El director general de Bellas Artes y Patrimonio Cultural, Luis Lafuente, acompañado del director general de Bienes Culturales y Museos de la Junta de Andalucía, Marcelino Sánchez y del subdelegado del Gobierno en Granada, Francisco Fuentes, han visitado las obras de restauración y consolidación de las murallas del Albaicín en Granada, que está ejecutando el Instituto del Patrimonio Cultural de España, organismo dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

La Secretaría de Estado de Cultura invertirá en el proyecto de recuperación de las murallas del Albaicín 1,4 millones de euros.

Hallazgos arqueológicos

Durante los trabajos de restauración han salido a la luz importantes tramos de muralla desconocidos, de época protohistórica, romana y medieval, que permiten hacer una lectura completa del proceso evolutivo de la zona desde el punto de vista urbanístico e histórico.

Dichos restos se localizan en el solar de la puerta de Hernán Román y en otro adyacente ubicado hacia el este. El aspecto actual de esta puerta dista mucho del original por los diferentes avatares históricos que ha sufrido y en especial por la inclusión en su interior de la ermita de San Cecilio a partir del siglo XVIII. En conjunto, la intervención arqueológica está permitiendo ampliar notablemente el conocimiento que se tenía del trazado de las defensas en este sector, añadiendo complejidad en su diseño y evolución.

El estudio del origen de la muralla parece indicar que se construyó una imponente estructura en época íbera (ss. V-I a.C). Fue objeto de modificaciones en época romana, período del que se conservan también importantes restos. Posteriormente, en el medievo, se documenta la secuencia evolutiva desde el período zirí (s. XI) hasta el nazarí (ss. XIII-XV).

Entre los elementos monumentales cabe destacar la erección de una puerta de acceso a la Alcazaba, que constituye un gran ejemplo de este tipo de arquitectura en época taifa. En el período nazarí se denominó puerta del Castro (Bab Qastar) para, en el siglo XVI, llamarse portillo de San Nicolás o puerta de Hernán Román. A partir de 1752 se erigió en su interior la ermita de San Cecilio.

Trabajos de restauración de las murallas

Las obras de recuperación de las murallas se centran en cuatro tramos de la muralla interior conocida como Zirí: la Torre de las Tres Caras, la puerta de Hernán Román, torres y restos de lienzos situados en la plaza del Cementerio de San Nicolás, y entre la calle Horno de San Agustín y el convento de las madres Agustinas de Santo Tomás de Villanueva.

Todos ellos presentaban patologías comunes: suciedad generalizada, proliferación de plantas invasoras, deterioro y disgregación de tapiales, distorsión de su fisonomía original por la presencia de nuevas construcciones y de restauraciones diversas, problemas de inestabilidad estructural y deterioros por causa de la humedad.

El proyecto de restauración en curso contempla, entre otros aspectos, la consolidación de las estructuras, incluyendo la limpieza, restauración, refuerzo, consolidación, reintegración de masas y superficies parcialmente perdidas del tapial, el tratamiento de los refuerzos de sillares de las fábricas originales, la protección de coronaciones de muros y torres, la retirada de elementos y adosamientos extraños a la muralla, el tratamiento contra la proliferación de especies vegetales invasoras, la recomposición de geometrías volumétricas perdidas y los tratamientos de estabilización estructural y contra la penetración de agua y humedad.

El conjunto de las obras de restauración y consolidación de las murallas del Albaicín responde a lo previsto en el Plan Director que el IPCE elaboró en 2013. Se continúa, de esta forma, con la labor de recuperación del recinto fortificado, que ya fue objeto de actuaciones previas por parte del MECD, como las obras realizadas en Plaza Larga en 2011, o las del tramo del Callejón de San Cecilio, entre 2012 y 2013, ambas con una inversión total de 445.729,27 euros.

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