El artista Francisco Benítez presenta en el RJB-CSIC de Madrid una obra que explora la complejidad, los desafíos y las recompensas en un ambiente multiétnico y cultural

La exposición se puede visitar en el Invernadero de los Bonsáis hasta el 30 de agosto con entrada libre previo abono del acceso al Jardín Botánico

La exposición «Doña Inés Perdió su Zapatilla», que se puede visitar en el Real Jardín Botánico (RJB-CSIC) de Madrid hasta el próximo 30 de agosto, presenta el mundo de Doña Inés, personaje de ficción, una aristócrata que vive en un espacio / tiempo imaginado que abarca la América colonial y la Vieja Europa. El artista Francisco Benítez, autor de esta muestra, amplía su visión para esta exposición al incluir dibujos, una serie de fotografías narrativas, usando una cámara Kinax de los años 30, más videoarte, sonido, imágenes fijas digitales, además de pinturas figurativas.

“Las obras presentan una narración fracturada del personaje principal que interactúa con su sirvienta, alguien de quien depende totalmente, pero que permanece como una sombra en su universo contenido. Este personaje adicional se representa a menudo aplanado a dos dimensiones pero con ojos realistas y penetrantes. Ella ve pero no es vista, un fenómeno omnipresente en las sociedades coloniales y poscoloniales. A medida que los espectadores transitan por la exposición, son testigos de la evolución de esta persona de una visión bidimensional plana a una presencia viva tridimensional”, comenta Francisco Benítez.

El artista señala que la muestra también explora sus vivencias personales. “Mi padre se trasladó a Estados Unidos procedente de España a fines de los años sesenta, y formó una compañía de baile flamenco con mi madre, una nativa de Nuevo México. A medida que su compañía fue teniendo mucho éxito, viajando alrededor del mundo, viví toda mi infancia con mi abuela Chippewa en Taos, yendo a la escuela allí”.

El proyecto Doña Inés Perdió su Zapatilla se concibió en 2013 durante una visita de Benítez al Museo del Prado. Inspirado por las imágenes aristocráticas del siglo XVIII de Mengs y otros artistas, empezó a imaginar una historia ficticia de una aristócrata española cuyo marido recibe un puesto de Virrey, en Nueva España. La aristócrata entonces se encuentra en el Nuevo Mundo enfrentada con una sirviente india que hace poco fue capturada y que ha sido desvestida de toda identidad propia anterior, y que tiene que reconstruirse de una forma nueva en su nuevo emplazamiento.

La abuela de Benítez, fuente de inspiración

Una gran parte de la inspiración de esta exposición es la historia de la abuela de Benítez. “Fue enviada a un internado a la edad de 8 años, separada de la tierra, de su gente, de su familia. Después de mi experiencia en la Indian School y en la escuela secundaria, estudié y viví en España y Francia”, indica y explica que, “al morir mi padre y mi abuela, sentí la necesidad de desarrollar una exposición que explorara la complejidad, los desafíos y las recompensas que surgen al crecer en un hogar multiétnico y cultural”.

Y añade, para concluir, que, “habiendo crecido en estos diversos y dispares lugares, este proyecto en cierto sentido es una forma de reconciliar esas identidades y explorar un pasado conmovedor y fascinante que une a muchos de nosotros, que somos los hijos de esos primeros encuentros”.

“Es Francisco Benítez un observador en su quietud, cuando muy joven profundiza en las obras de distintos autores clásicos que le han hecho viajar dentro de sus recuerdos. Donde los enclaves y las situaciones, distintos tiempos en la historia, da a conocer la vida de las mujeres del siglo XVII en las colonias de Nuevo México”, explica la comisaria de la exposición, Isabel Bettina.

“Mujeres en perfecta unión, tras superar el abandono, la tristeza y la transgresión. Es Francisco Benítez un artista de esas emociones, al igual que Durero en su obra La Melancolía. Otros pintores como Domenico Fetti en el cuadro del mismo nombre en el Museo del Louvre, según me comenta Benítez, su observación siempre me evadía y ha sido inspiración a través de los años”, indica la comisaria.

“La exposición muestra, instancias, retratos, tanto de Doña Inés en distintos tiempos y Botánica, como retratos de la criada, amiga invisible en su principio. Junto a las obras de Doña Inés, aparecen sumergidas en otro tiempo actual, La Primavera de la Juventud, retratos de otras mujeres que guardan ahora la herencia de aquellos siglos. Somos lo que nuestros ancestros nos transmitieron”, concluye Isabel Bettina.

Artista y comisaria

Francisco Benítez Licenciado en BB.AA., Facultad de Bellas Artes e Historia del Arte, Universidad de Nuevo Méjico, Albuquerque, EE.UU., 1991. Un año de estudios en la facultad de Bellas Artes de Granada, España (1990-1991). Un año de estudios en el Art Student’s League, Nueva York (1987-1988). Dos años de estudios universitarios de Filosofía en St. John’s College, Santa Fe (1985-1987).

La comisaria de la exposición es Isabel Bettina Caparrós. Madrileña, nacida en el año 1965, dentro de una familia dedicada a la industria textil. Fue fundadora y directora de la empresa Salas EsperArte en el año 2008, produciendo y dando difusión a obra artística en video arte de artistas videocreadores, mostrando obras relacionadas con temas sociales o sanitarios.

Datos de interés:
Doña Inés perdió su zapatilla de Francisco Benítez
Real Jardín Botánico, Invernadero de los Bonsáis (Plaza de Murillo, 2 Atocha, Madrid)
Fechas: 18.May.2018-30.Ago.2018
Horario: 10:00 a 20:30 horas (mayo a agosto)
Precio: 4 € (visita incluida en la entrada al Jardín)

Imágenes Francisco Benítez

Artículo anteriorHacia una futura Área Europea de Educación
Artículo siguienteNueva moneda de colección VIII Centenario de la Universidad de Salamanca