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La palabra justa

Seré breve, pero no sencillo…

Andrés Merino Thomas

Tengo una amiga que hoy ha invitado a un grupo cercanos a su “no-cumpleaños”. Nos convoca con una elegante elusión a lo que ha venido llamándose toda la vida la celebración de aniversario del nacimiento de uno. Mira que llevamos tiempo, ¡tanto tiempo!, de conversaciones, charlas, cafés, consejos, alegrías, consuelos… Mira que nos gusta hablar de lo divino y lo humano. ¡Confianza es poco! Y seguimos disfrazando con metáforas realidades que se imponen y sentimientos que su vida y la mía proponen y disponen. A los dos nos gustan las frases hechas, los aforismos, lo que los doctos señores de la Real Academia definen como una “sentencia breve o doctrinal que se propone en alguna ciencia o arte”. De aforismos, palabras ordenadas, sabias, templadas, que describen realidades y transmiten consejos, trata precisamente un libro que espero que le guste. Es el último del escritor italiano Matteo Rampin, cuya edición en español ha presentado Paidós. “La palabra justa” reúne cien reflexiones sabias que transmiten sabiduría, ingenio y en muchas ocasiones, no poco sentido del humor.

El autor podría haberse limitado a ofrecer un prontuario de frases célebres, sistematizándolas por temas o autores. Las ha asociado, de forma un tanto arbitraria, a estados psicológicos o retos personales, en un orden poco comprensible que, hemos de reconocer, no resta interés al texto. Son los peajes freudianos, en fin. La lectura que corresponde es, por tanto, la propia de un ensayo y no la de un diccionario técnico. Como pórtico contamos con un entretenido elenco de caracteres de lo que Rampin denomina “frase estratégica”: ha de impresionar, captar la atención de inmediato; estimular la fantasía, utilizando lenguaje de emociones, resonancia de recuerdos; ser universal, aplicable a todo tipo de personas; ser también fecunda, capaz de provocar mucho efecto… Verdaderamente el autor ha penetrado en las posibilidades que el aforismo contiene, por ejemplo, como instrumento pedagógico. No es extraño que ya fuese empleado con profusión por los clásicos, que supieron aprovechar la brevedad de frases concisas con tanta carga en significados. Más moderna es una de las frases más enigmáticas y de significado más abierto, que este crítico les propone humildemente yque, con toda sinceridad, ¡da mucho que pensar!: «América es el resultado de un error de navegación».

Hay un aspecto valioso en los cien aforismos del “La palabra justa” que merece la pena destacar. Nos referimos a lo que podríamos denominar como “terapia verbal”. Vivimos en una civilización donde la comunicación parece haberse consagrado en el altar de los nuevos dioses del éxito. Hay que comunicar, aunque a veces no sepamos exactamente qué. En no pocas ocasiones, el aforismo describe realidades incluso salidas a situaciones a las que no se sabe asociar palabras, definir, “verbalizar”. Un aforismo no es en sí un oráculo, pero muestra caminos, enseña cómo desde hace generaciones otros seres humanos han sentido o han hecho frente a realidades por las que quien los pronuncian están transitando. Por eso es toda una paradoja que el propio Rampin concluya su obra con una frase lapidaria: si el valor de la palabra es infinito, existe un recurso humano aún más preciado. Como dijo Gesualdo Bufalino: “La palabra es una llave, pero el silencio es una ganzúa”. No se alarmen. Terminemos con un pensamiento más: “Los aformismos también pueden pensarse”.

 

 “La palabra justa. Más de cien aforismos de todas las épocas para alcanzar la sabiduría”

Matteo Rampin

Traducción de Joana Maria Furió Sancho

Barcelona, Paidós, 129 pág.

ISBN: 978–84–493–2306–5