Guillermo Pérez Villalta, Javier Codesal y Alexander Apóstol, mantienen una conversación junto a las obras del Museo del Prado para contar lo que sienten y cómo ven esa otra realidad histórica de las relaciones sentimentales entre personas del mismo sexo y de las identidades sexuales no normativas.

En esta ocasión los tres artistas intercambian opiniones y ayudan a entender lo que pudieron pensar los creadores de las obras expuestas en el Museo del Prado.  «La mirada del otro. Escenarios para la diferencia» realiza un recorrido por algunas de las piezas más significativas de la colección, haciendo referencia a obras de Velázquez o deteniéndose frente al bronce «Hermafrodito» 1652, de Matteo Bonuccelli (Roma, act. 1630 – Roma, 1654). Conocido en España como Matteo Bonarelli. Fundidor ayudante de Bernini, trabajó el mármol en San Pedro del Vaticano, en el relieve sobre la balaustrada del San Longinos y en la realización de una figura de niño para la tumba de la Condesa Matilda. Estuvo casado con Constanza Piccolonimi, amada del gran escultor e inmortalizada por él en un bustro que se conserva en el Museo Nacional de Florencia. También se dedicó a la restauración de las antigüedades de la familia Pamphili, pero su actividad más importante fue la realización de algunos de los bronces encargados por Velázquez, entre 1649-52, durante su segundo viaje a Italia, para decorar el Alcázar de Madrid.

La diversidad y riqueza de las colecciones del Prado hacen posible esta nueva aproximación que, amparada en la historiografía, permite comprender el significado más profundo de esta selección de 30 obras -icónicas algunas, como el grupo escultórico Orestes y Pílades de la Escuela de Pasiteles o David con la cabeza de Goliat de Caravaggio, y poco conocidas otras, como las excepcionales El Cid de Rosa Bonheur y El Maricón de la Tía Gila de Goya- que se articulan en seis recorridos temáticos con varios núcleos expositivos bajo el título La mirada del otro. Escenarios para la diferencia.

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