Mirador de Lindaraja, denominación adaptada al castellano de al-Ayn Dar Alsa, los «ojos de la casa de Alsa», era una atalaya abierta al paisaje ante la que se extendía un jardín bajo. La armadura apeinazada del Mirador de Lindaraja fue construida bajo el segundo reinado de Muhammad V en el año 1380. Realizada en madera de pino está formada por más de 90 tipos de peinazos diferentes, que ensamblados forman una estructura autoportante a modo de artesa invertida. Su diseño sigue un trazado puramente geométrico de octógonos regulares e irregulares. La novedad de esta armadura radica en la presencia de vidrios de colores recortados (azul, melado, blanco, rojo y verde) en lugar de zafates de madera encajados en el reverso.

El techo del Mirador de Lindaraja, a modo de linterna cenital, está realizado a base de cristales de colores ensamblados en una estructura abovedada de madera. Es el único ejemplar de estas características que se conserva en la Alhambra. Su acabado formal recuerda cómo serían los cierres, las celosías, de la mayoría de las ventanas de los espacios palatinos de la Alhambra. El texto árabe del Mawlid de 1362 describe en el Mexuar un espectacular techo de cristal que debió ser semejante a este. A Muhammad V le debía gustar este tipo de techumbre, que probablemente tuvo también en su desaparecido palacio de los Alijare.

Los peinazos son piezas de madera que cumplen una doble función: constructiva y decorativa. Están policromados en rojo, negro, blanco y azul, y decorados con gramiles, finos surcos trazados en la superficie vista de la madera.

Su configuración actual se la debemos a la intervención realizada en la armadura y la torre entre los años 1854 y 1855 por encontrarse desplomada y bajo amenaza de ruina. En 1871 se colocaron todos los vidrios restableciendo la secuencia de color y fijándolos con trozos de tela a la madera.

Hace años se realizaron trabajos de restauración entre los análisis realizados se pudo confirmar que los colores originariamente empleados fueron distintos: así el rojo sustituyó al púrpura original y el blanco al transparente. También dedujeron que el principal motivo de deterioro ha sido su orientación al norte y la entrada constante de agua de lluvia, polvo, viento y arrastre de material orgánico. Las patologías detectadas en su momento fueron la acumulación de suciedad por el trasdós, deformaciones y grietas en la madera, separación de los ensambles, oxidación de los elementos metálicos y pérdida de policromía. El objetivo de la restauración fue la de devolver consistencia estructural y posibilitar la correcta lectura a través de la reposición de los vidrios según la distribución de color utilizada en 1871, única y última propuesta que se ha conservado hasta la actualidad.

La intervención comenzó con el desmontaje de vidrios y paños de la armadura para su traslado al taller de restauración, donde se han llevado a cabo los distintos procesos de restauración: Limpieza química de los vidrios. Eliminación de las antiguas estructuras de refuerzo. Limpieza y tratamientos biocidas de la madera. Sentado de policromía, consolidación y refuerzo estructural de la armadura y aplicación de una capa de protección. Consolidación estructural de los paños de la armadura mediante piezas de fibra de vidrio y resina de poliéster se adapta al diseño de los peinazos sin aportar peso excesivo a la vez que refuerza los ensambles. Colocación de los vidrios por el reverso. Montaje de la nueva armadura tras el saneado de los apoyos. Instalación de infraestructuras de Mantenimiento. Sistema de iluminación por el reverso con la tecnología LE, para apreciar los vidrios de colores en la visita.

Información: Mirador de Lindaraja, Alhambra de Granada

Artículo anteriorEl Museo del Prado nominado a los «Oscar» de Internet
Artículo siguienteIliazd & Picasso. Páginas de arte y de vida, en Málaga