Tras concluir su licenciatura en Políticas y Estudios Africanos en la Universidad de Witwatersrand de Johannesburgo, William Kentridge (Johannesburgo, 1955) se traslada durante un año a París para cursar estudios de teatro y mimo. A su regreso a Sudáfrica, en 1982, continúa su trabajo en teatro y en la industria del cine, pero son las artes plásticas las que a principios de los años noventa le otorgan un reconocimiento internacional tras su participación en la primera Bienal de Johannesburgo (1995).

A partir de ese momento, el artista ha desarrollado siempre su trabajo escénico y plástico de manera paralela y simultánea: ambos lenguajes se retroalimentan, complementándose, e incluso solapándose, hasta el punto de que no se entiende el uno sin el otro.

La exposición William Kentridge. Basta y sobra se centra en su producción escénica, que incluye teatro, ópera y performance, y se acerca también a sus proyectos plásticos desde esta perspectiva. El eje vertebral de la muestra son las obras de teatro Woyzeck on the Highveld [Woyzeck en el Alto Veld, 1992], Faustus in Africa! [¡Fausto en África!, 1995] y Ubu and the Truth Commission [Ubú y la Comisión para la Verdad, 1997], y las óperas Il ritorno d’Ulisse [El retorno de Ulises, 1998], The Nose [La nariz, 2010], Lulu [Lulú, 2015] y Wozzeck (2017). Esta selección permite un recorrido transversal que evidencia ciertas constantes de la trayectoria artística de Kentridge.

Todas ellas son historias de un solo protagonista que sirven para entretejer diversas situaciones y suscitar realidades más complejas. Se trata de dramas donde, con frecuencia, lo absurdo se convierte en aliado para desnudar y desenmarañar eficazmente circunstancias y contextos concretos. Los personajes de Woyzeck, Ubú, Lulú, Ulises, Fausto, e incluso la Nariz, son víctimas o verdugos de unas estructuras encorsetadas que ponen de manifiesto, en el ámbito público y doméstico, las lacras de la tiranía, el autoritarismo, la mezquindad y la corrupción.

La importancia otorgada al proceso creativo es otro de los aspectos claves de la producción de Kentridge. Durante la concepción de las piezas mencionadas, se intercalan dibujos, grabados y películas que sirven de punto de partida, son resultado de las mismas o fueron producidas de forma simultánea y complementaria. La muestra reúne una amplia selección de materiales y medios que dan cuenta de estas sinergias entre la obra plástica y escénica del artista, así como de los distintos enfoques y formalizaciones que plantea para cada proyecto.

1 noviembre, 2017 – 19 marzo, 2018 / Edificio Sabatini. Planta 3

Foto: Maqueta para la ópera Wozzeck, 2016. Varios materiales. 135 x 220 x 183 cm. Colección particular

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