Vivir y comer en lugares emblemáticos que nos trasladan a la vida y obras de pintores holandeses es posible. En Nuenen, en la provincia de Brabante, Vincent Van Gogh pasó unos años en los que se caracterizó por su pintura dedicada a los campesinos y artesanos del lugar. Allí realizó obras tan conocidas como ‘Los comedores de patatas’. En Nuenen también plasmó en 16 cuadros el trabajo de los tejedores, que encontraba fascinante. Van Gogh pintaba con todo detalle los telares, que ocupaban un gran espacio y quitaban protagonismo al propio tejedor. Precisamente en una de las casas donde pintó a algunos de estos tejedores en Nuenen, se va a abrir próximamente un Bed & Breakfast.

También en Nuenen, Van Gogh inmortalizó en uno de sus cuadros el molino Van Opwetten, que hoy en día se ha convertido en un restaurante en el que degustar lo mejor de la gastronomía de la zona. Este histórico edificio data del siglo XI y fue construido por monjes de la abadía de Sint-Truiden. En el pasado funcionó como molino de maíz, aceite y madera, y conserva la rueda más grande de los Países Bajos.

Casa natal de Vermeer

En Delft también es posible trasladarse a la vida y obra de otro de los grandes pintores holandeses: Johannes Vermeer. Y es que próximamente abrirá sus puertas el hotel restaurante De Vliegende Vos (El zorro volador), ubicado en la casa natal del pintor. Allí se mudaron en 1629 su padre, Reynier Jansz Vos, junto a su mujer y su hija. Vermeer nació en esta casa y vivió allí junto a su familia hasta los nueve años de edad. El hotel restaurante conservará el edificio original del siglo XVII, y su decoración transportará al visitante a la infancia de Vermeer. El restaurante contará con exposiciones temporales y recordará cómo el padre de Vermeer utilizó este espacio como tienda de arte.

El pequeño hotel contará con tres habitaciones decoradas al estilo del siglo XVII pero con todo el lujo y comodidad de la época actual. Una de las habitaciones, situada en un anejo secreto, será ideal para familias o grupos ya que cuenta con un dormitorio extra en la zona del ático. Otro de los espacios más singulares de este nuevo hotel será el antiguo salón de la familia Vermeer, situado en la planta baja. El espacio cuenta con una impresionante chimenea de madera de roble, decorada con cerámica de Delft y muebles antiguos. Durante el día, el visitante podrá hacerse fotos disfrazado del siglo XVII, representando a personajes inmortalizados por Vermeer como ‘La joven de la perla’, ‘La lechera’ o un comerciante del siglo XVII. Por la noche, el espacio se alquilará para pequeños eventos.

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