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Sarah (1943) de Jean Fautrier, obra de la La Fundación Gandur, en el Reina Sofía

Jean Claude Gandur (Suiza, 1949), uno de los más importantes coleccionistas del mundo, cede en depósito a través de su Fondation Gandur pour l’Art, 15 obras de la vanguardia europea de la posguerra. Se trata principalmente de piezas pictóricas no figurativas de la segunda escuela de París (1946-1962) que cuestionan de manera radical los principios estéticos de la cultura occidental como respuesta a la pérdida de horizontes tras la Segunda Guerra Mundial.

El préstamo temporal, que tendrá una duración de 2 años prorrogables, nace del deseo de Gandur de acercar sus obras al público y del interés del Museo Reina Sofía por seguir reforzando uno de los núcleos fuertes de su Colección, el que abarca desde el Informalismo hasta el Nuevo Realismo, y de profundizar en varios movimientos hasta ahora no representados en la Colección, como el grupo CoBrA.

La aceptación de este depósito permitirá al Reina Sofía mostrar alguna de las piezas más significativas de las décadas cuarenta y cincuenta como la conocida Sarah (1943), de Jean Fautrier, que por primera vez compartirá sede con el Guernica (1937), de Pablo Picasso, obra con la que se la relacionó en su momento por parte de escritores como Ponge y Sartre.

Además, la selección cuenta con trabajos de autores de la talla de Constant, Asger Jorn, Jean Dubuffet, Jean Fautrier y Wols, que ya se encontraban representados en la Colección del Reina Sofía, y de otros siete artistas que antes no habían tenido presencia en ella: Karel Appel, Corneille, César, Daniel Spoerri, Mimmo Rotella, Jean-Michel Atlan y Bram van Velde.

La Sarah de Fautrier y el Guernica de Picasso

Sarah (1943), pieza que llega en este depósito al Museo y que toma su título de un nombre emblemático de la tradición judía, es pieza capital del trabajo de Jean Fautrier, cuya obra encarna de manera directa las heridas y el drama humano provocados por la Segunda Guerra Mundial. Ya en su presentación pública, en París en 1945, algunos escritores y amigos del artista entre los que figuraban Ponge y Sartre, destacaron la relación de esta obra de Fautrier con el Guernica (1937) de Pablo Picasso.

Tal comparación, rescatada ahora en la investigación del Museo, toma forma al mostrarse ambas obras en el Reina Sofía, juntas por primera vez. La Guerra Civil española, que tiene su icono en el Guernica, se ha considerado el “ensayo general” de la Segunda Guerra Mundial; de modo similar, el gran mural de Picasso sienta las bases de la posición de Fautrier en Sarah, respecto a la dificultad para enfrentarse al dolor de los demás.

Estas dos piezas son la respuesta de los artistas a la matanza indiscriminada de seres humanos provocada por la guerra: por una parte la de la población civil de la localidad de Guernica durante un día de mercado y, por otra, la de casi cien prisioneros de la resistencia francesa, acaecida por la noche a las afueras de París.

Ambos acontecimientos forman ya parte de la historia de los países donde se produjeron y sus imágenes se han convertido en símbolos de una resistencia y heroicidad silenciosa. En un plano formal, aunque opuestas en estilo, explica Rosario Peiró, jefa de colecciones del Museo Reina Sofía, ambas obras comparten rasgos tales como la difícil conjugación de anonimato e individualidad en la presentación de las víctimas, la ausencia física del agresor en la composición o la exclusión de la violencia explícita.

Sobre la Foundation Gandur pour l’Art

La Fondation Gandur pour l’Art con sede en Ginebra, Suiza, fue creada en 2010 con la misión de perpetuar, enriquecer y exponer al público las colecciones de arte formadas en los últimos 40 años por Jean Claude Gandur. “El arte debería ser abierto y accesible” afirma el coleccionista, reflejando su convicción de que la cultura crea puentes entre pueblos y facilita la integración social. Los fondos de la fundación aúnan piezas de la Edad Antigua y la Moderna, desde el Egipto de los faraones del VII milenio a.C a la Europa de finales del siglo XX.

Las colecciones se dividen en tres áreas distintas: la arqueología, que cuenta con más de 1000 obras de arte del antiguo de Egipto, Grecia, Roma y el próximo Oriente; el arte mobiliario, con unas 350 piezas de escultura medieval y muebles franceses del siglo XVIII, representado por ebanistas como Riesener, Weisweiler y Carlin y, por último, las Bellas Artes, con más de 600 trabajos de arte moderno y contemporáneo europeo de la posguerra de la Segunda Escuela de París y que se considera una de las colecciones internacionales más importantes especializadas en el período 1945- 1962. Son de este área las 15 obras que llegan al Museo Reina Sofía en depósito.

Jean Claude GANDUR

Ciudadano suizo nacido en Grasse (Francia) en 1949, Jean Claude Gandur es conocido como coleccionista, empresario y filántropo. Creció entre Alejandría (Egipto) y el cantón suizo de Vaud y ha construido su colección a partir de un fondo familiar. Su pasión por el arte surgió a los 9 años, cuando su abuela le regaló una pequeña lámpara de aceite paleocristiana.

Esta pasión reveló su capacidad asombrosa para reconocer obras de arte excepcionales. Comenzando con el arte antiguo y siguiendo con la pintura abstracta moderna, ha incorporado mobiliario y otras grandes piezas que van desde la época medieval hasta el siglo XX. En 2010 creó la Fondation Gandur pour l’Art con el objetivo de conservar y enriquecer la colección y promover, mediante préstamos y exposiciones, el acceso público a sus obras en museos de todo el mundo.

Como empresario, Jean Claude Gandur comenzó su carrera en el comercio internacional en Zug (Suiza) en 1976, antes de fundar su propia compañía, Addax and Oryx Group, en 1987. Fue el comienzo de una aventura extraordinaria en el mundo de los negocios caracterizada por un excepcional talento para los mismos, un modelo empresarial basado en la inversión socialmente responsable y la capacidad de desarrollar conocimientos de alto nivel en áreas antes desconocidas para el grupo (desde derivados del petróleo al comercio inmobiliario).

Continuando su tradición familiar –consciente y agradecido por todo lo que la vida, la buena fortuna y el éxito profesional le ha dado‐ Jean Claude Gandur cree que tiene la obligación moral de hacer también partícipe de sus éxitos a la comunidad. En 1996 se creó la Addax and Oryx Foundation para ayudar a combatir las principales causas de pobreza en África y el Medio Oriente. La Fondation Gandur pour la Jeunesse fue fundada en 2011 para apoyar a niños y jóvenes con dificultades en Suiza.