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El Museo del Romanticismo indaga sobre “la mujer en su jaula de oro”

Con motivo del día de la mujer trabajadora hemos querido indagar un poco en la relación existente entre la mujer y el arte y para ello que mejor que acudir al que posiblemente sea uno de los museos más femeninos de Madrid, el recientemente inaugurado Museo del Romanticismo en el que durante toda esta semana, al igual que el resto de museos estatales, la entrada será gratuita para todas las mujeres que decidan pasear un rato por sus salas en las que siempre hay algo nuevo e interesante que descubrir sobre nuestras antecesoras.

Además, la directora de la institución, Begoña Torres, ofrece una conferencia en la que bajo el título “La jaula de oro”  profundiza sobre la mujer del siglo XIX. Para hablar sobre esta “Jaula de Oro” y también sobre la posición actual de la mujer respecto al arte Begoña Torres ha recibido a Revistadearte.com para tomar el pulso a la verdadera situación de la mujer en el mundo del arte.

-¿Podríamos decir que el Museo del Romanticismo es un museo especialmente femenino?

-Sí creo que sí, en primer lugar porque el proyecto museológico ha sido realizado por un fantástico equipo en el que la mayoría somos mujeres y eso se nota. Por otra parte porque las salas del museo recogen la esencia de lo que era una mujer burguesa del siglo XIX a la perfección.

-¿Cómo era esa mujer del siglo XIX?

-Era ante todo una mujer “privada”, vivía de puertas para dentro, dominada por su marido y siempre acotada por el ámbito del hogar, vivía en una “Jaula de Oro” , una jaula en la que ella imponía su personalidad en los detalles, la decoración y en todos los aspectos de la vida familiar.

-¿La diferencia entre la mujer actual y la del XIX es obvia, pero se mantienen aún algunos puntos en común con aquellas mujeres románticas?

-Creo que hoy en día todavía se mantienen algunos estereotipos sobre la mujer y en algunos círculos aún se nos define como derrochadoras, frívolas o frágiles, lo de “la maté porque era mía…”, una idea puramente romántica, está por desgracia demasiado presente en nuestra sociedad. Y esa preocupación por el aspecto físico que también mostraban las mujeres del XIX parece que, aunque siguiendo otros cánones obviamente, no se ha superado en absoluto.

-¿Cómo era la relación de la mujer del XIX con el arte?

-Respecto al mundo del arte las mujeres románticas fueron el germen de la introducción de la mujer en los artes. Aunque la mayoría estaban relegadas a las llamadas artes menores en las que cultivaban el dibujo o la música,  ya comienzan a conocerse nombres relevantes de mujeres actrices o literatas.

-Y hoy en día ¿cree que la mujeres ya han logrado la paridad con los hombres en el mundo del arte?

-Creo que no, en el mundo de la creatividad no hay sexo y aun así es difícil ver mujeres artistas que coticen en el mercado igual que los hombres, lo cual parece inexplicable. Incluso en la gestión cultural a pesar de que los equipos suelen tener mayoría de mujeres, los puestos directivos o los altos cargos, salvo excepciones, siguen ocupados por hombres. Es más, precisamente ayer la Ministra de Cultura nos comentó un dato asombroso, de cada 10 alumnos de Bellas Artes 6 son mujeres y de esas 6 apenas la mitad siguen con su carrera artística, lo que indica que algo esta fallando y aún tenemos mucho que luchar para equiparnos completamente.

Tras esta interesante charla hemos querido ver qué opinaban algunas visitantes del museo sobre la “Jaula de Oro” en la que privadas de independencia, de opinión y de libertad , vivían cómodamente las mujeres del XIX y las conclusiones han sido cuando menos sorprendentes.

Mientras las mujeres de una cierta edad, mayores de cincuenta años, se escandalizaban de poder vivir rodeadas de lujo pero sin libertad propia y subyugadas al marido y destacaban la exponencial mejora de la vida actual de las mujeres, las mas jóvenes o las de mediana edad no dudarían ni un momento cambiar su trabajo, sus responsabilidades familiares, su cargas económicas y su propia libertad por una “Jaula de Oro” en la que nos comentaban que ellas estarían plenamente felices y no se sentirían privadas de su libertad por tener que depender de sus maridos para todo. Por ejemplo una de las asistentes, Ana (36 años) nos comentaba: “No por depender de un hombre me sentiría menos libre, de hecho creo que si pudiese vivir en esa “Jaula de Oro” tendría muchas más posibilidades de realizarme como mujer y no de realizarme únicamente como trabajadora, que es lo que ahora se me impone”.

Está claro que la posición de la mujer ha cambiado radicalmente en los últimos siglos y que aún hoy en día sigue cambiando, aunque tras hablar con algunas de estas mujeres del siglo XXI, no sabemos muy bien hacia donde.
Marta de Orbe