Metafísica, filosofía y ceremonial

Andrés Merino Thomas 

La organización de eventos es una de las más eficaces estrategias de relaciones públicas. La frecuencia e importancia que en la actualidad han alcanzado las ceremonias, tanto en el ámbito público como privado, y la posibilidad de analizar su realización desde perspectiva científica han convertido el protocolo en una disciplina académica. Como asignatura, forma parte de programas universitarios y de formación complementaria. María Teresa Otero Alvarado, doctora en Ciencias de la Información y profesora en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla, fue responsable de protocolo en la Exposición Universal de 1992, y estuvo al frente de tan significativa área en la Junta de Andalucía. Ha propuesto con el manual “Protocolo y organización de eventos” (editorial UOC) un valioso conjunto de aportaciones en la materia.

Otero propone una auténtica historia del protocolo como ciencia. Es claro que el título de su ensayo no responde del todo a la realidad del contenido, pues aborda no pocas reflexiones sobre fundamentos del ceremonial en una amplísima primera parte en la que razona con profusión sobre cada concepto y sus antecedentes históricos. Es esta quizá su aportación más valiosa, sin dejar de lado los aspectos prácticos del conjunto de técnicas de organización de actos públicos que propone en su parte final. Cuando hace poco más de una década muchos ponían aún en cuestión que pudiésemos acercarnos a la disciplina del ceremonial desde marcos teóricos y conceptuales corrían enseguida, al borde de la descalificación, a equiparar el protocolo a meros usos cortesanos y versallescos. Como si la imitación que Luis XIV y sus descendientes hicieron del protocolo borgoñón/español fuesen motivo para que hoy nos avergonzásemos al analizar, desde el lógico decurso de la historia, cómo evolucionan los usos y costumbres de las relaciones y la etiqueta. La autora nos proporciona un panorama razonado de cómo el protocolo fue adaptándose a través de los siglos hasta configurarse en un actual sistema de orden en las relaciones que facilita la convivencia. Porque ahí está la clave. Si no facilita la sociabilidad, en realidad no es protocolo.

No extrañe por tanto al lector que, además de encontrarse con un prontuario para la correcta aplicación de normativas o la ubicación de autoridades, Otero proporcione un bien construido elenco de principios rectores para organizar un evento. Por ello hablamos, con toda claridad, de metafísica del protocolo. De explicar por qué las cosas se hacen así. Si hemos de escoger determinadas herramientas –y no otras- buscando el éxito de una reunión o ceremonia, primero será necesario que definamos cuál será en realidad esa ceremonia, su fin, su carácter, su lugar y momento apropiados. Los invitados idóneos a los que convocar. Cómo distribuir los espacios de los que disponemos. Y la variable tiempo, aliado infinito cuando cabalga con la lógica o enemigo acérrimo cuando la improvisación aparece en el horizonte… Todo ello se nos aparece en el libro que hoy reseñamos como una filosofía. La autora hace del protocolo un mensaje y nos convence para que lo empleemos como auténtica comunicación.

 

“Protocolo y organización de eventos”

María Teresa Otero Alvarado

Barcelona, Editorial UOC, 221 pág.

ISBN: 978–84–9788–813–4

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