Piedad Bonnett, antes de introducir el legado en la caja número 1426, acompañada por Luis García Montero. Foto: Instituto Cervantes / Irene Raya.

La escritora colombiana Piedad Bonnett depositó este jueves en la caja número 1426 de la antigua cámara acorazada del Instituto Cervantes un legado formado por cartas, apuntes preparatorios de sus libros, dibujos suyos y de su hijo fallecido o una radionovela. Todo ello, explicó, con el propósito de que se recuerden en un futuro sus poemas, novelas y obras teatrales.

“Un legado implica memoria, que es a lo que aspira todo escritor”, explicó Bonnett (Amalfi, Colombia, 1951). Por eso, “espero que cuando se abra esta caja alguien se acuerde de mi obra. He querido comunicar un pequeño mundo de afectos porque legar es desprenderse de lo querido, y eso implica dolor”.

El director del Instituto y poeta Luis García Montero definió a la autora como “un punto de referencia fundamental de la poesía colombiana”, que es, a la vez, “una de las grandes riquezas de la lírica escrita en español”. Bonnet es además una “novelista imprescindible”, desde su primer libro, De círculo y ceniza (1989) hasta el más reciente, Qué hacer con estos pedazos, obras todas ellas que “forman un mundo propio”.

El legado de Piedad Bonnett, que hace el número 118 de los recibidos en la Caja de las Letras desde el año 2007, se trasladará en su momento a la Biblioteca Patrimonial del Instituto Cervantes, en Alcalá de Henares (Madrid).

Lo componen una decena de cartas manuscritas originales que recibió de “escritores amigos, casi todos muertos, con los que he tenido relaciones hermosas”, y que suelen comenzar con un “Querida Piedad”. También, una de sus libretas de apuntes, “la más llena”, en las que anotaba ideas o contenidos para sus siguientes obras.

La muerte de su hijo Daniel, ocurrida solo unos días después de ser galardonada con el Premio Casa de América de Poesía Americana, está muy presente en su legado. La escritora y catedrática de la Universidad de Los Andes dejó un librito con dibujos y pinturas realizados por él, y que ella publicó en el aniversario de su fallecimiento. También, copias de una quincena de dibujos de objetos personales de Daniel (su corbata, reloj, zapatos…) que ella plasmó en un intento de “fijar su presencia” tras su desaparición.

La Caja de las Letras recibió asimismo el libro de artista titulado Lección de anatomía, en el que una docena de poemas suyos acompañan dibujos del cuerpo femenino creados por la ilustradora colombiana Luz Ángela Lizarazo. Y por último, la radionovela que la emisora Radio Nederland grabó en 10 capítulos sonoros a partir de una de sus novelas, y que Bonnett, quien es miembro del Patronato del Instituto Cervantes, adaptó al formato teatral.

Piedad Bonnett, antes de introducir el legado en la caja número 1426, acompañada por Luis García Montero. Foto: Instituto Cervantes / Irene Raya.

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