Actualmente de titularidad privada «Jesús del Valle» era un eficiente y novedoso modelo de explotación agropecuaria

La hacienda fue construida por los jesuitas y aparece citada en los Anales de Granada de Henríquez de Jorquera (hacia 1645) como una granja de la Compañía

Fue una de las primeras haciendas levantadas según el modelo de la Compañía de Jesús, la congregación religiosa que san Ignacio de Loyola había fundado años antes, en 1534. Hoy, sin embargo, poco queda de su antiguo esplendor. La Hacienda de Jesús del Valle, al este de la ciudad de Granada, se encuentra en estado de ruina completa, a pesar de estar catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC). Ha sido expoliada parte de la solería en barro, azulejería y demás elementos ornamentales. Se han desprendido parcialmente las cubiertas, así como parte del primer nivel. Aún se pueden identificar zonas como las cocinas, palomar, refectorio, celdas, pozo, molino, etc. La vegetación ha invadido casi la totalidad del conjunto.

Abandono, deterioro y expolio. Pérdida de valores. Estado de ruina completa. Por todos estos motivos, la Hacienda de Jesús del Valle acaba de ser incluida en la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra (www.listarojapatrimonio.org) y que recoge cerca de 800 monumentos españoles que corren el riesgo de desaparecer si no se actúa de inmediato.

La hacienda fue construida por los jesuitas y aparece citada en los Anales de Granada de Henríquez de Jorquera (hacia 1645) como una granja de la Compañía. En un deslinde de fincas realizado a finales del siglo XIX se cita como Hacienda de Jesús del Valle.

Tras la expulsión de los jesuitas y la desamortización de sus propiedades, ya en manos privadas, las modificaciones realizadas sobre el complejo fueron menores, posiblemente reducidas a las transformaciones propias demandadas por las nuevas labores agrícolas y a la adición de una zona destinada a la guarda de ganado.

El complejo originario debió construirse a lo largo del siglo XVII, colaborando en su proyecto y ejecución arquitectos al servicio de la Compañía, como el padre Pedro Sánchez (quien había trabajado con Ambrosio de Vico en las obras de la abadía del Sacromonte, con la que guarda afinidades formales), o alguno de sus más directos discípulos. Esta vinculación con los arquitectos jesuitas es evidente también en soluciones formales como las de las bóvedas de la capilla y del refectorio, cuya organización y tratamiento es similar a las conservadas en el colegio de San Pablo de la Compañía en Granada. En 2005 fue declarado Bien de Interés Cultural.

Se encuadra en la tipología arquitectónica de las grandes explotaciones agropecuarias de los jesuitas en Andalucía, según el modelo de factoría agrícola, que responde a un modo de explotación del terreno mediante grandes superficies construidas organizadas en torno a un patio central y zona de corrales adosada en la parte trasera. Otros cuerpos, separados espacialmente, se destinarían a residencia de la comunidad religiosa y todo el complejo queda circundado por abundantes tierras de labor en propiedad.

El conjunto de edificaciones, actualmente de titularidad privada, consta de dos áreas delimitadas espacial y funcionalmente. Una zona que constituiría la hacienda propiamente dicha, cuya construcción comienza en el último tercio del siglo XVI y continua a lo largo del siglo XVII, ligada a los procesos productivos: Molino de aceite con sus prensas, aceña o molino de harina con restos de su maquinaria, lagar y corrales-yegüerizas. La segunda zona, cuya construcción data del siglo XVIII, estaba destinada a lugar de residencia temporal y villa de recreo de los miembros de la Compañía. En la construcción del edificio se adoptan modelos tradicionales y económicos que buscan la máxima funcionalidad.

Artículo anterior«Aunque sea de noche» visita el Museo Nacional de Escultura
Artículo siguienteExposición sobre el trencadís en la obra de Gaudí