lanaHace ya cinco años que la comarca de La Jara (Toledo) se convierte por unos días en lugar de encuentro internacional y referencia del Land Art. Gracias al Simposio Artístico Internacional de la Lana que se celebra en la finca El Arreciado (Sevilleja de la Jara), cada año llegan artistas procedentes de diferentes partes del mundo dispuestos a trabajar durante tres días con lana recién esquilada para producir una obra de arte de carácter efímero.

Este año el simposio comenzó el martes 17 con la llegada de los artistas y un recorrido por el terreno para elegir el enclave óptimo de su obra. El miércoles 18 se desarrolla la esquila. Un rebaño de ovejas talaveranas (raza en peligro de extinción) se verá despojado de su manto lanudo que pasará a manos de los artistas, quienes trabajarán contra reloj con los vellones para conseguir terminar sus piezas a tiempo y presentarlas en la Jornada de Puertas Abiertas del sábado 21. Ese día, el público acude a conocer los trabajos y son los propios artistas quienes se encargan de presentarlos y explicarlos. Un día después todo habrá desparecido: son las obras de arte las que entonces se despojan de la lana que les ha dado forma para que esta siga su camino tradicional hacia la fábrica textil.

Puro arte realizado en plena naturaleza, artistas de vanguardia que se funden con la tradición y le dan a la lana un significado nuevo. Durante estos días, el intercambio de ideas, el conocimiento de un lugar y costumbres diferentes y el descubrimiento de un material tan poco utilizado en el ámbito artístico generan una corriente de sensaciones muy enriquecedoras para los artistas que tendrán reflejo en sus obras.

foto V simposioEl recuerdo entusiasta del simposio que se llevan los artistas a sus lugares de origen se transmite vertiginosamente y lo han convertido en un evento de referencia internacional con una divulgación y prestigio cada vez mayor. Prueba de ello son los lugares tan dispares desde los que acuden los artistas seleccionados este año.

De Reino Unido acuden dos artistas: Aaron McPeake y Andrew Smith. McPeake trabaja habitualmente en el campo de la escultura, la fotografía y el vídeo y su obra supone una reflexión sobre grandes temas pasados por el filtro de la experiencia personal. Acostumbrado a trabajar con materiales como el bronce, la cerámica o la pizarra, la campana es su objeto fetiche a la que dota de nuevos valores y sonidos. Smith, profesor en una universidad de Gales, es, fundamentalmente, un pintor de estudio cuyas obras rezuman color por los cuatro costados. Trabajar con la lana a modo de pintura, sobre una gran extensión de terreno a modo de lienzo y con la casi ausencia de color (debido al color de la lana) supone todo un reto para este artista.

Claudia Dietz y Frieder Weigand forman pareja artística en este simposio y proceden de Alemania. Dietz carga de misterio sus composiciones con extrañas figuras que lindan entre lo antropomórfico y lo irreal y que establecen un fino hilo de conexión entre valores tan opuestos como lo artificial y lo natural, lo duro y lo blando o la luz y la oscuridad, siempre inquietante.

Holanda es el país de origen de dos de las artistas seleccionadas. Stephanie Rhode es escultora con una amplia experiencia en performances e instalaciones. Recurre a la casa como objeto, para poner de manifiesto la relación entre el ser humano y la sociedad, y a la repetición como método pues, como ella dice, “ solo después de la repetición el hombre es capaz de comprender la sencillez de un determinado hecho”. La holandesa Maryan Geluk es una artista de larga trayectoria, profesora, muy volcada en su faceta de incluir el arte en los espacios públicos y acostumbrada a trabajar en la naturaleza y sacar de ella piezas sorprendentes ya sea sobre un terreno nevado o sobre un manto vegetal lleno de flores.

Desde el otro lado del ‘charco’ llega el estadounidense John Kemp Lee, también artista y profesor. Sus piezas de cobre, madera o plomo demuestran su esfuerzo por conseguir descubrir lo universal en lo concreto. Con la lana espera entablar un nuevo diálogo entre la ligereza de esta y la dureza de sus materiales habituales.

Finalmente, desde China viajan Gu Jing y Ping Zhang. Gu Jing es una reputada artista y profesora en la universidad de Guizhou. Con un dominio magistral de la técnica clásica china sus pinturas evocan paisajes y objetos tradicionales con gran lirismo. Ping Zhang es una pintora formada tanto en la tradición oriental (tinta y acuarela) como en la occidental (óleo sobre lienzo). Esta fusión la convierten en una artista muy versátil e innovadora con una amplia repercusión en el panorama internacional.

Un año más llegan nueve artistas dispuestos a dejar huella, una huella efímera físicamente pero imborrable en la memoria de aquellos que disfruten de sus obras.