Se conmemorará el quinto centenario de la expedición española que realizó la primera circunnavegación del planeta. Una proeza que fijó empíricamente las medidas de la tierra aunque, por las dimensiones de los océanos descubiertos, bien podría haberse rebautizado planeta agua.

El 13 de junio se celebra la Jornada del Instituto de la Ingeniería en España (IEE). «La vuelta que cambió el mundo, 500 años de la primera circunnavegación a vela». La jornada pretende acercar esta hazaña a través de tres visiones complementarias: los avances cartográficos que supuso la expedición, la tecnología naval de la flota que fue capaz de circunnavegar la tierra y al estado del arte de la navegación oceánica deportiva cinco siglos después.

Con el objetivo de llegar a las islas de las especies por la ruta de Occidente [sentido Este-Oeste], el 10 de agosto de 1519, zarpó desde Sevilla una flota de cinco navíos: Santiago, San Antonio, la Concepción, Trinidad y Victoria,  capitaneados por los navegantes Don Fernando de Magallanes y Don Juan Sebastián Elcano. Esta arriesgada empresa, cual capital-riesgo, fue financiada de manera público-privada al 77% por la Corona de Castilla y al 23% por Don Cristóbal de Haro. En términos económicos fue rentable por sí sola, ya que a pesar de todas las calamidades sufridas por los 237 hombres que componían la expedición de los que sólo regresaron 18, gracias a las toneladas de clavo, nuez moscada y otras especias contenidas en la única nave que completó la travesía el 8 septiembre de 1522: la nao Victoria. En términos sociales, sin embargo, transformó la humanidad para siempre, al constatar que sólo había una género humano sobre la faz de la tierra y al establecer las rutas marítimas que marcaron la economía mundial durante los siguientes tres siglos.

En aquellos días España era líder tecnológico mundial y competía el liderazgo geopolítico, íntimamente ligado con el comercio marítimo, con nuestra vecina Portugal. Sirva de referencia el tratado de Tordesillas, firmado en 1494, único en la historia en el que dos naciones se dividieron el mundo conocido a través de un meridiano: a treinta grados al oeste del primer meridiano [tres grados al oeste de Cabo Verde].

España: sus navegantes, cartógrafos y marinos, con el soporte decidido de sus Gobernantes, y con una de las mejores flotas del mundo, abrió las principales rutas marítimas, transformando el comercio mundial para siempre. Produce admiración conocer estudios, de principios del siglo XVIII, de los canales interoceánicos de Panamá y de Nicaragua, realizados por cartógrafos e ingenieros españoles.

El Órgano de Historia y Cultura Naval (OHCN) participa en la Jornada con la intervención “Los barcos de la Expedición Magallanes-Elcano” de Francisco Fernández González, catedrático de Construcción Naval de la Universidad Politécnica de Madrid, y consejero colaborador del OHCN. La jornada contará con la presencia de Carlos del Álamo Jiménez, Presidente del Instituto de la Ingeniería de España; José Esteban Pérez García, Presidente del Comité de Asuntos Marítimos del IIE; Ignacio Sánchez de Mora y Andrés. Vocal del Comité de Asuntos Marítimos del IIE. Sobre la cartografía de la expedición Magallanes-Elcano, hablará Carmen Manso Porto, Doctora en Historia del Arte. Responsable Sección de Cartografía yArtes Gráficas de la Biblioteca de la Real Academia de la Historia; y la vela oceánica del futuro correrá a cargo de Alex Pella Valette, Navegante Oceánico, Ganador y Vigente RecordMan del Trofeo Julio Verne (Record Absoluto de la vuelta al mundo a vela), de la Ruta del Rón, la Ruta del Té y la Transat Jaques Vabre.

 

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