La Biblioteca Nacional de España ha iniciado su primer proyecto de digitalización masiva centrada en soportes magnéticos de audio (casetes y cartuchos) y vídeo (VHS y beta). Unos soportes que no sólo tienen un alto riesgo de deterioro físico dada su naturaleza, sino que se enfrentan además a una tecnológica obsoleta, pues la disponibilidad de lectores adecuados y funcionales es cada vez menor, no sólo en el mercado, sino en las instituciones depositarias de este tipo de fondos.

Inicialmente se tiene prevista la conversión a digital de más de 650.000 minutos de audio y vídeo, lo cual supondrá aproximadamente la digitalización de 4.800 casetes, 859 cartuchos, más de 5.000 cintas de VHS y BETA de las colecciones de la BNE.

Como ocurre en la mayoría de las ocasiones, la colección de estos soportes ha llegado a la BNE a través de la Ley de Depósito Legal. Son por tanto, un reflejo tanto de la industria cultural de consumo de masas que muestra los gustos y tendencias en el mundo de la producción musical y audiovisual de los años 70 (casetes y cartuchos) y los 80 en adelante (vídeos).

En el caso de los vídeos son muchos los títulos de los que solamente queda una copia en BETA/VHS. Y es que, aunque algunos títulos que se han vuelto a editar en soportes digitales como el DVD, las cintas magnéticas son documentos únicos debido a que los títulos digitales responden a nuevos montajes y ediciones de duración diferente a la conservada en VHS o BETA. En la colección que se va a digitalizarán se encuentran encontrar títulos de documentales como de cine español o internacional.

Por su parte, las casetes fueron, junto a los discos de vinilo, el sistema más popular de grabación y comercialización del sonido, por lo que una parte importante de su edición comercial se corresponde con otra idéntica en disco. La colección de la BNE es de unas 160.000 cintas de todos los géneros musicales y no musicales o archivo de la palabra. Dado su volumen, se ha hecho una selección para el proyecto de digitalización, apoyado por Red.es, teniendo en cuenta varios criterios: música española, compositor, letrista o intérprete español y dentro de esta selección, los casetes editados hasta 1975. Al mismo tiempo y con los mismos criterios, se han seleccionado grabaciones no musicales o Archivo de la palabra, que recogen las voces de poetas, políticos, filósofos, obras de teatro, recitados humorísticos, etc.

Junto a las casetes se va a digitalizar otro soporte magnético, la colección de cartuchos. El cartucho es un formato de ocho pistas grabadas en un solo sentido que alcanzó muy poca difusión comercial. La colección de la BNE es de 3.134 cintas que contienen en su mayoría música ligera de los años sesenta y setenta, se denominaron música de gasolinera y era un soporte usado sobre todo por los camioneros.

El proyecto de digitalización masiva y su objetivo: la preservación

El objetivo fundamental de este proyecto será la preservación, y aunque en un primer momento todo este material no quedará accesible a través de la red, se estudiarán las posibilidades para esta puesta a disposición del público respetando en todo momento la legislación de propiedad intelectual vigente.

Esta será una primera fase, ya que las colecciones de audio y audiovisuales de la BNE continuarán siendo una prioridad de digitalización para la BNE no sólo en lo que a soportes magnéticos se refiere, sino también a los ópticos (CDs, DVDs, Bluerays…).

Todo ello ha sido posible gracias al convenio de colaboración suscrito entre la BNE y la entidad pública empresarial Red.es, dotado con más de cinco millones de euros, para la preservación digital y la puesta a disposición de los ciudadanos de los fondos de la BNE.

Como recuerda la IASA (International Association of Sound and Audiovisual Archives) en un reciente informe, ha llegado el momento de preservar los millones de vídeos que se produjeron entre los 70 y los inicios de los años 2000 y que se encuentran en archivos de todo el mundo. El primer paso lógico de esta preservación será la conversión de la señal analógica a digital, lo que se consigue básicamente mediante una digitalización de alta calidad siguiendo recomendaciones internacionales acordes con el tipo de fondo de que se trata. Recomendaciones que hacen confluir la calidad del soporte de origen, la del archivo del digital resultante y la optimización de recursos disponibles (almacenamiento, software de codificación y transcodificación…). Esta digitalización no es garante por sí misma de la preservación de los fondos. Es por ello que, como en todos los proyectos de digitalización masiva iniciados hasta ahora por la BNE, se seguirán todas las recomendaciones internacionales que garanticen la preservación digital y reutilización en el futuro de este material. Una misión inherente a las funciones de la BNE y que próximamente se podrá ver formalizada en el plan de preservación digital de la BNE.

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