El ministro ha señalado que “el consenso de todos los grupos parlamentarios ha sido clave a la hora de la aprobación de esta Ley” que está inspirada en “la contemplación del cine como hecho cultural y necesariamente como industria cultural, por lo que concede una especial atención a los sectores independientes en el terreno de la producción, la distribución y la exhibición, lo que garantiza la existencia de un cine de calidad, que no por ello esté reñido con la comercialidad”.
Entre los aspectos beneficiosos de la Ley del Cine, César Antonio Molina ha destacado la apertura hacia las nuevas tecnologías que se van imponiendo en el mundo audiovisual (como la proyección digital), la apuesta decidida por las obras de creadores europeos e iberoamericanos, la cooperación con las Comunidades Autónomas, el impulso de determinadas medidas fiscales, el respaldo específico al cine realizado en lenguas oficiales distintas al castellano o la transformación del Instituto de Cine en Agencia Estatal.