La colección de nenúfares tropicales 2021 en el Real Jardín Botánico se ubica en el estanque oval situado en la Terraza de los Bonsáis
La selección de los 22 nenúfares ha sido realizada por Tomás Escribano, un experto en el cultivo de estas exóticas plantas que viene donando al RJB-CSIC desde 2018
Los visitantes del Real Jardín Botánico (RJB) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ya pueden disfrutar de la colección de nenúfares tropicales de este año. Una selección de 22 ejemplares de distintos países, fruto de la donación de Tomás Escribano, un experto en el cultivo de esas bellas y exóticas plantas, que desde 2018 las viene aportando desinteresadamente como parte de su colección privada y que se ubican en el estanque oval de la Terraza de los Bonsáis.
Este año también se cuenta con dos ejemplares de Victoria (Hibrido Longwood) con hojas gigantes llenas de espinas y enormes flores blancas nocturnas. El objetivo es, además de mostrar estas fascinantes plantas a los visitantes del Jardín Botánico, demostrar que estos nenúfares también se pueden cultivar en nuestro país entre los meses de mayo a octubre y en zonas de interior como Madrid.
“El año pasado conseguimos por primera vez ver florecer un ejemplar gigante de Victoria en el Real Jardín Botánico. Teniendo en cuenta que el estanque oval no recibe más calor que el del propio sol, nuestro reto este año será volver a ver las impresionantes flores de estos nenúfares gigantes, que resultó todo un acontecimiento para los visitantes que los disfrutaron ‘in situ’, o para aquellos que siguieron el proceso con expectación y emoción en las redes sociales y en los medios de comunicación”, señala Tomás Escribano.
Además del impresionante tamaño que toman sus hojas flotantes llenas de espinas, el género Victoria guarda también otras peculiaridades como la termogénesis. Cuando las flores se abren se produce dentro de ellas un aumento de temperatura de 10 grados respecto a la temperatura ambiental. Esto hace que su aroma a piña madura se extienda muy lejos, atrayendo en su hábitat natural a un escarabajo tropical de la especie Cyclocephala castanea.
En su afán por alimentarse del néctar entra en las flores al abrirse durante su primera noche. En esa noche la planta es hembra y puede ser polinizada. Cuando sale el sol las flores comienzan a cerrarse atrapando dentro a muchos escarabajos, que tratando de salir se cubrirán de polen cuando a la noche siguiente la flor se abra. Las flores en su segunda noche se pasan a ser masculinas, cerrándose totalmente su parte femenina y generando el polen que los escarabajos llevarán a otras flores para hacer una polinización cruzada.
Según indica Escribano, en la colección de este año “hay muchas curiosidades”. Por ejemplo, Nymphaea caerulea, el famoso y erróneamente llamado ‘loto azul de Nilo’. “Un nenúfar lleno de historia que ya fascinó a los antiguos egipcios. Fue venerado y relacionado por sus flores de hábito diurno con el dios del sol Ra. Se conservan numerosas escenas grabadas en bajo relieves y papiros de los rituales que hacían con este nenúfar. Se cree que maceraban en vino con sus flores y eso producía efectos de euforia. Contiene sustancias psicotrópicas y son empleados para perfumería por su intenso aroma”, señala el cultivador.
En el centro del estanque, destaca Nymphaea gigantea ‘Albert de Lestang’, belleza australiana de grandes y altas flores blancas -hasta 20 centímetros de diámetro-.
La colección está pensada para mostrar los diferentes colores y formas de sus flores, que van desde el blanco, amarillo, naranja, rojo, azul y violeta. Y otro interés añadido es que muchos híbridos lucen hojas atigradas de diferentes colores como ‘Supermoon’, ‘Sex Pistols’, ‘Tanzanite’, ‘Foxfire’ o ‘L’Amore’ ofreciendo un follaje muy llamativo que se complementa con sus flores.
Aunque la mayor parte de estas plantas son de floración diurna, hay algunas variedades y especies de floración nocturna, es decir que abren sus flores al ocaso y se cierran sobre las 11 de la mañana del día siguiente, justo cuando el resto comienza a abrir sus flores. Por ese motivo Tomás Escribano ha donado ejemplares de híbridos nocturnos como ‘Red Flare’, de bellas hojas rojas, o Nymphaea ‘Missouri’, de enormes flores blancas para que así el visitante al Jardín más madrugador pueda ver siempre alguna planta en flor.
La colección, que se recomienda visitar entre las 11:00 y las 17:00 horas para ver abiertas el mayor número de flores, permanecerá dando flor todo el verano hasta finales de octubre, cuando ya comienzan a entrar en reposo perdiendo sus hojas como el resto de nenúfares rústicos. A principios de noviembre se retirarán los tubérculos tropicales, para recolectar y protegerlos durante los meses de invierno.
Datos de interés
Real Jardín Botánico, CSIC
Plaza de Murillo, 2 – Madrid