La Biblioteca Nacional de España homenajea a Enrique Tierno Galván coincidiendo con el centenario de su nacimiento con una muestra bibliográfica (del 9 de mayo al 7 de julio) en la que se recopila su obra como escritor, profesor, político, jurista y filósofo.

Tierno Galván (1918-1986): “El optimista histórico” reúne ensayos, libros, artículos y biografías pero también charlas, conferencias, cartas, reflexiones políticas y sus bandos como alcalde de Madrid, cargo que ocupó desde 1979 hasta su muerte, en 1986.

La muestra, que presenta una selección de cuatro decenas de textos, estará situada en la antesala del Salón de Lectura de la BNE y podrá visitarse de lunes a viernes de 10.00 a 20.00 horas y sábados de 10.00 a 13.30 horas.

Nacido en Madrid en 1918, Enrique Tierno Galván fue un referente moral para varias generaciones de españoles, un prestigioso intelectual que dominaba las más diversas materias, un escritor con un particular estilo entre arcaizante e irónico y un hombre político admirado más allá de disputas ideológicas.

Participó en la Guerra Civil como soldado en el bando republicano y sufrió un internamiento en un campo de concentración franquista, periodo del que prefería no hablar. Tras la contienda, encontró refugio en el Ateneo de Madrid y en la Biblioteca Nacional, donde prácticamente tenía reservada la butaca 204. Se doctoró en Filosofía y Letras y en Derecho con su tesis sobre el tacitismo hispano, toda una declaración de intenciones.

Impartió clases en la Universidad de Murcia y en 1953 ganó la cátedra de Derecho Político en la Universidad de Salamanca, donde pronto se ganó el apodo de “viejo profesor”, aunque solo tenía 35 años.

Representante del regeneracionismo y del funcionalismo, con Spinoza, Gracián y Carl Schmidt como referentes, desde allí dirigió el Boletín Informativo del Seminario de Derecho Político, que introdujo en España la cultura política europea más actual a través de su sección Europa a la vista. Con el mismo énfasis europeísta presidió la Asociación para la Unidad Funcional de Europa, que incorporaba muy diversas corrientes ideológicas.

A la vez que persiste en su lucha por agrupar a toda la oposición democrática al régimen franquista, en los años 50 escribe tres libros sobre el Barroco, periodo que le apasionaba, y traduce el Tractatus Logico-Philosophicus de Wittgenstein.

Su actividad política pronto chocará con las autoridades y en 1957 es enviado a prisión. A lo largo de su vida sus ideas fueron evolucionando, desde su anarquismo juvenil hacia un marxismo humanista, pero su pensamiento siempre se caracterizó por ser una mezcla de utopismo y pragmatismo, por propugnar la libertad intelectual, la democracia social y la tolerancia política.

Cuando en 1965 es expulsado a perpetuidad de la universidad española junto a Aranguren y García Calvo por apoyar los movimientos de protesta estudiantiles, se convierte en un símbolo del antifranquismo y de la izquierda no comunista, siendo reconocido internacionalmente, lo que le lleva a impartir cursos en las universidades de Puerto Rico, Princeton y Bryn Mawr.

En 1968 funda el Partido Socialista del Interior, disconforme con la línea seguida por el PSOE tradicional. Este enfrentamiento se mantendrá hasta 1978 cuando su nuevo partido, el Partido Socialista Popular, se integre en el renovado PSOE de Felipe González.

Su activismo político no le privará de continuar escribiendo libros tan dispares como Macías Picavea, Sobre la novela picaresca o ¿Qué es ser agnóstico? Incluso después de ser elegido alcalde de Madrid, tendrá tiempo de publicar algunos de sus libros más curiosos como Carta a una profesora italiana sobre Don Diego Hurtado de Mendoza (en el que atribuye a este la autoría del Lazarillo de Tormes), su libro de memorias Cabos sueltos o sus populares Bandos, en los que hace gala de su proverbial erudición e ironía.
Se convirtió en un emblema de la modernización del país, en una figura de consenso y fue querido sin distinción de familias políticas, tal y como se demostró en su multitudinario entierro.

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