El mueble puede constituir un patrimonio cultural, dotado además de un interesante valor económico, susceptible de transmitirse y legarse de generación en generación. Esta concepción está presente en los principales creadores del siglo XX, desde los orígenes de la Bauhaus hasta los epígonos de la Escuela Nórdica o de Milán.

Conscientes de dejar una huella en la arquitectura y, sobre todo, en los interiores, muchos de ellos han aportado diseños para todo tipo de elementos: tiradores, sillas, cuberterías, etc. Ahí está para demostrarlo el Hotel Royal, en Copenhague, donde Jacobsen crea un edificio esbelto y diseña al detalle todo el mobiliario del interior, incluido el ajuar. Las piezas de este diseñador, convertidas en auténticos clásicos, se siguen produciendo actualmente y vendiendo en todo el mundo.

El mueble como arte seriado

En un mueble con diseño están implícitos unos materiales que hablan de su origen y conexión con la naturaleza y un poso cultural que está enmarcado en un momento determinado de la historia, con sus claves filosóficas y estéticas. Que una silla o un mueble sean hijos de todas estas circunstancias, es lo que explica que haya piezas que se lleven produciendo por procedimientos industriales más de un siglo, y que sigan acumulando valor.

Efectivamente, una forma de medir el éxito en este sector industrial es ir sumando los años que una pieza de mobiliario está presente en el mercado. De esta manera, éxito puede llamarse a la producción de Carlo Scarpa, que tiene el 90% de su catálogo de muebles en producción, después de que fueran concebidos hace más de cuarenta años.

Breve historia del mueble contemporáneo
La relación de la Alegre Compañía con el mundo de la arquitectura y con los arquitectos ha sido continua desde su creación, y ello como consecuencia de que, históricamente, los arquitectos han diseñado en muchos casos los muebles que poblarían después sus propios edificios. Basta con realizar un recorrido por la arquitectura del siglo XX para hallar este sincretismo estético y funcional de los profesionales de la arquitectura con el mundo del diseño.

De la Bauhaus a la Escuela de Chicago
La historia del mueble contemporáneo en Europa se forja en la conocida escuela de la Bauhaus en los años veinte del pasado siglo en Alemania, y se desarrollará y extenderá a través de personalidades de la arquitectura y del diseño como Gropius, Van der Rohe o el escocés Charles Rennie Mackintosh. Del famoso Lema de Van der Rohe, “menos es más”, emergerá toda una tradición inspiradora que se plasmará después de la Segunda Guerra Mundial en el moderno urbanismo de las ciudades de los Estados Unidos, con su horizonte de rascacielos.

Efectivamente, la Bauhaus, considerada la primera escuela de diseño del mundo, sienta las bases normativas de lo que hoy se conoce como el diseño industrial y gráfico. Además, establece los fundamentos académicos sobre los que se apoyarán las tendencias predominantes en la arquitectura moderna. Su nueva estética no se detiene en el diseño de edificios, sino que abarcará también el ámbito de lo cotidiano. Esto es: desde el mueble hasta una página de revista.

Uno de los principios de esta escuela o movimiento se condensa en la frase: “la forma sigue a la función”, de igual manera que adopta una postura inequívoca en lo que se refiere tanto a la recuperación de los métodos y materiales artesanales, como a su integración en los procesos de producción industrial para lograr que lleguen al público de forma masiva y a buen precio.

Mies van der Rohe intentaba borrar de sus sillas todos los elementos que molestasen o resultasen accesorios. Sus creaciones, por esta razón, son un ejemplo de absoluta pureza conceptual.

La New Bauhaus
Se trata de una escuela con un trasfondo cultural muy importante. Su traspaso al otro lado del Atlántico antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, derivará en la creación en 1937 de la Escuela de Chicago o New Bauhaus, centro precursor de todo el diseño del siglo XX. Será la primera escuela de diseño industrial de los Estados Unidos, en la que se concentrará un enorme talento. Tan solo dos años después de su fundación, los primeros alumnos de la institución conseguirán hasta 17 patentes industriales. En esta escuela, dirigida por el húngaro Lazlo Moholy-Nagy (discípulo de Walter Gropius), saldrán nombres tan señeros como Ray y Charles Eames o David Rowland.

La New Bauhaus será la escuela que comienza a experimentar con nuevos materiales (fibra de vidrio o maderas laminadas que se aplicarán en la fabricación de sillas). De hecho, será uno de los primeros ejemplos de innovación tal y como lo entendemos hoy, una suerte de pensamiento en el límite de lo convencional que lleva a replicar usos probados en determinados objetos en otros bien distintos: las soluciones tecnológicas del ejército para transportar enfermos pasan directamente por estos creadores al acerbo de la silla.

Milán toma el relevo
Milán es la ciudad que quita en los años 80 el liderazgo a Escandinavia en el campo del diseño industrial y, en particular, del mueble. Su feria es hoy el referente mundial para empresas y diseñadores de todo el mundo. El “Bel Desing” arrancará de unos postulados diferentes a los de la escuela nórdica, al poner en un segundo plano la función de los objetos, y tendrá como epicentro la ciudad de Milán y su feria del diseño.

Datos de interés:
Exposición ROYALTIES.
Mobiliario de Maestros de los siglos XX y XXI.
Del 23 de mayo al 8 de junio.
Colegio de Arquitectos de Madrid (C/ Hortaleza, 63. Madrid)
De lunes a viernes, de 9.30 h. a 20.00 h.

Más información: Los muebles más bellos del mundo en la sede del Colegio de Arquitectos de Madrid

 

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