foto 2El director general de la Policía, Ignacio Cosidó, y el administrador diocesano de Palencia, Antonio Gómez Cantero, han firmado el acta de entrega formal del Cantoral del s.XVI perteneciente a la Catedral palentina y que fue localizado por la Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía Nacional en una conocida sala de subastas de Londres.

En este acto han estado también presentes el Deán de la Catedral, Mateo Aparicio, el delegado de Patrimonio, José Luis Calvo, el subdelegado de gobierno de Palencia, Luis Miguel Cárcel, el Jefe Superior de Policía de Castilla y León, Manuel J. Peña, y responsables de la Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía Nacional.

La obra fue localizada el pasado mes de julio, gracias a la colaboración de un profesor de la Universidad de Córdoba, en la sala Sotheby´s de Londres donde iba a salir a subasta. Inmediatamente, ante la posibilidad de que este Cantoral pudiera pertenecer a la Catedral de Palencia, se informó al Deán de la Seo para que comprobara la pertenencia o no a sus fondos documentales. El Deán comprobó que efectivamente el volumen faltaba de la capilla de la Catedral dedicada a San Sebastián, su lugar habitual de custodia, desde fecha indeterminada, formalizando la correspondiente denuncia.

CódiceLos agentes de la Brigada de Patrimonio Histórico solicitaron la colaboración de policías de New Scotland Yard –Metropolitan Police- para que acudieran a la sala para realizar un estudio fotográfico de la obra subastada y poder certificar que efectivamente se trataba del mismo Cantora del S.XVI.

El delegado diocesano de Palencia analizó el reportaje fotográfico y reconoció este volumen como el perteneciente a su Catedral, gracias a las anotaciones que aparecen en la portada y en algunas otras páginas de la obra. Inmediatamente, la Brigada de Patrimonio Histórico solicitó a las autoridades policiales británicas la retirada del Cantoral de la subasta y su intervención cautelar.

La sala de subastas londinense facilitó toda la información de la persona que había depositado la obra en la sala. El propietario era un hombre residente en Whashington quien la recibió tras morir su padre, un pintor fallecido en París que adquirió este Cantoral en el Rastro madrileño en 1968. Estos hechos apuntaban a que se trataba de un adquiriente de buena fe y ambas partes, el poseedor y la Diócesis palentina, llegaron a un acuerdo de restitución. La obra se encuentra en buen estado, aunque faltan las 15 primeras páginas y algunas del final.