Del 12 de agosto al 5 de octubre de 2008

Museo Nacional de Antropología de México

La Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior de España, SEACEX, ha organizado conjuntamente con el Museo Arqueológico Nacional de España y el Museo Nacional de Antropología de México, la muestra «España, encrucijada de civilizaciones«.

La muestra cuenta además con la colaboración de los ministerios españoles de Asuntos Exteriores y de Cooperación y de Cultura y de la Embajada de España en México.

Según su comisario, Félix Jiménez, el objetivo fundamental de la exposición es mostrar al visitante, a través de más de 240 piezas de primera calidad, la enorme variedad cultural del  pasado español y las transformaciones materiales e ideológicas que han convertido a la Península en un mosaico de pueblos y en un privilegiado laboratorio para el mestizaje cultural.

El planteamiento básico de la exposición es cronológico y gira en torno a las consecuencias que tuvieron para los habitantes de la península las sucesivas llegadas de pueblos de muy diversa filiación étnica y cultural. El hilo conductor de la exposición gira alrededor de los conceptos de mestizaje y cambio cultural, resaltando mediante las piezas, las transformaciones técnicas y sociales más importantes.

Las piezas elegidas ilustrarán, a través del tiempo, cómo han ido evolucionando los diferentes aspectos vitales de la cultura, como son la economía, la tecnología, el arte, la sociedad, la guerra y la ideología, resultando de todo ello, una exposición que pretende transmitir una visión de la historia española amena, didáctica y no exenta de un notabilísimo valor estético, acorde con la importancia  y calidad de los pueblos que han contribuido a su configuración.

La exposición cuenta con una significativa selección de piezas del Museo Arqueológico Nacional, procedentes de seis de sus departamentos científicos: Prehistoria, Protohistoria, Antigüedades Clásicas, Antigüedades Medievales, Edad Moderna, y Gabinete de Numismática y Medallística.

La elección de las mismas se ha realizado tomando en consideración tanto su calidad técnica como estética, pero sin perder de vista la información histórica, social e ideológica que proporcionan.

Esta exposición pretende cubrir el importante espacio dedicado a la Historia, proporcionando una visión amena y didáctica de las transformaciones culturales que, a lo largo de muchos siglos, y debido en buena medida a su ventajosa situación geoestratégica, han convertido el territorio peninsular en un mosaico de pueblos, en una frontera continua, en un privilegiado laboratorio para el mestizaje cultural.

La muestra se articula a través de cinco apartados que resumimos a continuación:

Sección 1: El Pasado más remoto. La Prehistoria

Estará representado por piezas significativas de las transformaciones ocurridas en tan dilatado y complejo período histórico. En este apartado podremos contemplar ejemplos de la industria lítica y del arte del Paleolítico inferior, como el bifaz del Cerro de San Isidro, del arte mueble del Paleolítico superior, de las primeras manifestaciones de los cambios acaecidos durante el neolítico (agricultura y ganadería), tales como la cerámica, las primeras representaciones de ídolos, y la Edad del Bronce, con los inicios de la orfebrería y los primeros ejemplos de la diferenciación social, las primeras armas de metal, los rituales de enterramiento y las estelas de guerreros.

Sección 2: La Protohistoria

Se iniciará con los primeros vestigios de la llegada de nuevos influjos europeos, sobre todo desde el Mediterráneo oriental, y hace un repaso de los importantes cambios propios de este período. Se pueden contemplar piezas netamente peninsulares, así como tesoros que enlazan con las tradiciones atlánticas. Las influencias fenicias, griegas y púnicas, y la aparición de la primera gran cultura peninsular: los iberos. Una síntesis que está representada por su cerámica, y su extraordinaria escultura ceremonial y funeraria.

Sección 3: La Hispania Romana

Una cuidada selección de piezas ilustra el enorme arraigo de la cultura romana en Hispania, fruto de un lento proceso que no abarcó por igual la totalidad del territorio peninsular. Esculturas, fragmentos de mosaicos, sarcófagos, estelas funerarias y objetos cotidianos, que nos muestran el paso de la ideología imperial a las primeras manifestaciones del cristianismo.
A través de estas piezas se ilustrarán aspectos relacionados con la mitología, la política, la sociedad civil, el arte, la economía y la vida cotidiana.

Sección 4: La Hispania Medieval

A.-Los reinos visigodos:
Con la llegada de los invasores germanos y la caída del Imperio Romano, la península ibérica comienza una breve etapa que está representada en la exposición por las artes suntuarias y la redefinición de los espacios sagrados, tanto de culto como funerarios.

B y C: La diversidad cultural:
Este doble apartado se concibe como un capítulo unitario. En él se muestra la diversidad cultural española en la Edad Media.

D – Al Andalus, los musulmanes en Hispania:
Desde el siglo VIII al XV, la llegada de los árabes transforma por completo buena parte del territorio peninsular y da lugar a una nueva cultura autóctona: la andalusí. La política, las artes, las ciencias y la literatura, alcanzan una gran perfección. Entre las piezas elegidas podremos encontrar elementos arquitectónicos, joyas, objetos religiosos e instrumentos científicos, muchos de ellos procedentes del Califato de Córdoba y del palacio de Medina Zahara.

E.-La Hispania de los reinos cristianos:
Paralelamente a la cultura andalusí, en la zona norte de la península comienza la expansión hacia el sur de los reinos cristianos. Es el momento en que se desarrollan el arte románico y el gótico, estilos artísticos y corrientes ideológicas europeas que adoptan en España formas peculiares. En este apartado podemos contemplar las profundas transformaciones sociales e ideológicas a través de piezas arquitectónicas, esculturas y elementos de estilos sincréticos como el mudéjar.

Sección 5: La Edad Moderna

La unificación de los reinos de Castilla y Aragón a finales del siglo XV y la conquista del reino de Granada, configuran el mapa geográfico e ideológico de la península en los albores de la Edad Moderna.

A.- La España de los Austrias:
Durante el siglo XVI, el gran desarrollo económico-social, la unión de los intereses comerciales de los Reinos de Aragón y de Castilla, la subida al trono del Emperador Carlos I y la incorporación del continente americano y de parte de Asia, convierten a la cultura hispana en el máximo exponente del arte, la literatura y el pensamiento.
Dentro de este apartado se ilustran cuestiones relacionadas con la Religiosidad (culto y devoción). El renacer de lo antiguo, los objetos suntuarios y los descubrimientos geográficos y los avances científicos.

B.- La España de los Borbones:
Con el cambio de dinastía, a principios del siglo XVIII, se alcanza el punto más alto de la crisis social, económica y política, que se había iniciado a mediados del siglo XVII. Ilustraremos, fundamentalmente, el desarrollo industrial y la vida aristocrática en la corte española de los siglos XVIII y XIX.

La exposición España, encrucijada de civilizaciones pretende mostrar una visión universalista de la península ibérica en la que el mestizaje y el cambio cultural se erigen como motores de conflicto y de convivencia. Una visión generalista que busca informar y motivar al  visitante, alejándole de las visiones históricas tradicionales.

Ficha técnica
Organizan
Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior de España (SEACEX)
Museo Arqueológico Nacional de España
Museo Nacional de Antropología de México

Colaboran
Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España
Ministerio de Cultura de España
Embajada de España en México

Comisario
Félix Jiménez Villalba. Museo Arqueológico Nacional

Coordinación general SEACEX
Mercedes Serrano

Nº de piezas: Más de 240

Fechas y sede
Museo Nacional de Antropología
Pº de la reforma esquina Gandhi s/n. México DF
Del 12 de agosto al 5 de octubre de 2008

Otras itinerancias
Monterrey (México). Museo del Noreste, MUNE. 10 abril – 13 julio 08
Santiago de Chile. Centro Cultural Palacio La Moneda. 6 noviembre 07 – 29 febrero 08

Palabras de Cesar Antonio Molina, Ministro de Cultura Español
Para el ministro de Cultura del Gobierno de España es una satisfacción haber cruzado el Atlántico para estar hoy aquí, en México, para presentarles esta exposición, España, encrucijada de civilizaciones, que habla de nosotros, de nuestro pueblo, de nuestro país y de nuestro pasado.

Un pasado que fluye por nuestra historia, la de México y la de España, como una corriente subterránea,  y que asoma a borbotones, aquí y allá.

Lo que sabemos del pasado, como dijo Alfonso Reyes, “lo sabemos entre todos”, a todos nos concierne, y florece en la memoria del porvenir. Exposiciones como esta que hoy presentamos contribuyen al conocimiento y al reconocimiento de ese pasado que fuimos, perdidos en el tiempo, y en camino hacia un futuro siempre por llegar.

España, encrucijada de civilizaciones es el resultado del trabajo conjunto de dos Ministerios del Gobierno de España: el Ministerio de Cultura y el Ministerio de Asuntos Exteriores, con la contribución de las colecciones del Museo Arqueológico Nacional de Madrid, y la colaboración de la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior.

España, encrucijada de civilizaciones refleja cómo España es una idea y una realidad resultante de la presencia de muchos pueblos. Un lugar de mestizaje cultural como consecuencia de la presencia de fenicios, de griegos, de romanos, de musulmanes, de judíos y de cristianos. Un cruce de caminos, de pensamientos y de sentimientos reconocible en todos los órdenes de la vida, y también en el arte, hasta convertirnos en un vivero de extraordinario valor cultural.

La exposición está concebida a través de diversos ámbitos que reflejan distintos espacios temporales. Desde los tiempos antes de la historia, los de las culturas prehistóricas, hasta el Humanismo y la Ilustración; pasando por las influencias mediterráneas, los pueblos de Iberia (los íberos, celtas y celtíberos), el legado de Roma —con el regalo de la lengua, la que habría de convertirse con el tiempo en la Romania española de 500 millones de hablantes en todo el mundo—, y el ámbito de la Edad Media, encuentro de la comunidad musulmana, la  judía y la cristiana.

Se han subrayado algunos elementos que consideramos claves y que contribuyen a entender la condición de España como país mediterráneo, fundamental en la construcción de la historia de Europa, y desde 1492 un país con una vocación Iberoamericana incuestionable: con una historia familiar común con los países de este lado del mar, y con las vicisitudes propias de todas las familias.

Compartimos la lengua como elemento fundamental para la comunicación entre los pueblos (“mi patria es mi lengua”, dijo Fernando Pessoa) y son muchos los vínculos que nos unen con los países latinoamericanos, con los que estamos desarrollando programas conjuntos. Baste señalar, por su actualidad, el próximo Congreso Iberoamericano de Cultura, que mañana presentamos en el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, y que se celebrará en otoño próximo.

España, encrucijada de civilizaciones surge en un tiempo en el que las relaciones entre los países precisan, quizá más que nunca, el fortalecimiento de la cultura, pues estamos convencidos de que el conocimiento mutuo entre los pueblos conduce a avances muy importantes en la comprensión, la solidaridad y la vida en común.

La Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural considera que el diálogo entre culturas adquiere un sentido nuevo en el marco de la mundialización y del contexto político internacional actual, convirtiéndose en un instrumento indispensable para garantizar el mantenimiento de la paz y la cohesión del mundo. Para este organismo, cada cultura se nutre de sus propias raíces, pero sólo se desarrolla en contacto con las demás.

Hoy esta cooperación se produce con el concurso de una gran institución, reconocida a nivel mundial, como es el Museo Nacional de Antropología de México, que nos acoge —como siempre  nos ha acogido este noble país— y nos brinda una ocasión excelente para reflexionar sobre las raíces del universo cultural de la gran comunidad iberoamericana y de este mestizaje al que, cada vez más, vuelve a tender el conjunto de nuestra civilización. México y España, son el resultado (o, mejor, el proceso) de su enriquecimiento por la influencia de varias culturas y pueblos que dejaron una honda huella en el florecimiento de la cultura actual de cada uno.

Un proceso sin estridencias, porque, como ha dicho Carlos Fuentes, «no hay choque de civilizaciones […], la civilización mediterránea es aglutinante y abarcadora, a la que pertenecen por igual el cristianismo y el islam, y toda la herencia grecorromana” y, añade, “hablo como escritor en lengua castellana procedente de un continente que es íbero, indio y mestizo, negro y mulato, atlántico y pacífico, mediterráneo y caribeño, cristiano, árabe y judío, griego y latino”.
De todo esto habla esta España, encrucijada de civilizaciones. Como diría Alfonso Reyes, “¡cuántos siglos de buena educación han sido necesarios para formar todo esto!”, con qué sentido de la proporción y de la medida, de todo aquello que suaviza y lenifica el trato humano, de todo lo que embellece y ennoblece la vida. Muchas gracias.

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