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El viaje vertical de Luis Claramunt en el MACBA

El Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) presenta la primera retrospectiva completa de un autor que entendió y practicó la pintura y la vida como experiencias de radicalidad. Luis Claramunt. El viaje vertical supone una profunda revisión de la obra de este artista que vivió en Barcelona, Madrid, Sevilla y Bilbao con numerosas y largas estancias en Marrakech en una geografía vital muy presente en su obra.

Comisariada por Nuria Enguita Mayo y con más de 1.200 obras expuestas (entre pinturas, dibujos, libros y fotografías), representa la aproximación más completa a la obra del artista. Este recorrido muestra cómo su expresionismo inicial fue despojándose con el tiempo hasta transformarse en una mínima caligrafía. No obstante, al mismo tiempo la exposición aporta nueva luz y muestra un Claramunt inédito con una amplia obra que incluía el dibujo, la fotografía y la autoedición de libros.

Alejado de la vanguardia
Claramunt se mantuvo siempre al margen de toda inercia generacional. Nacido en Barcelona, empezó a pintar a principios de los años setenta. En una Barcelona que hervía de iniciativas experimentales en el ámbito del arte y la cultura, la suya fue una apuesta distinta. Desclasado de su origen burgués e instalado en la plaza Reial y en estrecho contacto con el mundo gitano, el flamenco y otras subculturas populares, evitó cualquier referente de la vanguardia y se centró en la pintura. Más que con autores de su época, la pintura de Claramunt entabla una sutil complicidad con el expresionismo alemán y el Modernismo catalán, pasando por las pinturas negras y los desastres de Goya.

La exposición se estructura en series para mostrar hasta qué punto vivir y pintar llegaron a constituir una sola experiencia. Aunque, en conjunto, la exposición mantiene un orden cronológico, se inicia con una amplia selección de dibujos y libros de artista de los años noventa, una de las facetas más desconocidas de la producción de Claramunt que funciona como prefacio y marco de referencia privilegiado para interpretar su trabajo pictórico.

La importancia de su dibujo
Expuestos en bloques o conjuntos, los dibujos suponen una aproximación muy directa al universo de Luis Claramunt: condensan una gran energía creativa y un procedimiento de trabajo que surge de la inmediatez de la percepción. Pese a que el dibujo estuvo presente en toda la trayectoria de Claramunt, los últimos cinco años de su vida adquirió protagonismo de forma compulsiva. Entre 1994 y 1999 realizó centenares de dibujos que plasman su forma de habitar los distintos escenarios de vida. Se refieren a ciudades como Bilbao y lugares como el zoológico de Barcelona, o bien adoptan referentes literarios como los relatos de Joseph Conrad o Robert Louis Stevenson. Se exponen también sus ilustraciones para textos de Albert Camus, como El extranjero y La peste, y de Henry de Monfreid.

El grueso de la muestra se centra en la pintura, desde principios de los años setenta en Barcelona hasta las pinturas de mar de finales de los noventa. Un trayecto que se inicia con un conjunto de retratos de primera época que forman parte de la Colección MACBA y con la serie de «colgados», obras que corresponden a los años de Barcelona, donde Claramunt vivió hasta 1984. La vecindad urbana de la plaza Reial y la Rambla, y el deambular por calles donde se vive al margen van componiendo una forma de mirar específica que se traduce en cuadros de interiores de tablaos, jugadores, personajes etílicos y escenarios de ciudad como estaciones de tren, puentes, arrabales y calles.

Marruecos y los toros
Las series realizadas entre 1986 y 1988 dedicadas a Marruecos y al mundo de los toros representan un punto de inflexión en la obra de Claramunt. La mancha deja paso a la línea, y la superficie se vacía. En los cuadros de toros y mercados de ganado, y también en la última fase de la pintura marroquí, la estilización se radicaliza y la pintura se vuelve más concreta y cerebral.

El trayecto se cierra con la última producción de Claramunt, ya en los años noventa, cuando su obra se internacionaliza con un intenso pero breve reconocimiento en el extranjero. En aquellos años, el mar se hace omnipresente con series como Mar Rojo y Mar Negro (1997) y Naufragios y tormentas (1999), sus últimos cuadros. Tormentas de hielo, de esta última serie, cierra un trabajo pictórico que cabalgó entre la figuración y la abstracción y que, visto en conjunto, supone un significativo proceso de vaciado.

Luis Claramunt. El viaje vertical
Del 13 de julio al 21 de octubre
Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona MACBA
Plaza de Els Ángels
Lunes, miércoles, jueves y viernes, de 11.00 a 19.30 horas. Sábados, de 10.00 a 20.00 horas. Domingos y festivos, de 10.00 a 15.00 horas
Martes no festivos, cerrado