Seguramente ningún viaje a Holanda estaría completo sin detenerse en uno de los molinos de viento icónicos. Afortunadamente, hay cientos de ellos repartidos por todo el país, y además de visitarlos, en muchos de ellos puedes dormir o tomarte una cerveza, y desde ahora aprender el oficio del molinero.

Un destino por excelencia para los amantes de los molinos es Kinderdijk, donde hoy puedes participar de un taller para niños y adultos y aprender la profesión de molinero.

Kinderdijk está formado por diecinueve hermosos molinos, construidos hacia 1740, que forman parte de un gran sistema de gestión de agua para prevenir inundaciones. En la actualidad son el símbolo de la gestión de agua holandesa, y en 1997 se incluyeron en la lista del patrimonio de la humanidad de la UNESCO.

Molinos de viento que deben mantenerse en excelentes condiciones porque si las estaciones de bombeo dejaran de funcionar debido a un apagón o falta de petróleo, por ejemplo, estas viejas estructuras serían la única solución para defender del agua al país. Y esta es la razón por la que estos molinos requieren un mantenimiento constante.

Pero, ¿quién se ocupa de que estén siempre en condiciones impecables? El molinero, por supuesto. Y ahora un taller para adultos y niños te enseña todas las curiosidades de esta profesión, y sobre el funcionamiento de los molinos.

En la actividad Escuela para molineros: ¡conviértete en molinero por un día en Kinderdijk! los mayores y pequeños podrán descubrir los trucos del oficio y el funcionamiento de los molinos.

Al final de la experiencia, los niños recibirán un certificado de «Ayudante de Molinero”.

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