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Rafael Manzano recibe el Premio Richard H. Driehaus 2010

La ceremonia de entrega tendrá lugar en Chicago el 27 de Marzo

El arquitecto español Rafael Manzano recibe el Premio Richard H. Driehaus 2010

El Premio de Arquitectura Clásica más importante del mundo, el Richard H. Driehaus, se entregará el próximo 27 de marzo, en el John B. Murphy Auditorium de Chicago, al español Rafael Manzano Martos. Otorgado por la Universidad de Notre Dame, reconoce la calidad en la arquitectura y el urbanismo clásicos y sostenibles. Es el más cuantioso de los premios de arquitectura con una dotación económica de 200.000 $, el doble que el Pritzker.

Jurado del Driehaus Prize lo han formado: Richard H. Driehaus, Fundador y director del Driehaus Capital Management. Michael Lykoudis, decano de la cátedra Francis and Kathleen Rooney de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Notre Dame. Robert Davis, fundador y ejecutor de Seaside, Florida. Adele Chatfield-Taylor, presidenta de la Academia Americana en Roma. Paul Goldberg, crítico de arquitectura para The New Yorker. Léon Krier, premio Driehaus inaugural. Y David M. Schwarz, director de la firma David M. Schwarz Arquitectos.

Rafael Manzano Martos, arquitecto español conocido sobre todo por su habilidad con el estilo mudéjar, recibirá el premio Richard H. Driehaus 2010 de arquitectura clásica. La entrega tendrá lugar el 27 de marzo en Chicago. El galardón, con una dotación de 200.000 dólares, se entrega anualmente a un arquitecto que brilla por su ejercicio dentro del mundo de la arquitectura clásica. Supone la más importante distinción del clasicismo dentro de la construcción en el mundo contemporáneo.

El trabajo de Manzano es un ejemplo de expansión de cultura. El estilo mudéjar emergió como un estilo que mezclaba influencias musulmanas y cristianas durante el siglo XII en la península ibérica. Como experto en este estilo, tanto dentro del mundo occidental como árabe, Manzano ha diseñado hoteles y otros edificios comerciales así como casas y urbanizaciones a lo largo de toda España y oriente medio. Sus obras más conocidas incluyen las casas de Chueca Goitia en Sevilla o la de Curro Romero (ahora propiedad de Julio Iglesias) en Marbella. Su fluidez dentro del estilo islámico queda patente en sus diseños para un hotel en Mósul, Irak, o para un resort de hoteles y distrito comercial en Riyadh, en Arabia Saudí. Otro ejemplo es el palacete de Faisal Hassan Jawal en Bahrain, actualmente en construcción.

Deforma conjunta, el legendario profesor y conservacionista de Yale, Vincent J. Scully, recibirá el premio Henry Hope Reed con una dotación de 50.000 dólares.

Vincent J. Scully, galardonado con el premio Henry Hope Reed, entró en la Universidad de Yale a los 16 años, iniciando una relación de más de 70 años. Scully, profesor emérito de Historia del Arte en Yale, es todo un icono de la Universidad y uno de sus miembros de más influencia. Gracias a sus esfuerzos se han preservado numerosas obras arquitectónicas que de otra manera habrían desaparecido. Desde la “renovación urbana” de las décadas de los 60’ y 70’, Scully ha condenado la expansión desmesurada de las ciudades y ha abogado por un diseño urbano sostenible y habitable. Autor de más de 20 libros, Scully es miembro emérito del National Trust para la Preservación Histórica y receptor de la Medalla Nacional de las Artes (el máximo honor con el que EEUU reconoce la labor de artistas, patrocinadores y mecenas).

“Rafael Manzano Martos descubrió su amor por la arquitectura en el sur de España donde nació. Tanto en Cádiz, como en Sevilla, Granada y Córdoba, su trabajo refleja con unidad los legados culturales de un entorno en el que reina una rica diversidad de estilos. Sus edificios hablan el lenguaje universal de la arquitectura clásica con un claro sello español. Por su inspiración y habilidad para aplicar los ideales clásicos a la arquitectura vernácula local; por su capacidad para combinar numerosas influencias culturales en un producto final firme y con identidad; por su respeto al pasado y su legado al futuro, el jurado del premio Rchard H. Driehaus se enorgullece de honrar con el galardón a Rafael Manzano Martos para esta edición de 2010”.

Michael Lykoudis, decano de la cátedra Francis and Kathleen Rooney de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Notre Dame (EEUU).

Rafael Manzano. Biografía
Nacido en Cádiz, el 6 de noviembre de 1936, estudió la carrera de Arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, alcanzando el grado de Arquitecto en 1961, y el doctorado en 1963. Discípulo de los profesores arquitectos Gómez Moreno, Torres Balbás, Iñiguez Almech, y Fernando Chueca Goitía, en cuyo estudio profesional colaboró durante toda su carrera y completó su formación profesional como arquitecto. Ha sido restaurador de monumentos, arquitecto, urbanista, profesor e historiador del Arte de la Arquitectura y del Urbanismo.

Al terminar su carrera en se incorporó como arquitecto del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional de la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Educación. Así como al Servicio de Ordenación de Ciudades de Interés Artístico Nacional de la Dirección General de Arquitectura desarrollando una gran labor desde Madrid, en Galicia, Cataluña, Toledo, Toro, Alarcón, Valencia, Morella, y Andalucía. También en esa etapa fue colaborador de la Escuela de Estudios Árabes donde cultivó su inicial interés por la historia y arqueología islámicas.

Comenzó a dar clases 1962 en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, trasladándose en 1966 a Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla. Desde entonces ha continuado dedicado a la docencia en dicho centro hasta nuestros días. En ella ha desempeñado numeroso cargos, incluyendo el de Decano entre 1974 y 1978. También organizó el claustro de la Escuela de Arquitectura de Granada y ha impartido cursos enlas universidadesde México, Roma y Nápoles además de cursos de verano en la Universidad de Santander y la de El Escorial.

Desde 1970 al 1991 fue, por concurso, Director Conservador y Alcaide de los Reales Alcázares de Sevilla. Fruto de este trabajo son los descubrimientos del Palacio Doméstico de al-Muwarak, de los restos del baptisterio de una basílica paleocristiana o la del mirador medieval del Palacio de don Pedro, así como las restauraciones de los Patios del Asistente, de Levíes, del Crucero, del Sol, del Alcaide, del Yeso y de las Doncellas.

Entre 1971 y 1981 fue vocal del Real Patronato de la Alhambra y el Generalife de Granada, donde presidió la comisión de obras y asesoró muchas de las ejecutadas por aquellos años y que merecieron el premio Shiller de Restauración de Monumentos de 1980.
Su obra más importante en orden arqueológico son sus trabajos en las ruinas de la ciudad Califal de Medina Azahara en Córdoba, de la que fue Director Restaurador desde 1975 a 1985, y donde dio su aspecto definitivo al Salón Rico, la casa militar, el gran salón basilical de la terraza alta donde proyectó instalar un museo de las ruinas, el Salón Occidental, el Palacio de Yaafar, y su inmediato patio y jardín, y los grandes arcos de la al-Muzara o Plaza de Armas.

El conocimiento de las formas y técnicas de construcción clásicas, así como su excelencia en el campo de la restauración, le han reportado numerosos proyectos de rehabilitación en toda España. Destacan las plazas y Catedral de Castelló de Ampurias (Gerona), la Real Academia de Farmacia de Madrid, la iglesia y plaza de Arcas (Cuenca), la Catedral de Huelva, el Castillo de Aracena (Huelva), el Palacio de Medina Sidonia (Córdoba), la Plazaza de la Catedral de Tarragona, algunas plazas del Albaicín de Granada, Catedral de Mondoñedo (Lugo), Monasterio del Sobrado de los Monjes (A Coruña), Alcazaba de Málaga, Palacio de las Dueñas y Casa del Rey Moro (Sevilla), Fortaleza de la Catedral vieja de Lérida, Judería y Palacio Arzobispal de Tarazona (Zaragoza), Castillo de Alcañiz (Teruel), plazas, calles e iglesias de Santa María y San Francisco de Morella en Castellón de la Plana, entre otras muchas.
Durante su dilatada trayectoria también ha desarrollado su faceta de arquitecto en proyectos de nueva construcción. En sus edificios ha volcado todo su conocimiento y experiencia de la arquitectura clásica, proyectando viviendas, hoteles y urbanizaciones respetuosos con el patrimonio histórico de cada lugar. Ha construido palacetes de corte clásico como la casa de Chueca Goítia en Sevilla o la casa de Curro Romero en Marbella (actualmente propiedad de Julio Iglesias), urbanizaciones como Las Lomas del Marbella Club y otras en Mallorca y Chipiona, edificios urbanos, comerciales y de viviendas en Sevilla, Jerez de la Frontera, Granada y Madrid, el conjunto de edificios, club hípico, country club de golf y varios hoteles, además del Centro NMAC de Arte Contemporáneo, en la Dehesa de Montenmedio, en Barbate (Cádiz). Residencias particulares como la gran masía de la familia Carasso en Peratallada (Gerona), el palacio de los Nahmias en Córdoba, el proyecto de residencia para don Matías Cortés en Guadarrama (Madrid), o el grupo de tres grandes residencias (Fernández del Villar, Kanoui y Babiano) en Sotogrande (Cádiz). En la actualidad tiene en proyecto una urbanización en torno al Campo de Golf y construcción de un Hotel y Clínica-Balneario en los baños de la Hedionda, en Manilva (Málaga).

Su fama internacional se debe, especialmente, a su enorme conocimiento en el campo de la arquitectura hispano-musulmana. Ha realizado proyectos en países árabes como un hotel en Mosul (Irak), no terminado por la guerra con Irán, un centro comercial y hotelero en Ryad donde proyectó exteriores, calles, plazas y jardines para el arquitecto japonés Kenzo Tange y una gran residencia de sabor andalusí para Faisal Hassan Jawal en la isla de Bahrein, aún en construcción. También ha desarrollado las funciones de asesor para la restauración de la ciudad tunecina de Textour y la construcción de la Hacienda la Paz en Los Angeles (California, USA) de inspiración islámica.
En su currículum también se cuentan proyectos urbanísticos, tanto en la reordenación de lugares históricos como en el último Plan General de Ordenación Urbana de Sevilla, en calidad de asesor.
La vida Rafael Manzano ha estado dedicada al estudio, la enseñanza y la integración en el mundo actual de los preceptos del arte y la arquitectura clásicos. Su trabajo se ha visto recompensado perteneciendo a múltiples academias e instituciones científicas españolas y extranjeras: miembro ad epistolas del Deutsche Archeologique Institut de Berlín, Académico de la Real Academia de Buenas Letras de Sevilla, Académico de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla, Académico de la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras de Jerez de la Frontera, y de Santa Cecilia (Puerto de Santa María, Cádiz), Académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y Académico Correspondiente de las Reales Academias de la Historia y de Bellas Artes de Granada, Córdoba, Cádiz, Málaga, Écija, Toledo y La Coruña. Entre sus galardones se encuentran la Medalla de Oro de las Bellas Artes Españolas, el Título de Comendador con Placa de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio y la Medalla de Plata del Ayuntamiento de Osuna.
Ha publicado numerosos libros, artículos y ponencias que conforman uno de los cuerpos de estudio más importantes de la arquitectura y el urbanismo islámico y medieval del s. XX.

Rafael Manzano. Sobre mi arquitectura
La arquitectura que he venido realizando a lo largo de mi vida, y en la cual hoy me reafirmo, la he desarrollado en dos líneas fundamentales de actuación: la restauración de monumentos, y la arquitectura de nueva creación.

Dentro de la rehabilitación, para mí es tan trascendental salvar la integridad y veracidad del monumento como documento de sí mismo y de la Historia, como salvar su belleza heredada, y en esto, como arquitecto, siempre me ha planteado la plenitud de belleza del resultado de la intervención.

El arquitecto que se dedica a este oficio delicadísimo debe especializarse tanto en el uso y conocimiento de los oficios tradicionales, como en el estudio en profundidad de la época y la arquitectura en la que se integra el monumento que restaura. No es válido, aunque resulta frecuente, encomendar los trabajos a arquitectos famosos por sus obras actuales. Se dice que con él colaboran documentalistas e historiadores que suplen su desconocimiento. Pero hay un documento de la historia que solo puede leer el arquitecto, y que es el monumentos mismo.

Respecto a las obras de nueva planta siempre he actuado en función del paisaje, urbano o rural en que se ha de integrar, hasta el punto de que en conjuntos modernos de calidad, ya consolidados, creo que hay que realizar obra nueva, no disonante, sino que se integre o complemente con el conjunto ya realizado.

En definitiva, cuando la arquitectura pierde su norte en la vulgaridad repetitiva de formas cansadas, y que no aportan nada nuevo ni de interés a las ciudades, siempre tuvo en el clasicismo el golpe de péndulo capaz de reencontrarse consigo misma y con las eternas leyes de belleza heredadas de la antigüedad. Este lenguaje, en cada siglo, supo hablarse con un nuevo acento, con una nueva prosodia. También en nuestro siglo ha de aplicarse sin renuncia a la modernidad, a la funcionalidad del objeto arquitectónico, a las nuevas inflexiones lingüísticas impuestas por nuestro tiempo.

Entre los edificios que ha intervenido: Real Academia de Farmacia, planos y render de residencia en Bahrein y tercera foto del Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla. Estudio Manzano. Reales Alcázares, Casa de Contratación de Indias, Casa de Fernando Chueca, Casa Bernardino Fajardo, Antigua Audiencia, Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla, Mediana Azahara, Viviendas de la calle San Fernando y Hotel Alfonso XIII

Imagen: Real Academia de Farmacia. 1963-1965. Madrid, España.
Restauración de un edificio neoclásico en ruina total construido como Escuela de Farmacia por suscripción entre los Boticarios españoles en el siglo XIX. De la fachada no se guardaban fotografías, al igual que de la planta alta, por lo que hubo que reinventar el frontón y modelar su escudo, cornisamentos y recercado clásico de sus ventanas y balcones. Todo el interior es de nueva construcción salvo los peldaños de la escalera, tanto de sus falsas bóvedas, como del vestíbulo alto y el gran salón de actos, inspirado en la Sacristía Mayor de la “Diosa Toletana”. El salón de fiestas se decoró con fragmentos de “boisserie” francesa procedente del lamentable derribo del Palacio de Larios de Madrid, y con sillería isabelina procedente de una casona de Puerto Real (Cádiz).