El Museo del Prado ha presentado la generosa donación realizada en 2018 por la familia Ellacuria Delgado, descendiente del pintor Cecilio Pla (1859-1934), que está compuesta por un abundante epistolario, numerosos negativos y positivos fotográficos y algunos de sus cuadernos, así como por otros dibujos sueltos y diferente material relacionado con su carrera, como los diplomas y medallas con los que fue premiado.

El conjunto, del que se muestra, hasta el 28 de julio, una pequeña selección en la sala 62 A del edificio Villanueva, permitirá un mayor conocimiento de la obra del pintor valenciano y del panorama artístico y cultural de su tiempo.

En la sala 62 A del edificio Villanueva se presenta una pequeña muestra de la generosa donación realizada en 2018 por los hermanos Ellacuria Delgado, hijos de Ana María Delgado, nieta de Cecilio Pla Gallardo (1859-1934), pintor valenciano de especial interés en el panorama artístico español del siglo XIX y del que el Museo del Prado conserva algunas de sus principales obras.

En torno a un autorretrato de Cecilio Pla, adquirido por el Estado en 2018, se articulan una serie de documentos gráficos, dibujos, cartas y algunas de las medallas recibidas durante su carrera para reflejar la heterogeneidad de esta donación y permitir al visitante descubrir algunos detalles de la vida y carrera artística de este pintor.

La donación

Esta donación supone la incorporación al Museo de un nuevo archivo personal de artista, que además, en este caso, es muy nutrido, diverso y completo. Por ello, fortalece una de las nuevas vías de crecimiento de las colecciones del Prado. Su interés no se limita al conocimiento de la pintura decimonónica. Al igual que los fondos de Valentín Carderera y de Enrique Simonet, este también está centrado en un solo artista, pero, en este caso, dada la relación docente y personal que Pla tuvo con buena parte de los artistas jóvenes desde comienzos del siglo XX, nos ofrece información relevante para el estudio de todos estos.

Por su taller pasaron artistas tan relevantes como Gabriel Morcillo, José López Mezquita y Carolina del Castillo, la mujer artista más relevante entre el numeroso grupo de alumnas que asistían a sus clases. El archivo, además, se ha conservado de manera casi íntegra hasta ahora, hecho no muy frecuente en el caso de los artistas decimonónicos, cuyos fondos personales a menudo se han perdido o disgregado.

Por tanto, su interés reside no solo en el conocimiento que ofrece para el estudio de la figura de Cecilio Pla, pintor representado en nuestras colecciones, sino también en el conocimiento del panorama artístico español.

La selección de dibujos expuestos permite observar su calidad como dibujante y su dedicación a la ilustración gráfica, así como su interés por el paisaje y las escenas marítimas. Dentro de las casi quinientas cartas donadas se encuentran remitentes como el compositor Ruperto Chapí, el escritor Miguel de Unamuno y su paisano Joaquín Sorolla. El conjunto de más de trescientas fotografías es también de gran importancia y permite estudiar el proceso creativo de muchas de sus pinturas. La donación también incorpora las principales medallas recibidas a lo largo de su carrera, de las que aquí se muestran dos de las más importantes.

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