Unos dólmenes de 4.300 años de antigüedad han sufrido una agresión que requiere una intervención inmediata

¿Cómo es posible que se llegue a producir estas salvajadas en nuestro Patrimonio?

Nunca se podría imaginar José María Luzón cuando corría el año 1966 y descubría en Valverde del Camino (Huelva) unas sorprendentes edificaciones, que éstas acabarían vandalizadas y pintarrajeadas apenas unas décadas después. No sería hasta 1974 en que se empezaron a estudiar y dar a conocer al público los extraordinarios Dólmenes de los Gabrieles, que por los materiales hallados en sucesivas excavaciones, por sus grabados y tipología constructiva, se ha determinado su datación entre el 2200 y el 2500 aC., dentro del ámbito cronológico del Calcolítico.

Sin embargo, no gozan de ninguna protección legal específica y muestran un estado de conservación deficiente, con destrucción de sus partes y pintadas. Por todos estos motivos, los Dólmenes de los Gabrieles de Valverde del Camino (Huelva) acaban de ser incluidos en la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra (www.listarojapatrimonio.org) y que recoge más de 800 monumentos españoles que corren el riesgo de desaparecer si no se actúa de inmediato.

Este conjunto megalítico, constituido por seis dólmenes de galería cubierta, cuenta con una extensión de aproximadamente un kilómetro. El núcleo del conjunto lo forman los dólmenes 3, 4 y 5; los dólmenes 2 y 6 están algo más alejados y el 1 se halla aislado.

El dolmen 1 o el Dolmen Cortado conserva parte del túmulo de mampuestos y tierra, pero han desaparecido las losas que componían la cubierta. Su cámara es rectangular y se encuentra cerrada por dos grande bloques. Este dolmen conserva algunos grabados en los soportes verticales.

El cuanto al dolmen 2 o de El Cura, se halla también muy deteriorado. A este le faltan varias piezas verticales y horizontales, así como prácticamente toda la cabecera del monumento.

El dolmen 3 o de La Parada, por otro lado, conserva todos los elementos verticales pero ninguna de las losas de cubierta, ni resto del túmulo.

El dolmen 4 o de La Encina es el que mejor estado de conservación tiene. Cuenta con prácticamente la totalidad de sus piezas tanto verticales como horizontales, así como parte del túmulo que los cubría. En las paredes también se encuentran algunos grabados con motivos abstractos o formas más o menos geométricas. Cabe destacar que en el interior de este dolmen se halló una pila o ara, cuyo uso pudo ser ritual.

En el caso del dolmen 5 o de Los Niños, su estado de destrucción, por la desaparición de algunos de sus elementos o el desplazamiento de los pocos que se conservaban en el lugar, apenas permite reconocer su planta original.

Lo mismo le ocurre al dolmen 6, en el que los elementos de la cubierta han desaparecido en su totalidad, como muchos de los elementos verticales. Su destrucción es casi total.

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