El Museo del Prado muestra una obra inédita de Velázquez.

El Retrato de Felipe III, una obra recientemente atribuida a Velázquez, pertenece a la institución American Friends of the Prado Museum y se podrá ver en el Museo del Prado.

La obra entra en el Museo del Prado como depósito temporal prorrogable, fue donada a la American Friends of the Prado Museum por William B. Jordan, especialista del bodegón español.

Se trata de un cuadro preparatorio para el rostro de Felipe III que el artista sevillano realizó para la composición La expulsión de los moriscos, obra fechada en 1627 que se destruyó en el incendio del Real Alcázar de Madrid en 1734, y que solo se conoce por descripciones escritas ya que no se conserva ninguna copia.

La incorporación en depósito de esta obra a la colecciones del Prado contribuye a completar el discurso de Velázquez como retratista real, ya que se trata de una pintura de extraordinaria calidad, inédita para la investigación y que permite arrojar luz sobre una de las obras capitales del comienzo de la etapa cortesana del pintor.

Retrato de Felipe III de Velázquez

Esta obra fue adquirida por William B. Jordan en el mercado del arte londinense, donde figuraba como Retrato de don Rodrigo Calderón, debido a una inscripción apócrifa en su parte superior. Jordan procedió a su restauración y estudio, lo que le llevó a plantearse la posibilidad de que se tratase de una obra de Velázquez, en concreto, de un cuadro preparatorio del rostro de Felipe III que el artista incluyó en La expulsión de los moriscos.

Entre las razones que le llevaron a sostener esta atribución figuran:

– La edad que aparenta Felipe III es cercana a los 40 años que tenía en 1609, cuando se produjo la expulsión de los moriscos.

– Desde el punto de vista estilístico es una pintura necesariamente posterior a ese año de 1609. Su redacción obliga a fecharla entre 1623, cuando Velázquez llegó a la corte y difundió un nuevo estilo de retrato real que se ajusta al de esta obra, y 1631, cuando el pintor volvió de Italia, y cambió de manera notable su estilo retratístico.

– El que Felipe III se encuentre de perfil y eleve su mirada, indica que no se trata propiamente de un retrato (generalmente miran de frente), sino ante una imagen susceptible de ser incorporada a una escena de carácter narrativo.

– La constatación de que las características de esta obra no se corresponden con las propias de otros retratistas activos en la corte en los años 20, como Van der Hamen, Maíno, Diricksen, etc.

– El estudio de las descripciones de la Expulsión de los moriscos, que sugieren que el retrato de Felipe III que protagoniza el episodio mostraría un gesto similar al de este retrato, y una dirección de la mirada parecida.

– Ese mismo estudio de esas descripciones, llevó a W.B. Jordan a plantearse la posibilidad de que La expulsión de los moriscos se concibiera como pendant del cuadro de Tiziano Felipe II ofreciendo al cielo al infante don Fernando (Museo del Prado), que colgaba en el mismo lugar (El Salón Nuevo del Alcázar) al que estaba destinado la pintura de Velázquez. Esa premisa, invitaba a la comparación entre el retrato de Felipe II que aparece en este cuadro, y el de Felipe III de la colección Jordan; una comparación que arroja muchos puntos de contacto desde el punto de vista del tamaño, o la actitud.

Ya en el Museo del Prado, el estudio técnico de la pintura y su comparación con otras obras de Velázquez han confirmado que el principal punto de referencia para entender la obra es, sin duda, el maestro sevillano y, específicamente, sus retratos realizados en la segunda parte de la década de 1620.

El análisis del soporte, la radiografía y los rayos infrarrojos arrojan datos técnicos, como la tela, la preparación o la manera de construir la obra, similares a los que aparecen en cuadros de Velázquez fechados en torno a 1627 y, en cualquier caso, anteriores a la vuelta de su primer viaje a Italia.

Por otro lado, la comparación con obras como Felipe IV con armadura, Felipe V a pie y El infante don Carlos, fechadas en torno a 1627-1628, es decir, contemporáneas de La expulsión de los moriscos, muestra reveladoras similitudes de modelado, especialmente en la parte inferior de ambos rostros, la concepción similar de la construcción anatómica de narices y frentes y un manejo parecido de los recursos estilísticos.

Imágenes:
1 Retrato de Felipe III. Diego Velázquez. Óleo sobre lienzo. 45 x 37,5 cm. 1627. American Friends of the Prado Museum, donado por William B. Jordan. 

2 De izquierda a derecha: Miguel Zugaza, director del Museo del Prado; Robert Brownlee; William B. Jordan, el donante; Javier Portús, Jefe de Conservación de Pintura Española (hasta 1700) del Museo del Prado; y Christina Simmons, miembro del Board of Directors of American Friends of the Prado Museum. Foto © Museo Nacional del Prado. 

Artículo anteriorSCULTO, Feria de Escultura Contemporánea
Artículo siguienteVIII reunión del Pleno del Consejo Estatal de las Artes Escénicas y de la Música

1 COMENTARIO

  1. no se si este «Velázquez» será o no será, no tengo posibilidades de tener criterio, pero lo que me parece es que TODO lo que hay montado por este «mecenas», es para garantizarse la publicidad de su cuadro y su valoración y cotización internacional a costa de El Prado. salga lo que salga ya ha «cotizado» su «Velázquez» a costa nuestra. creo que es lo que se llama «un espabilao»

Los comentarios están cerrados.