El Consejo de Ministros, a propuesta de la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, ha concedido la Orden de las Artes y las Letras de España a Plácido Domingo, en reconocimiento a su extraordinaria carrera artística como cantante y director de orquesta, así como por su defensa internacional de la música española, en especial la zarzuela, que lo convierten en uno de los grandes embajadores del español y su cultura en el mundo.

Nacido en Madrid el 21 de enero de 1941, pronto se trasladó a Ciudad de México donde su entorno familiar –sus padres eran cantantes de zarzuela- facilitó el desarrollo de quien, desde muy joven, manifestó condiciones artísticas extraordinarias. Debutó como cantante lírico a los 18 años encarnando a Borsa en Rigoletto, y  su primer papel protagonista llegó dos años después con el papel de Alfredo, de La traviata..

Desde entonces ha desarrollado una carrera de cincuenta años sin parangón en la historia moderna de la música. Como cantante, su repertorio incluye 130 papeles, con más de cien grabaciones de óperas completas, además de antologías y recitales.

Pero la de cantante es sólo una de las facetas de la rica personalidad artística de Plácido Domingo quien, desde los años 70 ha desarrollado una importante carrera como director de orquesta. Esta dualidad de cantante y director se completa con su faceta de director general de las óperas de Washington y de Los Ángeles, donde ha demostrado una gran capacidad para conjugar el repertorio histórico con la nueva creación lírica.

Especial relevancia en la vida artística de Plácido Domingo ocupa la zarzuela, a la que se ha dedicado con intensidad desde sus primeras actuaciones. Además de ser uno de los más grandes tenores de la historia del género, desde sus responsabilidades al frente de teatros líricos o en sus grandes conciertos populares, el tenor madrileño ha defendido siempre con su actuación al genuino género lírico español, llevándolo por todo el mundo. A ello hay que unir su interpretación de la canción española y latinoamericana, y con ello la defensa del idioma español en todo el mundo.

La carrera de Plácido Domingo está jalonada por muchas otras realizaciones de gran impacto popular, como el proyecto Los tres tenores, junto a José Carreras y Luciano Pavarotti; la filmación en escenarios históricos de óperas de Puccini, Bizet y Verdi; o la participación en eventos deportivos como el Mundial de Fútbol de Alemania, en 2006, y los Juegos Olímpicos de Pekín, entre otros. En su faceta de promotor de jóvenes artistas, Domingo creó en 1993 “Operalia”, un concurso internacional de canto que ha permitido el lanzamiento de la carrera de grandes cantantes.

Plácido Domingo es asimismo reconocido internacionalmente por sus acciones humanitarias, como ha quedado de manifiesto en sus actuaciones a favor de los damnificados en el terremoto de México en 1985, el huracán Katrina en Nueva Orleáns en 2009 y otros desastres naturales en México y El Salvador. La comunidad internacional le ha sabido reconocer tanto su faceta artística como su contribución humanitaria con numerosas distinciones en diversos países. En España, ha recibido el Premio Príncipe de Asturias, en 1991; la Medalla al Mérito en las Bellas Artes, en 1983; o la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil (2002).

A punto de cumplir los setenta años, Plácido Domingo continúa su vida artística con igual intensidad que en las décadas precedentes. Sigue incorporando nuevos papeles a su repertorio, algunos pertenecientes a óperas barrocas; impulsando la composición de nuevas óperas y abordando además roles reservados para barítonos, como el que da título a la ópera de Giuseppe Verdi Simon Boccanegra, cuya interpretación en el Teatro Real, de Madrid, el pasado mes de julio, fue premiada por el público con más de veinticinco minutos de aplausos, algo inédito en el coliseo madrileño.

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