La Biblioteca Nacional, en colaboración con la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC) ha inaugurado la exposición “Memoria de los moriscos. Escritos y relatos de una diáspora cultural”, una muestra que se enmarca en la programación del IV centenario de la expulsión de los moriscos por Felipe III y que recoge los testimonios escritos y gráficos que los últimos musulmanes españoles dejaron escondidos antes de su obligada diáspora.

Estos libros y manuscritos son uno de los pocos vestigios que se conservan de la cultura morisca ya que, dada su situación de ciudadanos de segunda en el reino de España, no realizaron ni grandes monumentos ni importantes manifestaciones artísticas.

La mayoría de estos textos se encontraron al derribar las antiguas casas del Valle del Jalón, en Aragón, envueltos en paños de lino y ocultos entre los muros de las viviendas ya que la posesión de libros musulmanes estaba prohibida por la Inquisición.

Estos libros moriscos parecían estar escritos en árabe pero cuando los primeros arabistas comenzaron ha estudiarlos vieron que no era árabe y pensaron que se trataba de alguna lengua desconocida, pero más tarde descubrieron que los textos estaban escritos en castellano pero transcritos con grafía árabe lo que se ha denominado como “escritura aljamiada”. La razón de que los moriscos del norte de la península adoptaran este sistema de escritura es que estos moriscos ya habían olvidado el árabe, al contrario de sus homónimos valencianos y granadinos, pero a pesar de ello querían seguir apegados a su pasado islámico y por ello decidieron utilizar esta escritura aljamiada en la que tras los caracteres árabes se escondía una delicada literatura en lengua romance.

Esta escritura híbrida entre el castellano y el árabe permitió a los últimos moriscos cifrar comentarios del Corán y de las leyes islámicas, devocionarios y manuales de practicas religiosas, fabulas incluso recetas para curar el dolor de cabeza o conjuros amorosos, lo que le convierten en el único testimonio cultural de los últimos musulmanes españoles.

La muestra que ahora acoge la Biblioteca Nacional recoge por primera vez más de un centenar de estos escritos entre los que destacan algunos tesoros como la primera traducción completa del Corán al castellano, los tratados doctrinales del “Mancebo de Arevalo”, una especie de autobiografía de un misteriosos morisco que viajó por España entrevistando a musulmanes a escondidas de la Inquisición o el “Alkitab de Samarqandi”, uno de los más delicados y hermosos manuscritos árabes atesorado en los fondos la Biblioteca Nacional.

De este modo el visitante podrá sumergirse en la cultura escrita de los últimos moriscos gracias a estas valiosas piezas, unas piezas que como ha señalado el comisario de la muestra, Alfredo Mateos Paramio, “ Es un milagro que aún se conserven no solo por que fueron realizadas en la mayor clandestinidad sino porque fueron severamente perseguidas y destruidas por la Inquisición”.

A su vez el discurso expositivo de la muestra esta reforzado con un fantástico montaje para el que se ha seguido un criterio anicónico, dada la ortodoxia morisca hacia la representación, y tanto los muros como los paneles explicativos se han decorado con una textura y color arenoso haciendo así un guiño visual tanto al papel de los manuscritos como al adobe de los muros que durante tantos siglos los escondió y protegió.

Acostumbrados a hablar siempre de nuestro pasado musulmán centrado en la cultura andalusí, “Memoria de los moriscos” se presenta como una buena oportunidad de conocer y descubrir el otro legado del Islam en la península, el de los morisco del norte, un legado que a pesar de haber sido perseguido y en gran parte destruido ha conseguido sobrevivir al paso de los siglos convirtiéndose en uno de los vestigios más interesantes y curiosos de nuestro pasado islámico.

Marta de Orbe
“Memoria de los morisco, escritos y relatos de una diáspora cultural”
Biblioteca Nacional
Del 17 de junio al 26 de septiembre.
Entrada gratuita

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