En el marco de la celebración de su Bicentenario, el Museo del Prado publica un cómic que narra las historias cotidianas de esta institución -y algún suceso extraordinario- con dosis de emotividad y ternura.

Con este cuarto título, el Museo del Prado consolida su línea editorial de cómics tras El tríptico de los encantados de Max, El perdón y la furia de Altarriba y Keko e Idilio de Montesol.

Este cómic de Sento, basado en una idea de José Manuel Matilla, jefe de Conservación de Dibujos y Estampas y responsable de la línea editorial de cómics del Museo del Prado, se publica con motivo del Bicentenario del Prado para contar algunas de las anécdotas que ha protagonizado la institución en sus 200 años de historia y que no siempre han llegado al público.

El cómic, que reúne siete relatos, se inicia con la ficción de la visita de Goya el primer día de apertura y continúa con historias reales sobre los visitantes, los vigilantes, los restauradores, los conservadores, los directores, las visitas oficiales, la prensa y las exposiciones. Un libro que aproximará al lector al estrecho vínculo que se ha forjado entre las obras de arte que alberga el Prado y los profesionales que tienen el privilegio de trabajar en contacto directo con ellas. Una conexión que ha trascendido este ámbito y alcanza por igual a sus visitantes, que sienten como suya esta institución bicentenaria.

De la mano de Etelvino Gayangós -conserje perpetuo de este museo e interlocutor de pintores, trabajadores y visitantes-, sus 99 páginas a color narran una visión diferente de la que se ofrece en los relatos oficiales, pero no menos real, y basada en hechos documentados como la historia del robo de piezas del Tesoro del Delfín que, hace cien años, puso a prueba al “laboratorio de criminalística” de la época; la fake news de la que fue objeto el Museo en el siglo XIX —un pavoroso incendio en sus salas— que contribuyó a rescatarlo del olvido gubernamental; la bomba que cayó cerca de la institución en la Guerra Civil y que, guardada durante décadas por un particular, hoy forma parte de su catálogo; o la historia del visitante anónimo que durante años guardó las postales recuerdo de su visita.

“Y recuerden: las miradas preservan los cuadros, acrecientan el espíritu de sus creadores y cultivan la inteligencia del que lo hace. Pasen y vean o, en este caso, lean y miren.” Etelvino Gayangós

ÍNDICE
1819-2019
Una noticia incendiaria. 1891
El robo del Tesoro. 1918
Una bomba en el Museo. 1936-2003
Una visita fugaz. 1988
La larga espera. 1990
El nuevo Bruegel el Viejo. 2010
La postal de Casimiro.2012

Sento

Vicent “Sento” Llobell Bisbal (Valencia, 1953) es uno de los miembros clave del movimiento de la nueva historieta valenciana, que en los años ochenta desarrolló un estilo vinculado a la línea clara. Tras licenciarse en la Facultad de Bellas Artes de Valencia, entre 1979 y 1981 ejerció como profesor de Anatomía, trabajo que abandonó para dedicarse profesionalmente a la historieta con el nombre de Sento.

En la actualidad, ha retomado la docencia e imparte cursos en la Escuela Superior de Arte y Tecnología de Valencia. Tiene publicados doce álbumes de cómic, seis libros ilustrados, seis novelas gráficas, más de veinte carteles y numerosas ilustraciones e historias cortas para diferentes revistas, entre las que destacan sus aportaciones a las emblemáticas Bésame mucho y Cairo. También ha diseñado cinco fallas vanguardistas y la gigantesca figura transitable del parque Gulliver de Valencia.

En 2013 ganó el Premio Internacional Fnac-Sinsentido de Novela Gráfica por Un médico novato, la adaptación al tebeo de las memorias de su suegro durante la Guerra Civil, continuado y recopilado finalmente en un solo tomo en 2017 bajo el título Dr. Uriel.

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