Los Worstsellers, los libros peor vendidos, han vuelto por segundo año consecutivo a la Feria del Libro de Madrid.  También han estado presentes esas películas de antes que según Miguel Ángel Delgado ya no se hacen

El pasado viernes, 4 de junio, en el Pabellón Fundación Círculo de Lectores ha tenido lugar el segundo encuentro de los libros peores vendidos con la participación de las editoriales Escalera, Salto de Página, Nevsky Prospects y Artemisa. El punto de partida de esta original iniciativa ha sido la voluntad de dar otra oportunidad a libros que a pesar de sus pocas ventas no dejan de ser libros de gran calidad. Juan Cruz, como moderador de la mesa, ha recordado durante el acto que la cantidad no era la mejor consejera de la calidad de los libros. Y ha citado el ejemplo del fracaso comercial que había sido la primera edición de Ficciones, de Borges, cuyas ventas se limitaron durante mucho tiempo a 33 ejemplares.

Marian Womack ha comentado al iniciar la charla que la paradoja del libro peor vendido de Nevsky Prospect resumía bien la filosofía del encuentro. Historias de Belkin, de Alexander Pushkin, un clásico contemporáneo, ha sido a su juicio el mejor libro que ha publicado este año, pero sin embargo ha sido también el peor vendido. Tanto Pablo Mazo (Salto de Página) como Ulises Ramos (Artemisa) han remitido a cuestiones de promoción para explicar estos fracasos comerciales, pero no solamente.

En el caso de Salto de Página, Mazo ha explicado la falta de interés en España por las nuevas voces latinoamericanas. El libro del argentino Leonardo Oyola, Chamamé, es un ejemplo elocuente de ello. Porque a pesar de estar publicado con éxito en prestigiosos sellos hispano americanos, no ha cuajado en España.

Para Daniel Ortiz, de ediciones Escalera, el poco éxito de la autobiografía de Baby Halder, Una vida menos ordinaria, no era previsto debido a la gran repercusión que tuvo tanto en Francia, Alemania, Italia como en EEUU y Reino Unido.

Lo mismo ha comentado Ulises Ramos (ediciones Artemisa) cuyo libro peor vendido este año ha sido Gaspard de la Nuit, de Aloysius Bertrand, obra que inauguró el género de poesía en prosa y que fue introducido y popularizado por Victor Hugo a la muerte de su autor. A pesar de la expectación, de las reseñas elogiosas en prensa y de su buena colocación en librería, esta obra del patrimonio universal no se vendió como se esperaba.

Todos los presentes han reconocido sin embargo que a pesar de la corta esperanza de vida de los libros en las mesas de novedades de las librerías, el panorama no es tan desolador, destacando el éxito de iniciativas como la editorial Impedimenta de Enrique Redel.

Editores de provincia: la provincia nos visita

Ingenio de Comunicación ha organizado la mesa redonda La provincia nos visita en el Pabellón Carmen Martín Gaite en torno al mundo editorial establecido fuera de Madrid y de Cataluña. Eva Orúe ha moderado una animada charla entre Rafael Ceballos, editor del Grupo Alcalá (Alcalá La Real, Jaen), Alfonso Castán, de Contraseña (Zaragoza-Huesca), Eduardo Riestra, de Ediciones del Viento (La Coruña) y José Ángel Zapatero, editor de Menoscuarto (Palencia).

Orúe ha señalado que de las 873 editoriales gremiadas en toda España, 275 están en Madrid, y 270 en Barcelona, es decir, que el 38% de lo que se edita en nuestro país se hace fuera de estas dos grandes ciudades. Sobre el modo de editar en una ciudad pequeña todos han destacado que gracias a la tecnología se puede editar desde cualquier lugar del mundo, pero que a la vez que se tiene mucho más tiempo, “se echa de menos la vida social editorial y se tienen más lejos a los medios de comunicación nacionales, lo que no nos beneficia, ya que la mayoría de los lectores está en las grandes ciudades”, ha dicho Riestra. Los medios de comunicación han sido objeto de debate por parte de los editores, ya que cada vez hay menos espacio para la cultura y para los libros, aunque, según Zapatero, “en los medios de Madrid no tienen tanto en cuenta que la editorial no está establecida en la capital. No ocurre tanto así con los medios de Cataluña que sí que ponen mucho énfasis en lo que se edita desde allí”. Orúe ha querido abordar la cuestión de la leyenda urbana que dice que muchas editoriales de provincias viven de las subvenciones de sus comunidades autónomas, argumento que han desmontado los editores.

El libro electrónico también ha sido tratado esta tarde. Zapatero lo ve como una oportunidad y no como una amenaza y Ceballos ha defendido su uso para sellos especializados en temáticas que avanzan muy rápido, como Salud, Medicina o Ciencia, que requerían de la edición de anexos después de la publicación. Castán ha mostrado su preocupación por la cultura del pirateo que impera en nuestro país y Riestra ha apuntado que la cultura antipirateo tiene que pasar por tratar bien al consumidor de cultura en formato electrónico con precios razonables.

Ya no se hacen películas como las de antes… pero no importa

Este es el título del libro que ha publicado el periodista, crítico cinematográfico y cinéfilo Miguel Ángel Delgado en la editorial Laria, en el que reúne 154 críticas de películas de ahora para animarnos a mantener la fe en el cine. Según Miguel Ángel, cada una de las 154 películas propuestas ofrece una razón para renovar la ilusión. “La mayoría de ellas –dice el autor- nos hará abandonar la sala razonablemente satisfechos, aunque sólo sea por habernos hecho pasar un rato entretenidos”.

Delgado es un cinéfilo que ha recogido sus críticas publicadas en la web laButaca.net para compartir los buenos momentos que pasó en el cine con los lectores. No intenta sentar cátedra ni marcar ningún territorio sagrado, “sólo –dice él– trasmitir su experiencia como espectador que cada viernes se enfrenta a la decisión de elegir un par de películas de todas las que llegan a las pantallas”.

En la presentación de su libro, Miguel Ángel Delgado ha estado acompañado por Miguel Munárriz, delegado del Principado de Asturias en Madrid, y Alberto Luchini, redactor jefe de La Luna de Metrópoli (El Mundo). Munárriz ha dicho que como Miguel Ángel Delgado dice no concebir ver cine sin buscar ese algo, por pequeño que sea, que remueve la pasión, y el amor por una de las pocas artes que gustan a (casi) todo el mundo, “me recuerda a otro apasionado que fue François Truffaut, que hizo un cine que a mí me removió entonces y que escribió sobre cine también todo lo que pudo”.

Munárriz ha ilustrado su comparación trayendo a colación el libro que  Truffaut publicó en 1975, Las películas de mi vida, en el que hacía repaso de todos aquellos filmes que le habían marcado como cineasta. “Aquel libro fue una consecuencia de sus apasionadas críticas en las revistas Cahiers du Cinema y Artes et Espectáculos, antes de consagrarse como uno de los grandes directores de cine”, ha comentado.

“Truffaut pensaba, y yo creo que como crítico Miguel Ángel Delgado también, -ha continuado Munárriz- que una película está lograda si expresa simultáneamente una concepción del mundo y una concepción del cine, como lo expresan Las reglas del juego o Ciudadano Kane”.

Munárriz ha destacado, para finalizar, la capacidad que tiene Delgado de contagiar la pasión cinéfila, como Truffaut, y “como Truffaut ha escrito unas críticas que están llenas de finura literaria, sentido del humor y cultura cinematográfica. Yo le agradezco que las haya reunido porque tengo ahora la oportunidad de recordar las que he visto y de buscar las otras en los videoclubs porque es verdad que “Ya no se hacen películas como las de antes… “, pero gracias a este libro no nos importa tanto”.

Alberto Luchini  ha comentado que una de las grandes cualidades de Miguel Ángel Delgado era su capacidad por encontrar las cosas buenas en una película mala. “A veces me he sentido tentado a ver películas que he aborrecido, sólo porque he leído a Miguel Ángel elogiar alguna cosa de ellas”, ha dicho. Delgado ha insistido que consideraba su profesión desde la perspectiva del espectador y que no quería renunciar a ello. Luchini y Delgado han terminado la charla coincidiendo en destacar a “San Clint Eastwood”, como lo llama Delgado, como el más clásico de los directores actuales, el que en su forma de hacer cine más se acerca a las películas de antes.

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