La Virgen con el Niño y los pecadores arrepentidos, de Van Dyck muestra a María Magdalena, el Rey David y, entre ambos, el hijo pródigo. Postrados ante María y Jesús,  son un símbolo del arrepentimiento. El cuadro es un ejemplo del énfasis que la Contrarreforma católica pone en el sacramento de la penitencia.

Van Dyck, estuvo al servicio del Rey de Inglaterra. Sin embargo, con el lienzo de la Academia y otras obras localizadas dentro y fuera de España a partir de abundante documentación, se revelan vínculos inesperados del pintor con el mecenazgo español. El Rey y los grandes de España coleccionan sus obras en medida no menor a los círculos cortesanos de Gran Bretaña,

Holanda e Italia

El cuadro, unido a otras obras de gran interés, se podrá ver en la inmediata exposición Ecos de Van Dyck patrocinada por la Fundación Cajamurcia (1 abril-8 mayo, Murcia; 16 mayo-26 junio, Madrid). Los nuevos datos ofrecidos sobre este cuadro, cuya atribución a Van Dyck ya no ofrece dudas, se incluirán en el artículo de D. Matías Díaz Padrón para Ars Magazine y en su libro: Van Dyck en España editado por Prensa Ibérica.

La obra se ha creído copia de Van Dyck desde principios del siglo XIX. Se había olvidado su presencia en El Escorial, donde la cita Velázquez en su Memoria de 1656 y la ve el Padre Santos en su Descripción un año después, siempre con grandes elogios. Identificada recientemente en la antigua colección del Duque de Medina de las Torres, Virrey de Nápoles hasta 1643, es probable que este la adquiriese en fechas próximas a la vida de Van Dyck, que murió en 1641.  El Virrey la regaló a Felipe IV y por orden del monarca se llevó el cuadro a El Escorial. No faltan referencias a este lienzo en todos los viajeros y eruditos españoles y extranjeros que visitan El Escorial hasta la guerra napoleónica. En ese momento se produce un vacío que se explica por haberse incluido esta obra en un conjunto de cuadros que José I ofrece a su hermano para el museo Napoleón. Con la caída de Napoleón, éste lote queda en España,  perdiéndose la pista de esta pintura que luego aparece en la Academia como “copia de Van Dyck”. La gran calidad de su estilo y técnica nos permite catalogar la obra en el periodo italiano de Van Dyck. Esto unido a la proximidad de la documentación citada no deja dudas sobre su autoría.

Se conocen varias copias antiguas que no alcanzan la misma calidad que el original de la Academia. Aquí se ven los arrepentimientos en la nariz y el cabello del hijo pródigo  y en el Niño cuya pierna derecha estuvo parcialmente cubierta por un paño que luego el pintor ha eliminado. El estilo nos acerca a Tiziano, distanciándose Van Dyck de la plasticidad de Rubens, su maestro. Admiramos tanto la factura vibrante, veneciana, como la carga emotiva que vemos en los ojos de la Magdalena en diálogo con el Niño. El tema devoto de los pecadores arrepentidos despierta la hostilidad del mundo protestante porque pone el énfasis en la salvación de las almas del purgatorio y en el valor del sacramento de la penitencia.

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