El Museo del Prado presenta “Fortuny (1838-1874)”, la primera exposición antológica que el Prado dedica al artista español del siglo XIX con mayor proyección internacional y un verdadero renovador en todas las parcelas del arte que cultivó.

La muestra, que se exhibe en las salas A y B de edificio Jerónimos, tiene un carácter rigurosamente excepcional e irrepetible, ya que recorre las diversas etapas de la producción del artista catalán como pintor, acuarelista, dibujante y grabador e incluye, como novedad relevante, su faceta como coleccionista de antigüedades, en íntima relación con la búsqueda de las calidades, el color y la luz en sus pinturas.

Así, se han reunido 169 obras, una treintena de ellas de la excelente colección del Prado y el resto de grandes colecciones y museos de Europa y Estados Unidos que en raras ocasiones han salido de sus lugares de procedencia, y de otras particulares. 67 de estas obras no habían sido nunca expuestas fuera de sus colecciones y museos de procedencia, siendo 12 de ellas totalmente inéditas hasta el momento. Además, en el catálogo se reproducen casi 400 imágenes, 70 de ellas por vez primera.

Dentro de la línea de actuación iniciada hace ya varios años en la revisión de los grandes maestros de la pintura española del siglo XIX, el Museo del Prado presenta la gran exposición antológica “Fortuny (1838-1874)”, patrocinada por la Fundación AXA y con la colaboración especial del Museo Fortuny de Venecia y el Museu Nacional d´Art de Catalunya.

Dedicada a uno de los artistas españoles del siglo XIX que ha gozado hasta nuestros días de una valoración más sostenida de su arte y de una mayor repercusión internacional, destacándose entre las figuras capitales del arte español de todos los tiempos, la exposición podrá visitarse en las salas A y B del edificio Jerónimos del 21 de noviembre de 2017 al 18 de marzo de 2018.

Aunque la figura de Fortuny ha sido celebrada desde antiguo por parte de la bibliografía especializada y a través de las numerosas exposiciones e iniciativas de diversa calidad e interés que se le han dedicado en las últimas décadas, su talla como artista y su profundo arraigo con la más genuina tradición de la gran escuela española argumentan la atención del Prado hacia este gran maestro con la misma ambición y envergadura que viene dedicando a los pintores más sobresalientes que integran sus colecciones.

La exposición, comisariada por Javier Barón, jefe de Conservación de pintura del siglo XIX, se estructura en un recorrido articulado de forma cronológica por las aportaciones de Fortuny como pintor, acuarelista, dibujante y grabador. Junto a ellas se exhiben ejemplos de la extraordinaria colección de antigüedades que atesoraba en su atelier: preciosos objetos, algunos de ellos conservados hoy en las más importantes colecciones arqueológicas del mundo, que demuestran su interés por la observación detenida y explican el extremado refinamiento en la captación de las calidades, el color y la luz en sus propias creaciones artísticas y el asombroso virtuosismo de sus obra, que extendieron rápidamente su fama entre los grandes coleccionistas de Europa y Estados Unidos.

La primera sección de la exposición, dedicada a su formación en Roma, incluye ya ejemplos de madurez tanto en sus academias a lápiz como en sus trabajos a la acuarela (Il contino) y al óleo (Odalisca). Si bien se trasladó a África para pintar los episodios de la guerra hispanomarroquí (La batalla de Wad-Ras), le atrajeron en cambio los tipos árabes y sus costumbres (Fantasía árabe), que nutrirían toda su carrera posterior y confirieron singularidad a su aportación al orientalismo europeo.

Entre 1863 y 1868 abordó el retrato (Mirope Savati, no expuesto antes en Europa), el gran cuadro decorativo (La reina María Cristina y su hija la reina Isabel pasando revista a las baterías de artillería, mostrado ahora en su posición original) y las copias de maestros del Prado (el Greco, Ribera, Velázquez y Goya), que contribuyeron a dar a su arte mayor profundidad y alcance. Su obra triunfó en los años finales de la década de 1860 a través de óleos y acuarelas de motivos del siglo XVIII (El aficionado a las estampas y La vicaría) y árabes (Jefe árabe, Un marroquí, El vendedor de tapices, Calle de Tánger y El fumador de opio).

Esta última vertiente tuvo un desarrollo especial durante su estancia en Granada entre 1870 y 1872. Allí también abordó escenas de género en marcos arquitectónicos compuestos (Pasatiempos de hijosdalgos, Almuerzo en la Alhambra y Ayuntamiento viejo de Granada). La mayor novedad deriva de sus trabajos del natural ante objetos, figuras (Viejo desnudo al sol), jardines y paisajes tanto al óleo como a la acuarela, la tinta y el lápiz. Obras como La Carrera del Darro, nunca vista fuera del British Museum, revelan su capacidad para la captación del ambiente con un color nuevo y fresco.

De vuelta a Roma, en 1873 trató los temas árabes con una ejecución más sintética (Árabe apoyado en un tapiz y Fantasía árabe ante la puerta de Tánger), atendió a la vida cotidiana en Carnaval en el corso romano y en 1874 finalizó cuadros de género iniciados antes, como La elección de la modelo. En ese año una estancia en Portici supuso una inmersión en la naturaleza que le hizo plenamente consciente del color local y de las sombras coloreadas en sus pinturas de desnudos de niños en la playa, de los que se incluye un grupo de cuatro, dos de ellos inéditos, y en sus paisajes, como Calle de Granatello en Portici y Paisaje napolitano, recién adquirido por el Prado.

Su trabajo a la acuarela dio entonces sus mejores frutos en los dos ejemplos de Paisaje de Portici –uno presentado por vez primera– y en sus retratos de Cecilia de Madrazo y Emma Zaragoza. Grandes instituciones de todo el mundo han permitido que esta muestra pueda celebrarse del mejor modo. Singular relevancia, por la amplitud de su préstamo, ha tenido la especial colaboración del Museo Fortuny de Venecia y del Museu Nacional d’Art de Catalunya.

Fortuny (1838-1874)

Fortuny, nacido en Reus en 1838 y fallecido en Roma en 1874, fue el artista español del siglo XIX con mayor proyección internacional. Su temprano descubrimiento de la luz y el color en los amplios espacios del norte de África impulsó su pintura hacia la captación, libre de convenciones académicas, del natural. Por otra parte, su estudio de los maestros antiguos en Roma y en el Museo del Prado le permitió comprender en profundidad lo esencial de la pintura. El virtuosismo de su técnica, que conseguía reproducir con una intensidad visual nueva las calidades materiales, el color y el brillo de objetos y figuras, le granjeó el triunfo internacional a partir de 1869. Sus estancias en Granada (1870-72) y en Portici, cerca de Nápoles (1874), le llevaron a nuevos hallazgos en la representación de las figuras al aire libre y a asimilar con una originalidad propia diversas influencias, entre ellas la del arte japonés, en las diferentes técnicas que cultivó.

Su aportación a la acuarela, la más sobresaliente de su tiempo, estuvo en la base de la renovación de esta técnica en España, Italia y Francia, y la trató con una nueva libertad de trazo y con un cromatismo intenso. Como dibujante captó con trazos precisos, inmediatos y elocuentes el carácter de cuanto veía. Su novedoso acercamiento al aguafuerte, a través de un trabajo muy atento a los matices y valores de la luz, lo convierte en el mejor grabador de la centuria después de Goya. Finalmente, su actividad como coleccionista, dotado de un ojo prodigioso, le permitió reunir un conjunto extraordinario de obras entre las que destacan las hispanomusulmanas, que fueron una fuente de sugestiones para sus propios cuadros. Instaladas en su atelier junto a sus pinturas, estas obras formaron un ámbito estético que reunía el arte del pasado con la creación viva en un nuevo concepto de estudio, cercano a la obra de arte total, que fue un modelo para sus seguidores.

Catálogo de la exposición

Para el catálogo de la exposición se ha recabado la colaboración de reconocidos especialistas. El texto de Javier Barón, comisario de la exposición, analiza la personalidad artística de Fortuny de manera cronológica, desde su primera formación hasta su estancia en Portici.

El ensayo de Gianluca Berardi estudia la fortuna crítica del pintor en Italia, así como su influencia en el panorama artístico de ese país, mientras que el de Stéphane Guégan aborda la presencia e influencia de la obra de Fortuny en Francia. A ellos se suma el análisis de Carlos G. Navarro acerca de la faceta coleccionista del pintor y una cronografía biográfica redactada por Santiago Alcolea.

Las fichas de catálogo han sido redactadas por el comisario y los restantes miembros del Área de Conservación de Pintura del siglo XIX, así como por Leticia Azcue, Jordi Carbonell, Francesc Quílez, Rosa Vives y Carlos Sánchez.
480 páginas
24 x 30 cm
Rústica, castellano
PVP: 38 euros

Actividades complementarias

Con motivo de la exposición, el Área de Educación del Museo celebrará un programa de actividades complementarias entre las que se incluirán el tradicional ciclo de conferencias (miércoles a las 18:30h) y la serie de charlas didácticas sobre la muestra denominadas “Claves” (jueves a las 11 y a las 17h a partir de diciembre y hasta el término de la exposición). La primera conferencia, que será pronunciada por el comisario de la exposición, Javier Barón, tendrá lugar el miércoles 22 de noviembre.
Además, el 23 de febrero a las 19h, se celebrará el concierto “Fortuny y la ópera romántica” en el Auditorio del Museo, y los días 12 y 13 de marzo tendrá lugar un curso monográfico dedicado al artista.

Por otra parte y como ya es habitual, el Área de Educación ha coordinado la realización de la audioguía específica de la muestra y organizará diversas actividades en Lengua de Signos Española como parte de su programa de inclusión “El Prado para Todos”.
Más información en: www.museodelprado.es

Condiciones de acceso

La compra de entradas con pase horario para la exposición puede efectuarse anticipadamente por internet (www.museodelprado.es) o en las taquillas del Museo al precio de 15 € entrada general y 7,50 € entrada reducida. La entrada permite la visita a la colección permanente.

Durante las dos últimas horas de apertura de la exposición, todos los visitantes que quieran acceder a la muestra podrán beneficiarse de una reducción del 50% en el precio de la entrada individual que les corresponda en cada caso (de venta solo en taquilla).

1.- La elección de la modelo Mariano Fortuny Óleo sobre tabla, 50 x 80 cm Hacia 1868-1874 Washington, National Gallery of Art, Washington, Corcoran Collection (William A. Clark Collection), 2015

2.- El fumador de opio Mariano Fortuny Acuarela sobre papel, 384 x 498 mm 1869 San Petersburgo, Museo Estatal del Hermitage (27.122)

3.- La vicaría Mariano Fortuny Óleo sobre tabla, 60 x 93,5 cm Hacia 1868-1870 Barcelona, Museu Nacional d´Art de Catalunya

4.- La familia de Carlos IV, fragmento (copia de Goya) Mariano Fortuny Óleo sobre lienzo Hacia 1867 Venecia, Fondazione Musei Civici di Venezia, Museo Fortuny

5.- El aficionado a las estampas Mariano Fortuny h. 1865 Óleo sobre lienzo, 47,1 x 66,3 cm Museum of Fine Arts, Boston. S. A. Denio Collection-Sylvanus Adams Denio fund and General Income

6.- De izquierda a derecha: Andrés Úbeda, director adjunto de Conservación e Investigación del Museo Nacional del Prado; Jean-Paul Rignault, presidente de la Fundación AXA, y Javier Barón, comisario y jefe de Conservación de pintura del siglo XIX del Museo Nacional del Prado. Foto © Museo Nacional del Prado.

7 y 8.- Imagen de las salas de la exposición “Fortuny (1838-1874). Foto © Museo Nacional del Prado / Image of the exhibition galleries “Fortuny (1838-1874). Photo © Museo Nacional del Prado

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