El Estado ha realizado las últimas compras del año en las subastas madrileñas. En la sala Alcalá adquirió varios lotes, entre éstos un óleo sobre lienzo «Vista de la entrada en la ciudad de Quito de las tropas remitidas por el Excmo. Sr. Virrey del Perú al mando de primer teniente de Reales Guardias españolas, don Manuel Arredondo y Mioño, caballero del hábito de Calatrava, para pacificación y Guarnición en 25 de noviembre de 1809». El cuadro se ha asignado al Museo de América. El precio de remate ha sido de ciento veinte mil euros (120.000 €), más los gastos inherentes.

En la misma sala se adjudicó otros seis lotes cuyo destino es el Museo del Prado con un precio total de remate de cuatro mil euros (4.000 €), más los gastos inherentes. Se trata de un óleo de Carolus-Duran. (Charls-Emile-Auguste Durand, Lille, 1837 – París 1917) «Retrato de Luis Álvarez». Óleo sobre lienzo. 53,5 × 42 cm. Firmado «Carolus Duran» y dedicado: «A mon ami Luis Álvarez, Madrid, 12 juin 1899. Con marco de época. Los otros cinco lotes corresponden a 57 cartones con bocetos de Luis Álvarez Catalá (49x65cm) con sello de testamentaría.

En la sala Segre y a propuesta de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales, previo informe favorable de la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico Español, se ejerció el derecho de tanteo sobre una pareja de dibujos de Antonio Palomino (Córdoba, 1655-Madrid, 1726) con destino al Museo de Bellas Artes de Valencia. El precio de remate  de este lote fué de dieciocho mil euros (18.000 €), más los gastos inherentes. «Alegoría de la Paz» y «Alegoría de la Bondad». Pareja de dibujos preparados a lápiz. Tinta parda sobre papel verjurado. Con filigrana de cruz inscrita en escudo. Al pie de las figuras inscrito: Pax // Bonytas. Sobre el segundo soporte sello gofrado e inscripción del S. XIX: Antonio A. Palomino. Medidas: 29,6 × 20,6 cm y 30,6 × 21 cm. Estos dibujos proceden de Toledo, colección Páramo (según inscripción al reverso de la Bondad) y Madrid, colección particular.

Estas dos importantes e inéditas obras fueron concebidas por Antonio Palomino como estudios preparatorios para dos de los doce frutos del Espíritu Santo pintados al fresco en la base de la bóveda de la Iglesia de San Juan de Mercado de Valencia, uno de los conjuntos barrocos más impresionantes del arte español, por desgracia incendiado durante la guerra de 1936. Aunque en la actualidad esta zona del fresco es totalmente irreconocible, una antigua fotografía de la bóveda  permite distinguir perfectamente las figuras de la paz y de la bondad.

Al valor testimonial de estos dibujos hay que añadir la detallada descripción que hizo de estas alegorías el propio Palomino en el tomo II de su Museo Pictórico y Escala óptica, publicado en 1724.

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