Puente de Ariza en Úbeda. Situado en el embalse de Giribaile, esta gran obra de ingeniería renacentista solo aflora en periodos de sequía prolongada.

El Ministerio de Cultura y Deporte ha incoado el expediente para la declaración como Bien de Interés Cultural, en la categoría de Monumento, del puente de Ariza, en el término municipal de Úbeda (Jaén).

Construido entre 1550 y 1560 según el proyecto del arquitecto y maestro de cantería Andrés de Vandelvira, autor también de la catedral de Jaén, supuso la principal vía de comunicación entre Úbeda y Toledo. Su ubicación, sobre el río Guadalimar, permitía canalizar la riqueza cerealística y ganadera de la ciudad hacia la meseta.

Desde 1998, como consecuencia de la entrada en funcionamiento del embalse de Giribaile y la construcción de un nuevo puente, quedó sin uso, al verse afectado por el nivel máximo del embalse.

La declaración del monumento como Bien de Interés Cultural permitirá su protección legal, aumentar su conocimiento y tomar las medidas adecuadas para su correcta conservación.

Una obra de ingeniería renacentista

El Ministerio de Cultura y Deporte inicia los trámites para declarar el puente de Ariza en Úbeda como Bien de Interés Cultural

El puente de Ariza es una de las grandes obras de ingeniería de estilo renacentista. Realizado en piedra arenisca procedente de canteras cercanas, cuenta con cinco ojos de medio punto. En el cuarto arco se localiza el sello de Úbeda en su versión medieval, una imagen de San Miguel sosteniendo flechas y lanzas con la mano derecha, y un escudo con la izquierda.

La última intervención sobre el puente de Ariza fue a mediados del siglo XIX, y tuvo como objeto suavizar su grado de pendiente para acomodarlo al proyecto de un camino provincial que iba a poner en comunicación las ciudades de Úbeda y Baeza con la carretera general de Andalucía en la aldea de las Correderas. El autor del proyecto fue Manuel María de Chavarri.

En la actualidad, mantiene las trazas y gran parte de la sillería del siglo XVI. Su situación, dentro del embalse de Giribaile, determina que esté totalmente sumergido de forma casi permanente y aflore solo en períodos de sequía prolongada. A pesar de ello, su conservación puede ser realizada sin necesidad de trasladar el puente de ubicación.

Al tratarse de un bien adscrito a un servicio público de titularidad y gestión estatal como es la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, la competencia para declarar y registrar este inmueble como Bien de Interés Cultural corresponde a la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes del Ministerio de Cultura y Deporte.

Artículo anteriorEncuentro de trabajo de Iceta con Segade, director del Reina Sofía
Artículo siguienteEl Museo Nacional de Arqueología Subacuática ARQVA acoge el proyecto ‘PI©A$$o™’