Las visitas se realizarán en grupos de 20 personas, durarán 65 minutos y permitirán descubrir uno de los mayores legados artísticos de la historia de España, fruto de 600 años de mecenazgo y coleccionismo por parte de la Casa de Alba.

Las entradas, que incluyen audioguía en distintos idiomas, tendrán un precio general de 14 euros y podrán adquirirse a partir de hoy en Internet y de septiembre en taquilla.

A partir de septiembre, los ciudadanos y visitantes de Madrid contarán con una nueva propuesta cultural y artística entre las que elegir cuando decidan hacer turismo por la capital: el Palacio de Liria, una de las residencias privadas más importantes de la ciudad.

El XIX Duque de Alba continúa fiel a su compromiso con la conservación y difusión del patrimonio histórico-artístico de su familia y, como ya hizo el año pasado en Salamanca con el Palacio de Monterrey y en 2016 en Sevilla con el Palacio de Las Dueñas, ha decidido abrir las puertas al público de este importante edificio de estilo neoclásico ubicado en la céntrica calle de la Princesa.

“Mi deseo es compartir las obras que componen la colección de mi familia con un público cada vez más entendido e interesado en la Cultura y la Historia, dando a conocer los tesoros artísticos de la Casa de Alba a toda la sociedad española. Gracias a nuestra constante labor de conservación, estas obras únicas han llegado hasta nuestros días y ahora quiero mostrárselas a todos los ciudadanos y visitantes de Madrid”, explica el duque al respecto. Deseo que ya iniciaron los XVIII Duques, doña Cayetana y don Luis, abriendo las puertas a investigadores y divulgadores.

Las visitas se realizarán en grupos de un máximo de 20 personas y durarán unos 65 minutos, tiempo en el que se contemplarán más de una docena de estancias ubicadas en las plantas primera y baja del Palacio, incluida la biblioteca, que contiene más de 18.000 volúmenes y donde se exhiben joyas bibliográficas y documentales como la Biblia de la Casa de Alba, la única colección de cartas autógrafas de Cristóbal Colón en manos privadas, el último testamento de Fernando ‘El Católico’ o la primera edición de ‘El Quijote’ de Madrid de 1605.

Durante el recorrido, los visitantes también tendrán la oportunidad de descubrir uno de los mayores legados artísticos de la historia de España, fruto de 600 años de mecenazgo y coleccionismo por parte de la Casa de Alba. Entre las obras pictóricas más destacadas, están los retratos de Francisco de Goya a la XIII Duquesa de Alba y a la Marquesa de Lazán, así como los que hicieron Tiziano y Rubens del Gran Duque de Alba, además de otros importantes lienzos firmados por Velázquez (‘Infanta Margarita’), Murillo (‘Juan de Miranda’), Zurbarán (‘Santo Domingo de Guzmán’) o El Greco (‘Cristo en la Cruz’), entre otros relevantes artistas.

La pintura flamenca, holandesa e italiana tiene, asimismo, un importante papel en esta colección y, en especial, el emotivo doble retrato de Carlos V y la emperatriz Isabel de Portugal, de Peter Paul Rubens, junto con paisajes, interiores y marinas de autores como David Teniers, Van de Velde, Jan Brueghel de Velours, y destacadas obras de Palma el Viejo, Peruggino o Maratta, entre otros.

Las artes decorativas completan los salones con un nutrido conjunto de porcelanas de diferentes fábricas (Sevres, Meissen, Alcora, Buen Retiro), así como una rica y variada colección de relojes o mobiliario de diferentes estilos y épocas, entre los que destacan los elaborados por los célebres ebanistas Riesener y Jacob, y otros muchos llegados al Palacio de Liria de la mano de la Emperatriz Eugenia de Montijo, esposa del emperador Napoleón III, que allí pasó sus últimos días.

De la colección de tapices merece la pena destacar los cuatro paños de ‘Las Nuevas Indias’, tejidos en la fábrica parisina de Gobelinos, y los tres de la ‘Jornada de Alemania’, de Willem de Pannemaker (siglo XVI), dedicados a las campañas del emperador Carlos V.

Respecto al edificio, el Palacio de Liria es una de las más destacadas manifestaciones de la arquitectura civil madrileña. Construido en la segunda mitad del siglo XVIII por Ventura Rodríguez, de marcado estilo neoclásico, planta rectangular y rodeado de jardines, el Palacio fue dañado gravemente durante la Guerra Civil Española y reconstruido gracias a la tenacidad y al sentido del deber del XVII duque de Alba, Don Jacobo, y de los XVIII Duques Doña Cayetana y Don Luis, cuya obra culminaron y costearon en su totalidad.

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