El manuscrito original del poema Oda al vino (1953), de Pablo Neruda, reposa desde en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes. El director de la Fundación Vivanco para la Cultura del Vino, Santiago Vivanco, y el presidente de la Federación Española del Vino (FEV), Miguel A. Torres, depositaron este miércoles en la antigua cámara acorazada del Cervantes la versión primigenia de aquel poema que el premio Nobel chileno escribió en su casa de Isla Negra.

El escritor chileno y premio Cervantes Jorge Edwards, y el ministro de Agricultura, Luis Planas, estuvieron presentes en la entrega del documento, que permanecerá custodiado bajo llave en la caja de seguridad número 1458 durante exactamente dos años, hasta el 13 de junio de 2020.

Se trata de un total de ocho hojas tamaño folio (315 mm x 220 mm) escritas íntegramente a mano en tinta de color verde, como hacía habitualmente el poeta. Considerada una de las composiciones más bellas dedicadas a esta bebida milenaria, contiene en la última hoja la firma del premio Nobel de Literatura 1971.

El manuscrito autógrafo, propiedad de la Fundación Vivanco para la Cultura del Vino, es la primera versión de Oda al vino y contiene correcciones a mano de Pablo Neruda. El texto tiene pequeñas variantes respecto a la versión definitiva que la Editorial Losada (Buenos Aires) publicó en 1954, incluida en el conocido libro Odas elementales.

Dos premios Nobel

El director del Instituto Cervantes, Juan Manuel Bonet, destacó que la Caja de las Letras acoge desde hoy legados de dos premios Nobel de Literatura (Neruda y el colombiano Gabriel García Márquez) y calificó como «una conjunción hermosa» la unión de vino, cultura, literatura, España y Chile que se plasmó en la cesión de esta pieza original.

El director de la Fundación Vivanco para la Cultura del Vino (cuyo Museo, ubicado junto a la localidad riojana de Briones, atesora esta y otras joyas artísticas y literarias) y el presidente de la FEV, coincidieron en agradecer al Cervantes la custodia de un legado que representa como pocos el nexo que han mantenido el vino y la literatura desde hace siglos.

Degustaciones y maridajes en los centros

Antes de la entrega del manuscrito, Juan Manuel Bonet y Miguel A. Torres suscribieron un protocolo general de actuación que sienta las bases para la colaboración entre el Instituto Cervantes y la FEV, organización que agrupa al sector bodeguero español, tanto a elaboradores como a comercializadores de productos vitivinícolas.

Según el acuerdo, ambas partes podrán colaborar en la «difusión en el exterior de la cultura del vino como parte del patrimonio cultural español, vinculado a patrones de consumo moderado e integrado en la milenaria dieta mediterránea». Se prevé que diversos centros del Instituto sigan celebrando catas en las que los asistentes conozcan la producción de los diferentes vinos de España.

En concreto, Juan Manuel Bonet anunció que podrán organizarse maridajes entre vino y literatura cuyo pilar sea la relación entre un escritor y el vino de la zona geográfica correspondiente: sobre Rafael Azcona y los caldos de La Rioja, sobre Álvaro Cunqueiro y Galicia, Caballero Bonald y el Jerez, García Pavón y La Mancha o Josep Pla y Cataluña, entre otras múltiples opciones que aúnen literatura y degustación.

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