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Un chato de vino. Historia del travestismo en los años sesenta, en el CA2M

Una historia de travestismo y masculinidad femenina en la que el autor invita a conocer una historia perdida en la que entrelaza sus vivencias con las de María Elena y a la que Eva Garrido pone imágenes. Este es un libro difícil de clasificar porque se sitúa en los bordes, porque es raro y porque habla de lo que intenta silenciarse. En la presentación que tendrá lugar en el Centro de Arte Dos de Mayo (Móstoles) se leerán fragmentos del libro y los autores charlarán en torno a algunos de los temas que plantea el libro.

Lucas Platero desde los años noventa forma parte del movimiento feminista queer, al mismo tiempo que ha desarrollado una intensa labor investigadora sobre la sexualidad no normativa. Es doctor en Sociología y Ciencias Políticas por la UNED y docente en intervención sociocomunitaria. Entre sus publicaciones más recientes, destacan Intersecciones. Cuerpos y sexualidades en la encrucijada (Bellaterra, 2012) y Trans*exualidades. Acompañamiento, factores de salud y recursos educativos (Bellaterra, 2014)

Eva Garrido desarrolla proyectos artísticos, educativos y de investigación desde el feminismo dentro del colectivo formado junto a Yera Moreno Colektivof. Tras licenciarse en Bellas Artes ha transitado en diferentes campos como el diseño artístico e industrial, la escenografía y el dibujo.

¿Y si un día que sales a tomarte un chato de vino te lleva la Guardia Civil al cuartelillo? M.E. se busca la vida por las calles de Barcelona a finales de los años sesenta, a veces dona sangre, otras consigue algún dinero de la caridad o de sus amigas. Hasta que un mal día se topa con unos guardias civiles, que descubren sus curvas bajo la ropa de hombre. El cuartelillo, la cárcel o el hospital son los espacios de disciplinamiento a los que ha de someterse. Sólo sabemos lo que los médicos, guardias y jueces dictaminan a través de interrogatorios, plasmados en un puñado de hojas olvidadas en un archivo. Lo más espeluznante es lo que no se dice, pero que se imagina fácilmente.

La masculinidad de M.E. les resulta imposible, señalando su deseo por las mujeres como patológico y criminal, al tiempo que irrefrenable y por tanto, merecedor de castigo y reclusión. M.E. transgrede, casi involuntariamente, las normas morales de un franquismo que si bien se va apagando, sigue reprimiendo duramente a quienes se atreven a romper públicamente con sus dictados. Una represión que se enciende ante el «escándalo público» y que se ceba especialmente con aquellas personas cuya sexualidad y expresión de género desborda los límites de la «decencia», los roles de género binarios y la heterosexualidad obligatoria. Esta historia resuena aún hoy, en un tiempo que se dice lleno de derechos sexuales, pero en el que se sigue señalando estas rupturas con las expresiones de género más normativas como evidencias de patologías, cuyo diagnóstico se impone para acceder a un puñado de derechos incompletos.

Centro de Arte Dos de Mayo
Avda. Constitución 23
28931 Móstoles, Madrid