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El Departamento de dibujo del Museo Británico: una joya llena de obras españolas

Esta primavera el Museo del Prado propone en su nueva exposición un recorrido por algunos de los más relevantes dibujos de los grandes artistas españoles que pertenecen al Museo Británico. El centro inglés ha cedido para la ocasión este conjunto de obras, procedente de su departamento de dibujo: uno de los más importantes del mundo.

“Es El Departamento, no hay otro igual”, destaca José Manuel Matilla, Jefe del Departamento de Dibujos y Estampas del Prado. Además, destacó el conjunto de dibujos españoles en el museo. Y es que la colección de dibujos españoles del British Museum es una de las mejores que hay fuera de España y posee ejemplares de una calidad excepcional. Comprende cerca de doscientas obras e incluye muestras de artistas que van desde mediados del siglo XVI hasta el siglo XX.

Interés por el coleccionismo de dibujos

Las primeras adquisiciones, de mediados del siglo XIX, reflejan el creciente interés que había en Gran Bretaña por el arte español, impulsado, entre otros factores, por la publicación de los dos volúmenes el Handbook for Travellers in Spain, de Richard Ford (1845) y los Annals of the Artists of Spain, de William Stirling Maxwell (1848). Ambos escritores fueron asimismo coleccionistas. Ford reunió un gran número de estampas y dibujos (entre los que se contaban algunos de Murillo que adquirió en Sevilla) y Stirling Maxwell, pinturas y dibujos.

Entre los primeros diseños españoles que ingresaron en el British Museum figuraban los de la colección del vizconde de Castel Ruiz, que fueron obtenidos en la subasta que celebró Christie’s en 1846. Dentro de los dibujos subastados en dicha ocasión estaban la Apoteosis de san Francisco de Asís de Teodoro Ardemans y la Imposición de la casulla a san Ildefonso de Antonio de Pereda. Era la primera vez que el museo adquiría dibujos de una colección española, algo que volvería a repetirse en ese mismo siglo.

Adquisiciones y subastas
El museo compró en dicha ocasión un total de treinta obras españolas, lo que constituía un corpus importante. Varias fueron luego atribuidas a artistas italianos, pero recientemente se han vuelto a asignar a la escuela española, como El desvanecimiento de la reina Ester a Mosén Domingo Saura. En 1850, cuatro años después de la subasta de 1846, el museo compró al editor de estampas y marchante londinense Henry Graves un grupo de dibujos españoles fundamentales, entre los que estaba El agarrotado de Goya, el Santo atado a un árbol de Ribera y La expugnación de Rheinfelden de Carducho.

En la segunda mitad del siglo XIX, el creciente interés en Gran Bretaña por el dibujo español coincidió con una mayor valoración del arte hispano en general, como prueba la formación de colecciones especializadas en otros ámbitos, como la pintura y las artes decorativas. Cuatro de las cerca de sesenta piezas atribuidas a Murillo que pertenecían a Alleyne Fitzherbert, barón de St Helens, cuya colección se vendió en 1840, acabaron en el British Museum, dos de ellas en 1873 como donación de James Hughes Anderdon.

Incremento de los fondos
El espléndido grupo de dibujos españoles que se estaba formando fue un acicate para incrementar la colección, y en 1890, dos obras claves de Luis Paret y Alcázar y otra de Miguel Jacinto Meléndez reforzaron considerablemente los fondos del siglo XVIII. Entre los mil dibujos que el museo adquirió en 1895 estaban algunos de los más valiosos ejemplares españoles de la colección de John Malcolm of Poltalloch (1805– 1893), acaudalado terrateniente y magistrado escocés residente en Londres. En 1860, sir
John Charles Robinson (1824–1913), director de las colecciones de arte del nuevo South Kensington Museum (posteriormente Victoria and Albert Museum) vendió a Malcolm su notable colección de dibujos. Es posible reconstruir la importancia de este conjunto gracias al catálogo de los dibujos de Malcolm que elaboró Robinson en 1869.

Durante los años siguientes, Robinson siguió asesorando a Malcolm en sus adquisiciones. Robinson viajó a España donde, además de otros objetos, compró una serie de dibujos por mediación de José Madrazo, director del Museo del Prado, y fundador y director del Real Establecimiento Litográfico de Madrid. Entre ellos estaban la Cabeza de monje atribuida a Zurbarán y la Asunción de la Virgen de Herrera Barnuevo.

Siglo XX
Ya en el siglo XX, una serie de adquisiciones y donaciones importantes han enriquecido el conjunto. Los dibujos de la colección de sir Thomas Phillipps (1792–1872), donados por el conde Antoine Seilern en 1946, a través del nieto y heredero de Phillipps, Thomas Fitzroy Fenwick, incluían magníficos diseños de artistas españoles, como el Cristo golpeado por un sayón de Ribera y la Última Cena, de Luis Antonio Planes.

La donación aportaba también cuatro dibujos que se creían de Velázquez, pero que actualmente se atribuyen al artista florentino Jacopo Confortini (1602–1672). Durante la segunda mitad de siglo, quizá coincidiendo con el declive del interés por el tema, disminuyó la capacidad del museo para adquirir diseños españoles. Con ello se perdió la oportunidad de engrosar la colección con nuevas obras de Goya cuando todavía estaban disponibles. El soberbio conjunto de estampas del pintor del que dispone el museo llegó relativamente tarde, en 1975, procedente de la colección del hispanista Tomás Harris. Desde entonces, las adquisiciones de dibujos españoles han sido esporádicas, aunque ha habido incorporaciones reseñables, como el notable Diseño para el retablo de una capilla de Sebastián de Herrera Barnuevo.