El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, y el presidente de la Real Sociedad Matemática Española, Francisco Marcellán, han firmado un acuerdo de cooperación en proyectos culturales y educativos que se enmarca en la estrategia del Cervantes de «reivindicar la importancia del español como lengua de ciencia y tecnología».

El Instituto desea «profundizar la relación con todas las disciplinas científicas, y desde luego, con las matemáticas», dijo García Montero, porque «invertir en ciencia y tecnología es invertir en la democratización del idioma».

El acuerdo suscrito en la sede del Cervantes establece que «la ciencia y las matemáticas son parte esencial de la cultura española» y que «el lenguaje es el sustento del razonamiento matemático».

La primera concreción de esta colaboración será el programa de charlas-taller La magia de las matemáticas, para que niños de 7 a 12 años aprendan matemática recreativa a través de sesiones llenas de ilusionismo, juegos numéricos, juegos topológicos con cuerdas o construcciones en papel.

Los centros del Cervantes de Berlín, Milán, Nápoles, Túnez y Tetuán serán los primeros que organizarán estos talleres, impartidos por Fernando Blasco, que ayudarán a fomentar la intuición y la creatividad de los niños, mostrar la ubicuidad de las matemáticas y generar actitudes positivas ante esta materia.

Luis García Montero citó el poema de Juan Ramón que comienza «Inteligencia, dame el nombre exacto de las cosas», de su libro Eternidades, y la sentencia de Ortega y Gasset «La poesía es el álgebra superior de las metáforas» para insistir en la importancia y utilidad de esta línea de cooperación en proyectos que divulguen las matemáticas.

Por su parte, el presidente de la Real Sociedad Matemática Española citó al físico inglés Charles P. Snow y su teoría sobre el sempiterno desencuentro entre científicos e intelectuales literarios. Este protocolo, afirmó, «pretende superar ese mundo de dos culturas, no solo desde la perspectiva de los científicos y los humanistas, sino desde la propia ciudadanía».

Francisco Marcellán cree que la suma de las aportaciones de esas dos culturas «puede contribuir a la mejora de la calidad democrática de nuestra ciudadanía», y recordó que la llamada Edad de Plata de la ciencia española (1910-1936) coincidió con el auge cultural (Generación del 27, grandes artistas, etc.) y con «la apuesta durante el periodo republicano por una cultura popular en la que se involucraron científicos y humanistas».

Foto: El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, y el presidente de la Real Sociedad Matemática Española, Francisco Marcellán. Instituto Cervantes / Sara Bonell

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