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La Virgen de la Almudena

Patrona de Madrid

En torno al año 712, según relata la tradición, una imagen de la Virgen fue ocultada en la muralla de la ciudad; y que una vez escondida, quedó allí hasta la conquista de Madrid por el rey Alfonso VI en el año 1083. La aparición milagrosa se produjo dos años más tarde, cuando en el año 1085, el rey encabezaba una procesión de fieles en su búsqueda, y después de numerosas rogativas y ayunos, cayó una parte del muro que la protegía, apareciendo custodiada por dos velas encendidas. Así la vemos en muchos grabados e imágenes del siglo XVII y XVIII que podemos contemplar en la exposición.

Curiosamente en el siglo XVII, tanto las crónicas de Jerónimo de la Quintana como las de Vera Tassis nos remontan su antigüedad hasta épocas inmemoriales “Es tradición antiquísima que cuando el apóstol Santiago vino de Jerusalén a predicar a España trajo a la milagrosa imagen que hoy llaman de la Almudena a esta coronada villa de Madrid y la colocó en esta iglesia, en compañía de uno de sus doce discípulos llamado San Calocero, que fue el primero en ella el año 388. Es la primera que adoro esta villa y por la misma tradición fue labrada viviendo Nuestra Señora y colorida por San Lucas”.

Imagen restaurada
La imagen de Santa María la Real de la Almudena es de madera de pino, dorada y policromada y sostiene al Niño en sus brazos. La talla que actualmente veneramos data de finales del siglo XV o principios del siglo XVI. Y fue realizada probablemente por el maestro Diego Copín de Toledo.

Los investigadores están de acuerdo en admitir que esta talla no es la primitiva, y que en algún momento, fue sustituida por la actual. Así, probablemente la primera imagen de la Virgen de la Almudena habría sido de tipo sedente, similar a la Virgen de Atocha, tal y como aparece representada en el Arca de San Isidro. La Almudena representada en el arca sostiene una manzana roja en la mano, ofreciéndola al Niño que tiene en brazos y está vestido. La Virgen parece llevar un velo sobre la cabeza, con una túnica verde y el manto, quizá amarillo.

Ciertamente, son escasas las imágenes primitivas donde aparece la Virgen de la Almudena sin vestir, pues los fieles la reconocían siempre luciendo sus mantos. Esto ha llevado a historiadores a identificar por error representaciones de la Virgen de la Almudena como la de Atocha.

La actual talla ha sido restaurada en diversas ocasiones. Su azarosa vida y los traslados a los que fue sometida repercutieron negativamente en ella

Es conocido el aserrado de la parte posterior que sufrió la talla de la Virgen, pero también la malograron las vestiduras que durante siglos la cubrieron, las innumerables veces que salió en procesión, los daños sufridos en la iglesia de Santa María, los traslados a otras sedes… hasta el destrozo de la cripta catedralicia durante la Guerra Civil. Todo ello hace de la imagen actual un compendio de intervenciones y mejoras.

La primera de las restauraciones debió realizarse en 1754 cuando se cambió el color del manto, que debía ser azul, tal y como lo describe Lope de Vega. Más tarde, en 1890, Mullé de la Cerda, la restauró para poder sacarla en procesión sin ropajes ni vestiduras, repintando las partes del rostro que estaban sin color, así como el manto y la túnica totalmente descoloridos. Fue el propio Mullé de la Cerda quien insistió al entonces obispo de Madrid, don Ciriaco Sancha, para que la Virgen se presentase sin vestir, dada la situación de deterioro de la talla por el continuo vestir y desvestir.

En 1909 la Escuela de Artes Industriales de Toledo restauró la imagen subsanando el desperfecto cometido por Diego de Salazar quien la había cortado en 1652 para separar la Virgen del Niño y así vestirlos mejor. Esta es la causa del cambio en la postura del Niño, que no apoya la mano sobre el pecho de la Virgen, tal como aparece en la descripción de Jerónimo de la Quintana, sino que la apoya sobre su propio vientre.

Virgen vestida
Según nos cuenta la tradición, el primer manto recibido por la Virgen de la Almudena fue una donación de la reina Isabel de Borbón en 1616. Desde entonces y hasta el año 1890, las reinas y damas de la Corte mantuvieron esta costumbre y continuaron regalando mantos para vestir tanto a la Virgen como al Niño.

Solía ser un manto que ya había sido usado como vestido. En principio, regalaban el vestido utilizado para la ceremonia de “toma de asiento o toma de almohada en Corte”, es decir, el día en que se incorporaban a la Corte o a la Grandeza española.

La ceremonia, por lo general se efectuaba en la antecámara, donde se colocaba un sillón, una mesa con tapete y una almohada. Invitadas oficialmente por la Camarera Mayor, asistían a este acto las Grandes de España y esperaban la salida de Su Majestad la Reina, ocupando, a uno y otro lado, sus respectivos puestos según la fecha en que habían tomado la almohada.

En el Museo catedralicio se exhibe una imagen vestidera de la Virgen de la Almudena realizada en 1929 para poder lucir los mantos. Lleva los regalados por la reina Isabel II en 1856, realizados en raso de seda blanco bordado en oro con aplicaciones. Tienen la peculiaridad de que no fueron utilizados previamente por la reina, sino que los encargó ex profeso para la Virgen.

Emulando a los propios Reyes, todas ellas firmaron como miembros de la Real Congregación de Esclavos de la Virgen de la Almudena. La encargada de vestir y desvestir a la Virgen en su camarín, ostentaba el cargo de ser Camarera Mayor, y durante mucho tiempo, dicho título fue ocupado por la Duquesa del Infantado o la Duquesa de Santa Cruz.

La Congregación de la Real Esclavitud estaba integrada por nobleza de los siglos XVII, XVIII y XIX y tuvieron su sede en la parroquia de Santa María de la Almudena, conocida en principio como Santa María la Mayor, hasta el derribo de la misma en el año 1868.

Todas estas donaciones forman parte de los bienes de la Real Esclavitud, tal y como aparece reflejado en los distintos libros-inventarios, como el que se muestra en esta exposición. Actualmente todos ellos se encuentran depositados en la Catedral de la Almudena.

Catedral de la Almudena (Calle Bailén 10 – Madrid) http://www.catedraldelaalmudena.es/