clave para conseguir la verdadera emotividad en la expresión de sus modelos, produciendo trabajos íntimos y cercanos.

Una emotividad que se rastrea en las más de 110 fotografías que incluye esta exposición, desde la famosa niña de comunión bizca, hasta niños y adultos en procesiones de Semana Santa o en desfiles carnavalescos. En este sentido, la muestra cuenta con una importante presencia de las series realizadas en Galicia y Portugal durante su segunda etapa, donde inmortalizó romerías ancestrales, fiestas paganas y procesiones, experimentando una vez más con el blanco y negro en la expresión del alma humana.

La muestra se acompaña de un catálogo monográfico que incluye textos de la comisaria, Laura Terré, y del crítico y fotógrafo Christian Caujolle, así como un importante aparato de imágenes.

Además, la Sala Canal de Isabel II ha programado un extenso programa educativo y cultural en torno a la exposición, que incluye encuentros con la comisaria, visitas guiadas y dialogadas, visitas para grupos y derivas fotográficas.

RICARD TERRÉ

Ricard Terré (Sant Boi de Llobregat, Barcelona, 1928 – Vigo, Pontevedra, 2009) es una de las figuras clave de la fotografía española. Su personalísima visión fotográfica, de arriesgados encuadres y fuerte contraste del blanco y negro, produjo un trabajo personal, elegante y de destilado estilo, a pesar de que él siempre se describió como un fotógrafo amateur y no profesional.

Comenzó en el mundo del arte como pintor y dibujante, pero ya a mediados de la década de los 50 se dedicó de lleno a la fotografía, integrándose en la Agrupación Fotográfica de Cataluña o el grupo AFAL, con otras figuras como Xavier Miserachs o Ramón Masats.

A partir de su vuelta a la producción fotográfica en 1982, su obra ha sido reconocida de manera nacional e internacional a través de numerosas exposiciones individuales como las celebradas en los Rencontres Internationales de la Photographie de Arlès, en la parisina Galerie du Théâtre, en el Museu Nacional de Arte de Cataluña o la Fundación Barrié de Vigo. Su obra se conserva en colecciones tan prestigiosas como la del MoMA de Nueva York o el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, y en 2008 recibió el premio Bartolomé Rosa de PHotoEspaña, que reconoce la aportación de una personalidad española al desarrollo de la fotografía.