La exposición arranca en el año 1968, fundamental en la trayectoria de la artista

La compleja obra de la madrileña Elena Asins (Madrid, 1940), pionera en el arte creado con ordenador, completa la oferta expositiva de este verano del Museo Reina Sofía. Fragmentos de la memoria abarca piezas desde los años sesenta, década fundamental en la trayectoria de Asins, hasta sus trabajos más recientes, y nos acerca al universo de esta artista “al margen” que “no marginal”, como la definió Borja-Villel.

A medio camino entre la ciencia y el arte, Elena Asins trata de crear en sus obras “un mundo perfecto, alejado de toda pasión o sentimiento, como el mundo matemático”, aseguró la propia artista durante la presentación de la exposición. Y para ello, el ordenador es “una herramienta excelente, que nos da gran cantidad de posibilidades”.

Con un especial énfasis en los primeros años de su carrera, la muestra exhibe un amplio abanico de formatos: poesía concreta, dibujo, libro, escultura, instalación o vídeo. Muchas de las obras que pueden verse no se habían mostrado nunca al público, que podrá, además, contemplar la significativa colección de la artista que el Reina ha adquirido en los últimos años.

Elena Asins, de negro, durante la inauguración de la muestra

Arte científico

Las piezas de Asins son una suerte de maquetas, planos y dibujos más cercanos a la ingeniería que al arte. “Ni siquiera sé si soy una artista”, admitió la propia creadora. De ahí que uno de los aspectos más interesantes de sus obras sea el proceso creativo, casi más que el resultado final. “Las ideas las elijo matemáticamente”, explicó Asins, que utiliza la teoría del cálculo y los algoritmos para sus realizaciones.

Esta forma de proceder sitúa a Elena Asins como una de las pocas representantes de una vertiente de arte conceptual, muy poco extendido en España: el que defiende la idea como motor de la realización artística, frente a otras prácticas más políticas o sociológicas. “Es una de las figuras más consistentes y singulares”, aseguró el director del museo, Manuel Borja-Villel, que añadió que su obra “tiene algo de inabarcable, donde el espectador es un lector activo”.

La informática se mezcla con el arte en la obra de Asins

1968: el año que creó un lenguaje

La exposición arranca en 1968, una fecha fundamental para entender la obra de Elena Asins. “Ese año creé mi lenguaje”, aclaró la artista. “Vivía en una casa tan pequeña que no tenía espacio para tener un taller de pintura o escultura, así que empecé a escribir en un cuaderno puntos y números”. La artista ya había entrado en contacto con los primitivos ordenadores de la época, en concreto con la gran computadora que albergaba el Centro de Cálculo de la Universidad Complutense.

Entre las obras que se pueden ver encontramos un conjunto de piezas óptico-cinéticas en las que se observa una relación con el trabajo de Eusebio Sempere, de su primera etapa. A partir de los setenta, Asins se dedica de manera más metódica al estudio de las estructuras. De esta época encontramos la serie Strukturen, piezas que lleva a cabo en distintos soportes y en las cuales despliega una variedad compositiva.

De finales de los 70 y de la década de los 80, se exhiben los Cuartetos prusianos, Combinaciones, Project for an Architecture o Paradigma for Scale. Durante la última década del siglo XX y en el siglo XXI, Elena Asins aborda nuevos retos como la escultura, la instalación o el vídeo, medios en los que sigue trabajando actualmente.

Irene G. Vara

Elena Asins. Fragmentos de la memoria
Del 14 de junio al 31 de octubre
Museo Reina Sofía
Comisario: Manuel Borja-Villel
De lunes a sábado, de 10.00 a 21.00 horas
Domingos, de 10.00 a 14.30 horas
Martes, cerrado

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