Zurbarán es el místico de pincel por excelencia, capaz de hablarnos de las realidades eternas con las texturas y colores de lo sensible y cotidiano. Son varios los ejemplares de Agnus Dei que han llegado a nuestros días procedentes de sus pinceles, uno de ellos, este que ahora contemplamos procedente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

La imagen de Cristo, asimilada al Cordero Pascual ha sido leída en clave de salvación para expresar, por medio de la analogía, la relación existente entre la efusión de sangre en el Calvario y el cumplimiento -de una vez y para siempre- del sacrificio realizado a Yaveh.

Sobre un tenebroso fondo oscuro, descuella la blanca figura del cordero con un tratamiento casi “escultórico”. El animal yace encima de un madero con las patas atadas en cruz, dirigidas hacia el espectador, y la cabeza mansamente apoyada en la tabla, como si ofreciera voluntariamente la zona más vulnerable de su cuerpo en un acto que facilita el sacrificio. Al margen de las cualidades dúctiles de la pintura del maestro y de su magisterio, hemos de acercarnos a la obra de Zurbarán con los ojos de la Fe que vive expectante el acontecimiento de la Salvación en lo cotidiano, al amor de la imagen de lo sensible, de las formas familiares, de la cercanía de lo sencillo y humilde. A través de su mirada, Zurbarán consigue traducir al lenguaje gráfico la mansedumbre, la inocencia y la pureza.

Obra:
Agnus Dei. Francisco de Zurbarán. Ca. 1639. Óleo sobre lienzo.Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Madrid.

Datos de interés
La obra se puede ver en el Monasterio de San Salvador en Oña (Burgos) Más información: Monacatus…
Hasta el 4 de noviembre de 2012

 

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