La Fundación Mapfre presenta una completa y sorprendente exposición retrospectiva de Ernst Ludwing Kirchner (1880-1938), uno de los máximos representantes del expresionismo alemán, co-fundador del famoso grupo Brücke (El puente) en 1905, y uno de los grandes artífices de la modernidad.

La exposición, que solo podrá verse en Madrid, está compuesta por 153 obras, entre óleos, obras sobre papel y esculturas. Como complemento, se incluye una selección de 35 copias modernas de las fotografías con las que Kirchner documentó su vida y su proceso creativo. La muestra permite explorar en profundidad todas las etapas y medios del artista. Además, la riqueza de su producción artística posterior a la Primera Guerra Mundial se descubre por primera vez en esta exposición en España.

Karin Schick, una de las comisarias de la muestra, destaca la diversidad de la obra de Kirchner, que fue pintor, escultor, arquitecto, fotógrafo, editor e historicista del arte. “En esta exposición vemos su obra con todos sus matices”, afirma la comisaria. Según explica Schick, Kirchner integró la experiencia de su vida en su obra y se reinventaba una y otra vez. “Intentó experimentar con las técnicas que utilizó”, asegura la comisaria.

Cinco ámbitos
La presente exposición se articula en cinco secciones, que siguen la cronología del artista. El primer lugar, se desarrollan sus primeros años de formación en Dresde y la creación de Brücke (1905-1911). En esta época, Kirchner conoce la obra de grandes maestros de la vanguardia finisecular, como Van Gogh y Matisse, en los que destaca la importancia del color. El pintor comenzará a desarrollar un estilo propio, basado en largas y fluidas pinceladas de colores vibrantes. En 1905 conoce en Dresde a los artistas Fritz Bleyl, Erich Heckel y Karl Schmidt-Rottluff, con los que funda el grupo Brücke, el primero que desarrolla el expresionismo.

A continuación, la muestra incluye analiza los años berlineses de Kirchner (1911-1915), en los que llegará a un lenguaje rotundamente expresionista: colores son más estridentes y las perspectivas muestran contrapicados más radicales. El ambiente de las calles de la gran ciudad se convierte en su principal fuente de inspiración. En esta etapa, el artista muestra una gran riqueza en sus técnicas: emplea el grabado con gran maestría, y encuentra en el dibujo un dinamizador y un campo de experimentación importante para todo su trabajo.

Crisis de salud del artista
El siguiente ámbito de la exposición analiza la crisis que Kirchner vivió entre 1915 y 1017. A pesar de su gran éxito social y artístico, el exceso de trabajo, su vida desorganizada en la ciudad y el excesivo consumo de drogas van minando la salud del artista. Durante la Primera Guerra permanecerá ingresado en distintos sanatorios de Alemania y Suiza. Continúa, no obstante, participando en exposiciones. Durante su enfermedad, continúa trabajando, y produce algunas de sus obras más sorprendentes.

En cuarto apartado incluye los primeros años en Davos del pintor, lugar donde se establecerá definitivamente en 1918. Allí comienza a retratar la vida campesina de los paisajes alpinos. Su nuevo entorno le aporta una intensa experiencia visual y cromática. El cromatismo intenso y el trazo nervioso de su lenguaje en los años berlineses van cediendo poco a poco ante composiciones más planas y sosegadas, con colores más claros y tamizados. Asimismo, inspirándose en técnicas de bordado y tejido rurales, construye sus composiciones a base de manchas de color yuxtapuestas, conformando el denominado “estilo tapiz”.

El último ámbito de la muestra es el más sorprendente. Kirchner permanece atento a las novedades artísticas durante su retiro en los Alpes suizos. En 1925 se produce un punto de inflexión. Adopta un lenguaje abstracto, estático y ornamental, aunque aún dominado por la fuerza del color. En esta etapa se entrelazan imaginación y observación de la naturaleza. Su cercanía estética con Picasso, Léger, Le Corbusier y la Bauhaus resulta notable.

Kirchner y la figuración
Kirchner Nunca llegará a prescindir del todo del natural, considerado como punto de unión entre sus estilos y elemento clave para la comprensión de su arte. “Era un artista visual que intenta plasmar el mundo tal como lo vive”, explica la comisaria. “Para él era muy importante que su obra llegara al público, por eso nunca se alejó del arte figurativo”, añade.

La muestra ha contado con la colaboración especial del Kirchner Museum Davos además de otros 26 museos y colecciones privadas de gran prestigio internacional, el MNAM Centre Georges Pompidou de París, la National Gallery de Washington DC, el Legado Ernst Ludwig Kirchner, la Galerie Henze & Ketterer de Wichtrach-Berna, la Nationalgalerie de Berlín, el Folkwang Museum de Essen, las Staatliche Staatsgemäldesammulungen de Dresde, la Hamburger Kunsthalle, el Städel Museum de Fráncfort y el Wilhelm-Hack-Museum de Ludwigshafen, entre otros.

Ernst Ludwing Kirchner
Del 26 de mayo al 2 de septiembre
Fundación Mapfre
Paseo de Recoletos, 23. Madrid
De martes a sábados, de 10.00 a 20.00 horas. Lunes, de 14.00 a 20.00 horas.
Entrada gratuita

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