El Ministerio de Cultura ha publicado un informe sobre el Libro Electrónico, elaborado por Grupo de Trabajo del Observatorio de la Lectura y el Libro. En este informe, que se puede descargar en la web  http://www.mcu.es/libro/MC/ObservatorioLect/index.html, se analiza el impacto del libro electrónico (e-book) en el sector del libro y en los hábitos lectores. El trabajo del Grupo, desde su constitución, ha consistido en aportar los conocimientos de diversos expertos y establecer conclusiones sobre la realidad y potencialidad del formato digital para el mundo del libro y la lectura.

Adaptación del marco legal
La transformación digital está en marcha y todo parece indicar que es imparable. Los últimos datos, de 2009, apuntan a un crecimiento de la edición electrónica en España que supera el 48% frente a los datos del año anterior. No obstante, tanto autores como lectores, libreros, distribuidores y, especialmente, editores, están afrontando este proceso de cambio con cierta cautela debida a dos factores: por un lado, la necesidad de readaptar el actual marco legal a los nuevos requerimientos del entorno digital; por otro, la ausencia de un modelo de negocio definido.

Esta necesaria readaptación de los actuales instrumentos jurídicos para ofrecer las mismas garantías que en el caso del libro en papel, se resume en los siguientes puntos: actualización de los contratos de edición literaria adaptándolos a los nuevos formatos; respeto del derecho del autor a la integridad de su obra en un medio en el que los contenidos son especialmente vulnerables; la urgencia de adoptar medidas normativas que corrijan las deficiencias jurídicas actuales en la difusión de obras protegidas a través de redes P2P y páginas web; y el acompañamiento de modelos legales de acceso para el consumidor cuando se apliquen  herramientas que dificulten la copia ilegal.

Optimismo sobre la oferta digital
La innovación tecnológica está facilitando, pero también condicionando, los nuevos modelos de negocio en torno al libro electrónico y, por el momento, incide más en la venta electrónica de libros en papel que en la venta electrónica de contenidos digitales. No obstante, el optimismo en torno a las previsiones de futuro anima al sector editorial a entrar en este mercado.

En el caso de España, durante el presente año y el próximo se prevé un notable avance: en 2011 un gran número de editoriales tendrán más de la mitad de su catálogo digitalizado, las novedades irán ocupando cada vez más espacio en la oferta digital, al igual que los títulos destinados a la lectura en dispositivo lector (e-readers); se reforzará la tendencia a utilizar simultáneamente diversos canales de comercialización, aunque con mayor peso de la venta a través de la web de la editorial, seguida por plataformas genéricas y librerías.

Además, el sector editorial es consciente de la importancia de experimentar para entender las preferencias y necesidades de los usuarios e identificar nuevos modelos de negocio como los ya implementados en otros mercados internacionales basados en el enriquecimiento de contenidos, la creación de libros a medida, la venta por partes y alquiler de obras o la colaboración del lector en la creación de los contenidos. Finalmente se concluye que, en aquellos casos en los que el libro digital no ofrezca valores añadidos sobre el libro impreso, la tendencia se dirige a ofrecer los primeros a precios inferiores a los segundos.

Digitalización
Sobre el impacto en el ámbito bibliotecario, la edición electrónica está generando grandes proyectos de digitalización en todo el mundo, entre los que cabe destacar, en el caso español, el proyecto ENCLAVE Editores-BNE. Se subraya, por un lado, la necesidad de establecer un marco legal apropiado, especialmente en el caso de las obras huérfanas; y por otro, el trascendental cambio que introduce la nueva realidad del e-libro, con la que el papel de la biblioteca adquiere nuevas dimensiones, como facilitar el acceso a información de pago e incluso ofrecer servicios de impresión bajo demanda.

También se hace referencia a algunas implicaciones sobre los procesos de lectura: las investigaciones desarrolladas por el momento concluyen en importantes diferencias tanto en los procesos de lectura como en las actividades tradicionalmente asociadas al libro en papel. En el caso de la lectura en el entorno escolar, se hace necesario profundizar en los posibles efectos en la calidad del aprendizaje.

El informe, finalmente, pone de manifiesto el esfuerzo que se está realizando desde la Administración General del Estado para fomentar la adaptación al cambio y evitar el desarrollo de un mercado ilegal.

El Grupo de Trabajo ha contado con la participación por parte del Ministerio de Cultura de Rogelio Blanco, director general del Libro, Archivos y Bibliotecas; Mónica Fernández Muñoz, subdirectora general de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas; María Luisa Martínez Conde, consejera de la Subdirección General de Coordinación Bibliotecaria; Marta García León, experta en propiedad intelectual y asesora de la ministra. Los Ministerios de Industria, Turismo y Comercio y de Educación han estado representados por Juan Junquera de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y por Enrique Roca, director del Instituto de Evaluación. También han participado Jesús Badenes, director general de la División de Librerías del Grupo Planeta; José Moyano, presidente de ANELE (Asociación Nacional del Libro de Enseñanza); Rosalina Díaz, directora general de la editorial Wolters Kluwer; Inés Miret, directora de la empresa Neturity; José Manuel Anta, secretario técnico de FANDE (Federación de Asociaciones Nacionales de Distribuidores de Ediciones); Jesús Otaola, responsable de la librería Prometeo-Proteo de Málaga; José Antonio Millán, consultor en nuevas tecnologías; Javier Echeverría, profesor de Investigación de la Fundación Vasca de Ciencia (Ikerbasque). Se ha contado también con la aportación de diversos autores y traductores, de ACE Traductores  (Sección Autónoma de Traductores de Libros de la Asociación Colegial de Escritores) y de la Federación de Gremios de Editores de España a través de su director ejecutivo, Antonio Mª Ávila.

Artículo anteriorEspaña, país europeo con más piratería editorial
Artículo siguienteEncuentro con la literatura coreana en el Círculo de Bellas Artes