El Museo Thyssen-Bornemisza presenta una nueva instalación de las obras pertenecientes a las vanguardias rusas, coincidiendo con la celebración en Madrid de ARCO, que tiene a Rusia como país invitado. El área de Pintura Moderna del museo, que conserva la más importante colección de arte soviético de vanguardia que hay en España, ha reunido este conjunto de obras, que se mostrarán reunidas a partir del día 15 de febrero.

Las salas 42 y 43 del edificio de Villahermosa serán las encargadas de albergar los cuadros, que normalmente se presentan dispersos en diferentes espacios del museo. Se ofrece así una visión condensada de los distintos movimientos vanguardistas rusos y se trata de emular la forma provocativa que eligieron aquellos rebeldes inconformistas para exhibir sus obras.

Las primeras décadas del siglo XX fueron muy agitadas en Rusia y dieron pie a una efervescencia cultural sin precedentes. La vida artística rusa se llenó de exposiciones, encendidos manifiestos y surgieron movimientos como el cubofuturismo, el rayonismo, el suprematismo o el constructivismo. Ahora, una selección de treinta y cinco obras ofrece al visitante una muestra de artistas como Marc Chagall, Wassily Kandinsky, Liubov Popova o Ivan Kliun.

A principios del siglo XX, Lariónov y su mujer, Goncharova, fueron de los primeros en aunar corrientes internacionales, como el simbolismo y el postimpresionismo, con un primitivismo de formas sintetizadas e intenso colorido, derivado de las tradiciones culturales rusas. El folclore, las raíces populares o la vida campesina también fueron fuente de inspiración para el peculiar arte metafórico de Chagall, que supo combinar mejor que ningún otro artista los recursos de la plástica
contemporánea con los reinos encantados de los cuentos rusos.

Fantasía, expresionismo y abstracción
Tras su traslado a Múnich, Kandisnky incorporó imágenes de una Rusia imaginaria o real al nuevo lenguaje expresionista. Convertido en el mayor representante del grupo expresionista Der blaue Reiter (El Jinete Azul), su arte espiritual y romántico fue derivando hacia postulados cada vez más abstractos gracias a sus investigaciones sobre las repercusiones psicológicas de los colores y su potencial para suscitar emociones en el espectador.

En torno a 1915 aparecieron sucesivas tendencias derivadas de la asimilación del cubismo, como el
cubofuturismo, que cautivó a casi todos los artistas de vanguardia, o el rayonismo, una variopinta combinación de cubismo, futurismo y expresionismo, desarrollado sobre todo por Lariónov y Goncharova.

Los años anteriores y posteriores a la Revolución de 1917 fueron especialmente intensos y agitados en el desarrollo de las vanguardias rusas y propiciaron que los artistas se lanzaran a buscar un nuevo arte adecuado a los nuevos tiempos. Con el nuevo régimen surgieron el suprematismo y el constructivismo, dos corrientes que, en la práctica, la mayoría de los artistas intentó unificar.

Irene G. Vara

Instalación especial de las obras de las vanguardias rusas
Procedentes de la colección permanente del museo Thyssen-Bornemisza y de la colección Carmen Thyssen-Bornemisza
Del 15 de febrero al 20 de marzo de 2011
Salas 42 y 43 de la planta baja del Palacio de Villahermosa

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