El Museo del Prado presenta una muestra antológica que, organizada con el Museu Nacional d’Art de Catalunya, permitirá admirar por primera vez en toda su dimensión el virtuosismo técnico y el sugestivo universo visual de Bartolomé Bermejo, un maestro de origen cordobés que desarrolló su actividad profesional en los territorios de la Corona de Aragón.

Bartolomé Bermejo fue una de las personalidades más fascinantes del panorama artístico de la segunda mitad del siglo XV y esta exposición, con la colaboración de la Comunidad de Madrid y el apoyo de la Fundación Banco Sabadell, reúne por primera vez la mayor parte de sus obras conservadas, repartidas por museos y colecciones de España, Europa y Estados Unidos como San Miguel triunfante sobre el demonio con Antoni Joan de Tous, procedente de la National Gallery de Londres o Piedad Desplà de la Catedral de Barcelona, entre otras.

La sala C del edificio Jerónimos del Museo del Prado acoge esta exposición que, comisariada por Joan Molina, profesor de la Universitat de Girona, pretende tributar un merecido homenaje y dar a conocer al gran público a Bartolomé de Cárdenas, alias el Bermejo (h. 1440-h. 1501), uno de los pintores más sugerentes y atractivos del siglo XV.

El trabajo de Bermejo se fundamenta en el uso de las potencialidades pictóricas de la entonces novedosa técnica del óleo. A partir de esta premisa supo desarrollar un personal lenguaje de signo realista, especialmente atento a los efectos ilusionistas pero también a la definición de espectaculares gamas cromáticas. Su principal referente fue la pintura flamenca, la escuela inaugurada por Jan van Eyck y Rogier van der Weyden que, en la segunda mitad del siglo XV, había conquistado toda Europa, incluida Italia. Aunque se ha especulado con que Bermejo pudo formarse en los talleres septentrionales, es más posible que su aprendizaje tuviera lugar en la cosmopolita Valencia del segundo tercio del siglo XV, una ciudad abierta tanto a los modelos flamencos como a los italianos, de los que el pintor cordobés también se hizo eco.

Junto a su destreza técnica, sorprende también su capacidad para desarrollar nuevas interpretaciones de todo tipo de temas e iconografías de carácter devocional. Su inquietud por seguir explorando nuevos terrenos, especialmente en el ámbito del paisaje y el retrato, le permitió concebir algunas de sus obras más complejas e innovadoras en el último periodo de su trayectoria profesional. Todo ello fue advertido por una grupo de selectos comitentes, desde grandes eclesiásticos y nobles hasta distinguidos mercaderes, así como por sus colegas de profesión, que a menudo imitaron sus composiciones.

Tras su muerte, su nombre y obra cayeron en el olvido. Su recuperación se produjo a finales del siglo XIX, cuando algunas de sus tablas más señaladas despertaron el interés tanto de destacados coleccionistas internacionales como de falsificadores de pintura antigua.

Esta exposición, que contará con 48 obras procedentes de las colecciones de más de 25 prestadores, se exhibirá desde el 9 de octubre de 2018 hasta el 27 de enero de 2019 en el Museo del Prado y, con pequeñas variaciones, desde el 14 de febrero hasta el 19 de mayo de 2019 en el Museu Nacional d’Art Catalunya.

Catálogo de la exposición

La publicación que acompaña a esta exposición, coeditada por el Museo Nacional del Prado y el Museu Nacional d’Art de Catalunya y que cuenta con la colaboración de la Comunidad de Madrid y el apoyo de la Fundación Banco Sabadell, muestra la compleja figura, tanto en lo biográfico como en lo creativo, del cordobés Bartolomé Bermejo (h. 1440-h. 1501), y lo hace a través de las diversas obras que realizó en su periplo vital por la Corona de Aragón, desde Daroca a Barcelona, pasando por Zaragoza y Valencia. Se analizan la influencia que ejercieron sobre él tanto los representantes de la escuela flamenca, Jan van Eyck, Hans Memling o Rogier van der Weyden, precursores de la novedosa técnica al óleo que Bermejo adoptó con gran virtuosismo, como los más destacados pintores italianos del momento, caso de Antonello da Messina o los Bellini. El éxito de la propuesta pictórica de Bermejo fue rotundo. Por un lado, sus composiciones fueron ampliamente difundidas por una serie de pintores con los que se asoció. Por otra parte, fue reclamado por algunos de los más exigentes clientes del momento, como el arcediano barcelonés Lluís Desplà o el mercader italiano Francesco della Chiesa.

El catálogo, editado por Joan Molina Figueras, comisario de la exposición, puede considerarse un auténtico catálogo razonado de la obra conocida de Bermejo. Contiene además textos de reconocidos especialistas que abordan aspectos técnicos, materiales, sociales e iconográficos relacionados con las pinturas del artista. Y se cierra con un apéndice documental que actualiza y revisa todas las noticias de archivo conocidas sobre el artista.
248 páginas 24 x 30 cm
Rústica, castellano, catalán e inglés PVP: 28 euros

Imágenes:

San Miguel triunfante sobre el demonio con Antoni Joan Bartolomé Bermejo Óleo y dorado sobre tabla de pino, 179,7 x 81,9 cm 1468 Londres, The National Gallery

Muerte y Asunción de la Virgen Bartolomé Bermejo Óleo sobre tabla, 65,2 x 42,4 cm h. 1468 – 1472 Berlín, Staatliche Museen zu Berlin, Gemäldegalerie

Cristo de la Piedad Bartolomé Bermejo Óleo sobre tabla, 94,8 x 61 cm h. 1470 – 1475 Museo del Castillo de Peralada

Descenso de Cristo al Limbo Bartolomé Bermejo Óleo sobre tabla, 88,7 x 69,2 x 3 cm h. 1470 – 1475 Barcelona, Museu Nacional d’Art de Catalunya

De izquierda a derecha: Miguel Falomir, director del Museo Nacional del Prado; Josep Serra i Villalba, director del Museu Nacional d’Art de Catalunya; María Pardo, directora general de Promoción Cultural de la Comunidad de Madrid; Jaime de los Santos, consejero de Cultura, Turismo y Deportes de la Comunidad de Madrid; Miquel Molins, presidente de la Fundación Banco Sabadell; y Joan Molina, profesor de la Universitat de Girona y comisario de la exposición “Bartolomé Bermejo”. Foto © Museo Nacional del Prado

Artículo anteriorMadrid, capital del “podcasting” con las JPOD18
Artículo siguienteAna Kasrashvili, Premio Internacional de Bandas Sonoras Juan Gil Bodegas Familiares